Muchas personas temen no poder contratar un seguro de vida porque consideran que no van a superar los exámenes médicos. Bien por su estado de salud, bien por sus hábitos de vida o, simplemente, porque no quieren someterse a la exploración médica y a los análisis de sangre, piensan que no van a ser asegurados por ninguna compañía. Sin embargo, esto no tiene por qué ser así. Muchas aseguradoras comercializan pólizas que no requieren exámenes médicos, lo que permite que casi cualquier persona acceda al seguro de vida.
Si te interesa contratar un seguro de vida sin exámenes médicos, debes tener en cuenta algunas claves a la hora de contratarlo. En este artículo repasamos los puntos más importantes para que no dejes nada al azar y puedas contratar el mejor seguro de vida sin examen médico posible.
Seguros de vida sin exámenes médicos: Qué vas a encontrar en este artículo
Qué son los seguros de vida sin exámenes médicos
A la hora de contratar un seguro de vida, empieza el siempre delicado momento de la calificación. Para muchas personas, es un paso muy temido, porque piensan que no van a calificar debido a su estado de salud. Superar los exámenes médicos que plantean las aseguradoras puede resultar muy difícil para personas con mala condición médica. En otros casos, lo que impide el acceso al seguro es un mal hábito, como el tabaco o las drogas. También la obesidad puede ser un impedimento importante. Y no son pocas las personas que odian los análisis de sangre y no quieren pasar por la consulta del médico. Cualquier de estas situaciones supone una barrera para lograr un seguro de vida.
Sin embargo, el camino hacia la póliza de vida no termina ahí. Muchas aseguradoras permiten contratar seguros de vida sin necesidad exámenes médicos. Se trata de pólizas especiales que dan acceso a coberturas generalmente limitadas, pero suficientes para las necesidades fundamentales.
En estos casos, la condición médica de la persona que solicita el seguro no tiene importancia, o muy poca. No se le solicitarán informes facultativos, ni exámenes de sangre, ni de orina ni de ningún otro fluido. Por lo general, son procesos de calificación muy rápidos, incluso instantáneos, en los que apenas se solicitan los datos personales, la forma de pago y muy poca información más.
Gracias a estos seguros, incluso personas declaradas inasegurables pueden llegar a lograr coberturas de vida.
Tipos de seguros de vida sin pruebas médicas
Hay bastante variedad de seguros de vida sin exámenes médicos. La mayoría son del tipo permanente, es decir, seguros que están vigentes durante toda la vida de la persona asegurada y, en muchos casos, acumulan valor en efectivo.
Los principales tipos de seguros sin exámenes médicos son:
- Seguro de vida de de aceptación garantizada. Es el más sencillo de todos. Se solicita y de forma casi inmediata se concede, sin ningún tipo de proceso de calificación. Sus coberturas no son muy elevadas: se suelen conceder en torno a 25.000 dólares y rara vez superan los 50.000 dólares. Por lo general, suelen tener periodos de carencia o espera de dos años. Es decir, si la persona asegurada muere antes de los dos años de vigencia de la póliza, no se entrega el beneficio por causa de muerte.
- Seguro de emisión simplificada. Los seguros de vida de emisión simplificada son un poco más exigentes. No hay que pasar por el médico, pero la aseguradora recabará información sobre el estado de salud de la persona solicitante. También querrá conocer sus hábitos, su actividad laboral, su historial médico y, en ocasiones, el de su familia. Con esa información, en un plazo generalmente breve, no más de unos pocos días, informan de la concesión o denegación de la póliza. En estos casos, las coberturas pueden llegar hasta el millón de dólares.
- Seguro de vida tradicional con beneficio nivelado. Es una modalidad muy frecuente y toma la base de un seguro de vida completa o tradicional. En el caso del beneficio nivelado, se trata de una póliza que garantiza que las primas no crecen, y tampoco se modifica el beneficio. La particularidad estriba en que suele haber un periodo de espera de dos o tres años: si la persona asegurada muere antes de que pase ese tiempo desde la firma del contrato, no se cobra la indemnización.
