Si practicas algún deporte de riesgo, es probable que esa actividad suponga un problema a la hora de contratar un seguro de vida. Las actividades peligrosas, y los deportes extremos lo son, nunca han gustado mucho a las aseguradoras. Sin embargo, cada vez aceptan mejor a los deportistas extremos y, poco a poco, ese inconveniente está perdiendo fuerza.
En este artículo analizamos la relación entre deporte de riesgo y seguro de vida. En él encontrarás todo lo que debes saber para contratar una póliza de vida si eres deportista y te gusta practicar un deporte de los considerados extremos. Sigue leyendo para saber cómo puedes compaginar tu pasión con un buen seguro de vida.
Deportes der riesgo y seguros: Qué vas a encontrar en este artículo
Los deportes de riesgo y el seguro de vida
Cuando se contrata un seguro de vida es casi inevitable pasar por el proceso de calificación. Salvo en algunos seguros grupales y en los seguros de seguros aceptación garantizada, es necesario someterse a diversas baterías de preguntas e incluso a pruebas médicas. Con este procedimiento, la aseguradora evalúa el riesgo que asume al aceptar a la persona que quiere toma el seguro y decide si se lo concede o no.
Entre esas preguntas suele haber algunas que tienen que ver con los hábitos de vida de la persona aspirante al seguro. Y, en concreto, con sus actividades y aficiones deportivas. Se trata de evaluar si tus aficiones pueden incrementar notablemente el riesgo de tener un accidente grave que te cause la muerte.
Durante mucho tiempo, las aseguradoras han sido reacias a extender pólizas de vida a deportistas de riesgo, que tenían muchas dificultades para lograr el seguro o les costaba mucho más de lo normal. Sin embargo, con el paso de los años, esto ha ido cambiando y hoy en día ya no es un inconveniente tan grande.
Sin embargo, todas las compañías siguen teniendo en cuenta tus aficiones a la hora de evaluar tus riesgos y decidir si te conceden o no el seguro de vida. Y lo mejor es que afrontes el proceso con total sinceridad. Di la verdad en todas las preguntas que te hagan y no ocultes nada, ni siquiera cuando pides cotizaciones para un seguros de vida a través de Internet u otro método.
Si ocultas algo y la aseguradora lo descubre pasado un tiempo, podría incluso cancelar tu póliza. Mentir o esconder algo durante la calificación es probablemente el peor error que puedes cometer con tu seguro de vida.
Pero si actúas con sinceridad, la compañía tendrá en cuenta tu situación y es muy posible que ese deporte extremo que practicas tenga un impacto muy limitado en tu póliza y en las primas que pagues.
Finalmente, se trata de que la aseguradora sepa bien qué deporte practicas y cuál es tu nivel de riesgo. No es lo mismo, por ejemplo, que hagas escalada un par de veces al año a que participes en excursiones al Himalaya.
Qué deportes se consideran de riesgo
Las aseguradoras no tratan por igual a todos los deportes. Si juegas al fútbol, la baloncesto, al baseball o al golf, por ejemplo, seguramente no presten ninguna atención a estas aficiones. En cambio, los llamados deportes de riesgo sí les preocupan.
Los deportes extremos que suelen despertar las alarmas de las compañías aseguradoras son estos:
- Escalada. Especialmente la escalada deportiva y el alpinismo.
- Vuelo sin motor, paracaidismo, ala delta, parapente y salto base. Estas actividades aéreas entrañan gran riesgo.
- Carreras de coches o de motos. Los deportes de motor se consideran extremos, tanto en circuitos como en carretera o campo abiertos.
- Buceo. Los deportes subacuáticos están entre los de riesgo, pero no es lo mismo el buceo a gran profundidad que el esnórquel.
- Surf de olas gigantes. El surf no es una actividad de riesgo, salvo que se practique sobre olas enormes. Es importante que lo matices en la calificación.
- Puenting y jumping. Estas prácticas que consisten en saltar atado a cuerdas o gomas también son muy peligrosas.
- Clavadismo. Saltar desde acantilados al mar es una actividad considerada extrema.
Para otros deportes, es importante consultar con la aseguradora su consideración. Porque, por ejemplo, la caza podría considerarse de riesgo. Y también el rodeo con toros.
Y también es muy importante que expliques a la compañía cuál es tu nivel en el deporte. Por ejemplo, cuántas veces lo practicas, la experiencia que tienes, si eres deportista federado, profesional o simple aficionado.
