Una vez que se toma la decisión de contratar un seguro de vida, empieza el proceso habitual para suscribir una póliza. Lo primero es pasar por el proceso de cotización, ‘quote’ en inglés, que servirá para que tengas una idea muy aproximada de cómo va ser el seguro que contrates, qué modalidad te interesa más y cómo se va a comportar el seguro durante su vigencia.
En este artículo te informamos de qué es el proceso de cotización y qué tipo de información tendrás que aportar. Sigue leyendo para que sepas cómo solicitar correctamente una cotización para un seguro de vida.
Cotización de un seguro de vida: qué vas a encontrar en este artículo
Qué es la cotización de un seguro de vida
Aunque los seguros de vida son productos relativamente sencillos, antes de suscribir uno conviene tener toda la información posible. Una póliza de seguro de vida es algo pensado para tener una validez de muchos años, quizá tantos como vivas, con lo que conviene que la firmes teniendo en tu mano todos los datos y conociendo bien cada detalle de su funcionamiento.
Para lograr la mayor cantidad posible de información, el primer paso es acudir a artículos como este que estás leyendo, entender bien qué es un seguro de vida y por que necesitas un seguro de vida. También puedes visitar a agentes de seguros que te explicarán todo pormenorizadamente. Después, puedes solicitar una cotización. Una cotización es una propuesta económica, un primer presupuesto que te dice cuánto te va a costar el seguro, cuántas primas pagarás y a qué precio, qué indemnización podrán tener tus beneficiarios y qué gastos acarreará el seguro.
Por tanto, es un instrumento fundamental para que te vayas familiarizando con los conceptos básicos de tu seguro y vayas pensando en cuánto quieres invertir en tu póliza y qué esperas de ella. Por ejemplo, debes pensar qué indemnización te gustaría que recibieran tus beneficiarios cuando mueras. Por ejemplo, deberías plantearte qué cantidad de dinero necesitarán para superar tu muerte sin agobios económicos. Y, lógicamente, esta cantidad no será la misma si mueres joven que si mueres cuando ya seas una persona muy anciana y tus seres queridos apenas necesiten de ti.
Generalmente, las compañías de seguro te ofrecen el servicio de cotización a través de sus páginas web, pero también puedes requerirlo por teléfono o acudiendo en persona a una agencia o una oficina de la aseguradora. A través de cualquiera de esas vías, te ofrecerán elaborar esa propuesta de forma gratuita.
Una vez que tengas esa cotización, podrás comparar con más seguridad diferentes ofertas y decidir con cuál te quedas finalmente. Recuerda que ese será solo el principio: después empezarás el proceso de calificación que determinará si finalmente tienes o no un seguro de vida.
Cómo se solicita la cotización de un seguro de vida
A la hora de pedir una cotización, sea a través de un formulario de internet o a través de otro mecanismo, deberás ofrecer una serie de datos personales que permitan a la aseguradora hacer un cálculo aproximado de tus riesgos, necesidades y condiciones para ofrecerte la mejor propuesta posible.
Lo más habitual es que, además de tu nombre y forma de contacto, la compañía te pida datos como estos:
- Fecha de nacimiento. Es uno de los datos más relevantes al elaborar la cotización. Cuanto mayor seas, más riesgos asume la aseguradora, con lo que más caras serán las primas que pagues si te otorgan el seguro.
- Género. Las diferencias entre hombres y mujeres pueden ser notables. En general, en los países desarrollados, las mujeres tienen una esperanza de vida mayor que los hombres, con lo que tienen mejores perspectivas a la hora de conseguir el seguro, porque sus riesgos son ligeramente más bajos.
- Lugar de residencia. Es importante para realizar la oferta, porque los riesgos para la salud varían si vives en una gran ciudad o en el campo.
- Historial de fumador. Para las aseguradoras es fundamental saber si el cliente fuma, o si ha fumado en algún momento. El tabaco está detrás de algunas enfermedades graves, como determinados tipos de cáncer, con lo que las personas fumadoras o historial de fumadores tienen menos probabilidades de lograr el seguro, o tendrán que asumir primas más elevadas, porque los riesgos son mayores.
- Indemnización requerida. Es importante que pienses qué cantidad de dinero te gustaría que recibieran tus beneficiarios en forma de beneficio por causa de muerte. Tienes que pensar si vas a dejar deudas importantes (hipotecas, créditos…). Es clave que pienses en las posibles personas dependientes (hijos o cónyuges con discapacidades o enfermedades graves). También tienes que calcular cuánto dinero necesitarán los tuyos para mantener su nivel de vida sin tus ingresos. Calcula si podrán pagar los impuestos derivados de la herencia que les dejes, si podrán paga tu funeral… Todo esto debes tenerlo en cuenta al calcular la indemnización que te gustaría contratar. Algunos expertos hablan de una cantidad que debería estar en torno a 10 ó 12 veces tus ingresos anuales estimados para dentro de 20 ó 30 años.