- Seguro de vida tradicional con beneficio graduado. Es una variante parecida a la anterior, con base en el seguro de vida tradicional, pero con diferencias a la hora de entregar la indemnización a los beneficiarios . En este caso, si la persona asegurada muere en el primer año de vigencia de la póliza, solo se entrega un porcentaje del beneficio, usualmente un 25 por ciento. Si muere en el segundo año, el 50 por ciento. Y solo a partir del tercer año se cobra toda la cobertura. Ese escalonamiento es el beneficio graduado.
- Gastos finales. Otra modalidad que no requiere exámenes médicos es el seguros de expensas o gastos finales, diseñado para cubrir los costes de los funerales de la persona asegurada. Sus coberturas suelen ser bajas y se pueden contratar hasta edades tan avanzadas como los 89 años.
Claves para contratar un seguro de vida sin examen médico
Como ves, hay muchas opciones para hacerse con un seguro de vida sin exámenes médicos. Si estás pensando en contratar uno, debes recordar algunas claves importantes antes de tomar tu decisión. Son estas:
Clave 1 - Sin examen médico, pero con condiciones
Es cierto que para conseguir un seguro de este tipo no tienes que hacerte análisis de sangre ni otras pruebas médicas. Pero eso no significa que te lo vayan a dar en cualquier circunstancia. Solo los de aceptación garantizada se conceden sin preguntar. En las demás modalidades, la aseguradora querrá saber algo de tu estado de salud, de tu estilo de vida o de tu historial médico. Si tus condiciones son excesivamente malas, podrías tener problemas igualmente para lograr la póliza.
Además, las aseguradoras cotejarán tus datos con otras bases de información, como la del consorcio MIB, que reúne información de todas las compañías. Además, tomarán datos de las autoridades de tráfico y de las bases informativas de las farmacéuticas. Recuerda que van a saber de verdad cuál es tu estado, así que no ocultes información ni mientas.
Clave 2 – Primas más altas, coberturas más bajas
Los seguros se basan en cubrir riesgos. Si tu estado de salud es tan deficiente como para no superar unos exámenes médicos, la aseguradora comprende que asume riesgos muy altos. Esto tiene dos consecuencias inmediatas: por un lado, no te concederá coberturas elevadas y, por otro lado, te impondrá primas más elevadas para hacer frente al pago del seguro. Tienes que estar dispuesto a pagar más y tener menos indemnización disponible.
Clave 3 – Periodos de espera: no siempre se cobra
Con esos riesgos tan altos, las aseguradoras toman precauciones. Es probable que el seguro que buscas tenga un periodo de carencia o espera. Eso quiere decir que si falleces antes de un determinado plazo, tus beneficiarios no cobrarán. En otros casos, la indemnización se entrega de forma gradual: si mueres en el primer año, solo cobran una parte. Y así, hasta que superado un plazo que puede ser de hasta tres años, ya se dispone la cobertura completa.
Clave 4 - ¿A término o permanente?
Muchos de los seguros sin examen médico son del tipo permanente y generan valor en efectivo . Sin embargo, algunas aseguradoras ofrecen también seguros de vida a término o temporales sin exámenes. Si buscas un producto algo más barato, piensa en esta opción, porque resulta más económica. Eso sí: recuerda que un seguro a término caduca en unos años y, cuando venza, te encontrarás de nuevo sin cobertura.
Clave 5 - ¿Seguro que no puedes conseguir un seguro con examen médico? Piénsalo de nuevo
Finalmente, desde Hola Doctor te invitamos a que reconsideres tu situación. Es posible que pienses que no puedes conseguir un seguro de vida convencional, con exámenes médicos. Sin embargo, lo cierto es que el proceso de calificación es menos duro de lo que piensas. Te recomendamos que solicites más cotizacionesy contactes con agentes de seguros para descubrir si hay algún seguro que encaje con tu situación y así puedas tener una cobertura más amplia y competitiva.