Un buen caso lo encontramos en el buceo, una actividad que practican millones de personas sin que muchas de ellas la consideren de riesgo. Al informar a la aseguradora de que tu afición es el buceo, debes explicar si te sumerges a gran profundidad o solo en aguas someras. También debes comunicar a cuánta profundidad has llegado a bajar, qué licencia de buceo tienes, si practicas el buceo en grupo o en solitario, en qué aguas buceas y cuántas veces al año lo haces. Con toda esta información, la compañía de seguros podrá entender mejor el riesgo que asume al asegurarte.
Cómo afecta la práctica de un deporte extremo a las primas
Como hemos dicho antes, practicar alguno de estos deportes ya no te impedirá acceder a un seguro de vida. Solo en casos muy concretos podría ser un impedimento. En cambio, casi con seguridad tendrás que pagar primas más elevadas.
Que pagues más o menos va a depender del nivel de deporte que practiques. En función de cuántas veces te pongas en peligro al año, de cuál sea tu dominio del deporte y de los riesgos que se corran en su ejercicio, se irán ajustando las primas.
Por seguir con el ejemplo del buceo, podemos hacer un cálculo de cómo impactaría el hecho de ser buceador en seguro temporales o a término a 20 años y con una cobertura de un millón de dólares. En este caso, si solo se bucea ocasionalmente y no se desciende a mucha profundidad, las primas no variarían demasiado: seguirían en torno a los 65 - 70 dólares mensuales.
En cambio, si te tomas el buceo más en serio, desciendes a más de 150 pies o 50 metros, tendrías que asumir un incremento en las primas de aproximadamente 2,5 dólares por cada 1.000 dólares de cobertura. Esto haría que tus primas se disparasen hasta el entorno de los 375 ó 380 por mes.
Algo similar pasa con la escalada. Si tu afición por la montaña no pasa del trekking y alguna ascensión ocasional, tus primas apenas se verán afectadas. Pero si lo tuyo es la escalada extrema y afrontas ascensiones de mucha altura, te puedes encontrar incluso con compañías que rechacen darte una póliza de vida. Y la mayoría aplicará importantes recargos a tus primas mensuales.
Estrategias para que el deporte de riesgo no perjudique a tu seguro
Para evitar subidas tan fuertes en las primas, puedes plantearte algunas estrategias que te ayuden a mantener el precio del seguro de vida asequible. Las más recomendables son estas:
- Reduce tu práctica deportiva. Tienes que elegir: o mantener tu nivel de práctica deportiva de riesgo y pagar más por el seguro, o hacer menos deporte y reducir el precio de las primas. Las aseguradoras trabajan con la probabilidad de que te ocurra algo y esa probabilidad será más baja si espacias los riesgos. Explícale a tu aseguradora que vas a reducir tu actividad y trata de ser lo más preciso posible: si puedes, pon número a la cantidad de veces que vas a hacer deporte extremo.
- Equípate mejor. Si inviertes en un buen equipamiento deportivo, reducirás el riesgo y, por tanto, la aseguradora verá con mejores ojos la idea de darte un seguro de vida.
- Muestra tu experiencia. Si tienes mucha experiencia en el deporte que haces, si estás federado, perteneces a un club, eres monitor… En definitiva, si puedes demostrar ante la compañía aseguradora que eres un deportista muy experimentado, seguramente tu riesgo será menor y tendrás más facilidades.
- Contrata una cláusula de excepción. Si quieres disfrutar de un seguro de vida a buen precio y seguir practicando deportes de riesgo, puedes optar por añadir una cláusulas a tu pólizaque estipule que tu seguro de vida cubre todo, excepto si falleces practicando un deporte extremo.
En todo caso, ten en cuenta que lo más importante es que digas la verdad y no ocultes nada. La aseguradora necesita toda la información posible y cuantos más datos ofrezcas, mejor, porque sus cálculos serán más precisos y seguramente eso te beneficiará.
Como ves, practicar algún deporte de riesgo no tiene por qué ser necesariamente una barrera a la hora de lograr un seguro de vida. Una vez que has leído toda esta información, acércate a tu agente de seguros y pídele más detalles. Él te ayudará a adaptar el seguro de vida para que no tengas que dejar tu deporte extremo favorito.