- Tipo de seguro. A la hora de pedir la cotización, es también necesario que indiques si te interesa un seguro a término o un seguro de vida permanente. Un seguro a término, o a plazo fijo, tiene una duración concreta. Se contrata pensando en cubrir una necesidad concreta, como, por ejemplo, los estudios universitarios de tus hijos. Así, estará en vigor solamente unos años, que pueden ser cinco, veinte o treinta. Después, caduca. Es un seguro más barato, porque la compañía asume menos riesgos. Pero, si no falleces durante la vigencia de la póliza, nadie cobrará ninguna indemnización. Por su parte, los seguros de vida permanente no caducan nunca: están pensados para acompañarte hasta el momento de tu muerte y, llegado ese momento, tus beneficiarios cobran el beneficio por causa de muerte. Hay cuatro tipos fundamentales: seguro permanente de vida completa, seguro permanente variable, permanente universal y permanente universal-variable.
- Hábitos y estilo de vida. Es frecuente que la compañía quiera conocer por adelantado algunos de tus hábitos. Por ejemplo, si viajas frecuentemente al extranjero o si practicas algún deporte de riesgo, condición que aumenta tus riesgos.
- Situación médica. Algunas veces, al pedir la cotización, la aseguradora te pide que, como potencial cliente, expliques tu estado de salud. Lógicamente, es una información muy importante, porque si tienes una enfermedad grave, es muy difícil que la compañía te asegure.
- Tratamientos médicos. No es raro que en los formularios de cotización se te requiera información sobre qué medicamentos tomas. La compañía busca saber qué tipo de medicinas utilizas y para qué enfermedades, porque con eso puede evaluar también tu estado de salud y tus riesgos.
- Seguros de salud. En los formularios de cotización también suelen preguntarte sobre tus seguros de salud. La compañía necesita saber qué cobertura médica tienes, porque de la calidad de esa cobertura también depende tu riesgo.
- Otros seguros de vida. Habitualmente, la compañía te pregunta si tienes ya contratados otros seguros de vida con otras compañías. Es información útil para saber si has superado otros procesos de calificación.
Con toda esa información, la compañía de seguros podrá elaborar tu cotización y te la enviará por correo electrónico o te llamará un agente para dártela personalmente.
Consejos para solicitar la cotización para un seguro de vida
Conseguir la mejor cotización es muy importante, porque es la base para lo que en el futuro será tu póliza. Es un primer compromiso sobre el que cerrar el acuerdo definitivo. Por eso, debes tomarte en serio este paso y seguir los pasos de forma cuidadosa. Te ofrecemos consejos para solicitar la cotización de tu seguro de vida.
- Sé honesto. No escondas nada: di la verdad en toda la información que aportes en el cuestionario. Antes o después, la compañía descubrirá cualquier engaño y eso empeorará o arruinará por completo tus posibilidades de lograr el seguro. Ofrece toda la información sobre tu estado de salud, tus hábitos, tu estilo de vida y todo aquello que pueda influir sobre tu seguro de vida.
- Compara. Cuantas más cotizaciones requieras, más información tendrás a tu disposición. Busca, compara y finalmente decide de forma consciente.
- No esperes. Cuanto antes busques tu seguro, antes lo tendrás y a mejor precio. Retrasar la decisión de comprar una póliza de seguro de vida solo tiene inconvenientes: te saldrá más cara o incluso podrían denegártela.
- Recurre a un agente físico. Además de utilizar los formularios online, es buena idea acudir a una oficina física y tratar el asunto con un agente. Son expertos en asesorar a clientes con dudas y saben mejor que nadie cuáles son las condiciones de las pólizas. Además, te pueden asesorar al elegir tu indemnización, porque saben cómo cambian las condiciones de vida de las personas y cuánto dinero van a necesitar a la vuelta de dos o tres décadas.
Después de pasar por tu proceso de cotización, ya podrás elegir con qué compañía te quedas. Pero recuerda que la cotización no es un contrato en firme. Antes de eso, tendrás que pasar por el proceso de calificación en el que la compañía verificará tu estado de salud, tu edad, tus hábitos de vida y te ofrecerá las condiciones finales de tu seguro de vida.