Cómo calificar para conseguir un seguro de vida

La compra de un seguro de vida empieza casi siempre por una calificación. Se trata del proceso en el que el cliente solicita el seguro y la compañía aseguradora evalúa su candidatura. Durante este proceso, el futuro asegurado deberá dar pruebas de idoneidad y demostrar que no hay nada que impida el acceso al seguro. Por su parte, la aseguradora tomará las precauciones que considere necesarias para otorgar un seguro con la garantía de que el asegurado no esconde nada que vicie el proceso.

Si vas a contratar un seguro, entérate bien de cómo funciona el proceso de calificación. En este artículo te ofrecemos todos los detalles para que califiques sin problemas.

Cómo calificar para conseguir un seguro de vida
Cuanto más joven y más saludable estés menos pagarás, porque tus riesgos son menores y tu esperanza de vida más larga

Proceso de calificación en un seguro de vida: Qué vas a encontrar en este artículo

Qué es la calificación para un seguro de vida

A la hora de comprar un seguro de vida, sea un seguro permanente o un seguro a término, es imprescindible que pases por el llamado proceso de suscripción, -underwritting, en inglés, a lo largo del cual, tendrás que calificar ante la aseguradora. Es decir, tendrás que demostrar que tienes méritos para que te otorguen el seguro.

La calificación –qualifying en inglés-, es el conjunto de pruebas, entrevistas, evaluaciones y revisiones que deberás superar antes de que la aseguradora decida que tienes derecho a tener un seguro de vida. Es un proceso arduo, muchas veces complicado y largo, que puede dificultar notablemente la tarea de contar con un seguro de vida. De hecho, un estudio reciente publicado por Financial Advisor, asegura que la dificultad de contratar un seguro es la razón esgrimida por un tercio de los hogares estadounidenses para no tener una póliza de vida.

Ante estas dificultades, lo mejor es informarse bien, seguir los pasos cuidadosamente y armarse de paciencia. Lo más probable es que, si entregas la información correcta y eres honesto en el proceso, la aseguradora acabe ofreciéndote el seguro. Pero es necesario que conozcas bien el proceso.

Recuerda que, al tiempo que decide si te va a dar cobertura, la compañía utiliza la información que le das para determinar los riesgos que asume al asegurarte. Esos riesgos, a su vez, determinan factores tan importantes como las primas mensuales que pagarás y la indemnización máxima a la que puedes aspirar. Por tanto, el proceso de calificación es de enorme importancia.

Cómo funciona el proceso de calificación para un seguro de vida

A pesar de esas dificultades que mencionábamos antes, y del miedo que sienten muchas personas ante el papeleo y las entrevistas, lo cierto es que el proceso de calificación no es tan complicado.

Empieza con la búsqueda de cotizaciones de seguros de vida para encontrar la mejor oferta posible de entre las muchas que las aseguradoras tienen en el mercado. Cuando te decantes por una cotización, ya puedes solicitar la aplicación en la aseguradora que hayas elegido. Y ahí empieza de verdad el proceso de calificación.

En la aplicación, tendrás que dar la información básica, que es muy importante para determinar los riesgos que comportas para la aseguradora. Generalmente, las compañías piden estos datos:

  • Género. Si eres hombre o mujer podría parecer irrelevante al contratar un seguro, pero no lo es. En los países occidentales, las mujeres tienen una esperanza de vida mayor que los hombres, con lo que sus riesgos son algo menores y pagan algo menos de prima.
  • Edad. Quizá el dato más importante. Cuanto más joven seas, menos pagarás, porque tus riesgos son menores y tu esperanza de vida más larga.
  • Altura y peso. Tus valores biométricos son muy importantes, porque pueden indicar malos hábitos alimenticios y, por tanto, un riesgo para la salud.
  • Historial médico. La compañía necesita saber si has tenido o tienes enfermedades graves. Es uno de los factores fundamentales para calcular el riesgo de que mueras relativamente pronto.
  • Historial médico familiar. Los antecedentes médicos de familiares son muy importantes. Por ejemplo, saber si en la familia ha habido muertes por cáncer, si hay casos de diabetes o problemas genéticos de algún tipo.
  • Medicación. Otra forma de establecer tu estado de salud es conociendo qué medicamentos estás tomando.
  • Tabaco. Fumar es uno de los factores que más dificultan el acceso al seguro de vida. Un fumador tiene un fuerte riesgo de enfermar pronto, con lo que la compañía se plantea si asegurarlo y, seguramente, lo hará con primas elevadas.
  • Estilo de vida y aficiones. La aseguradora querrá saber si practicas deportes de riesgo, tienes un trabajo que te pone habitualmente en peligro o si tu estilo de vida es arriesgado.
  • Drogas y alcohol. Igual que con el tabaco, otras adicciones pueden poner en peligro tu salud y, por tanto, las compañías las penalizan a la hora de calificar.
  • Estado financiero. Tus riesgos son mayores si tu salud financiera es mala. La compañía necesita conocer tus ingresos, a qué te dedicas, qué ahorros o inversiones tienes… Son elementos importantes para establecer tu solvencia y también para saber si tendrás recursos para proteger tu salud en caso de enfermedad o accidente.
  • Seguros médicos. Que tengas una buena cobertura médica es importante, porque es una forma de mantener tu salud a resguardo y, por tanto, de minimizar tu riesgo de muerte.
  • Otros seguros de vida. Habitualmente, las aseguradoras quieren saber si tienes otros seguros de vida, porque así pueden comparar los riesgos que asumen con los que han asumido otras firmas.
  • Historial de conducción. Muchas aseguradoras piden tu historial como conductor, para ver si has cometido muchas infracciones que supongan riesgos para tu vida.

Con esta información, la compañía va calculando tu riesgo de muerte. Su enfoque sobre los riesgos no siempre es igual: varía en función del tipo de seguro al que aspiras. Por ejemplo, si quieres un seguros de vida a término, la compañía entiende que tu riesgo es más bajo, porque es un seguro que solo está en vigor unos años. Estos seguros son más baratos y sus calificaciones más asequibles y sencillas.

En cambio, si lo que quieres es un seguro de vida permanente, cuyas pólizas no expiran y están pensadas para acompañarte toda la vida, los riegos que asume la aseguradora son mucho mayores y, por tanto, el proceso de calificación es más duro. Si quieres conocer más detalles sobre ambos seguros no dudes en leer este artículo que compara a los seguros de vida a término frente a los seguros de vida permanentes.

Entre los requisitos más complicados y exigentes que imponen los seguros están los exámenes médicos. Las compañías suelen pedir informes médicos para garantizar que tu estado de salud es el que tú dices. Estos exámenes pueden incluir análisis de sangre, orina, presión sanguínea y otras pruebas médicas que son obligatorias. Solo en ocasiones, podría haber pruebas de esfuerzo, exploraciones con rayos x y otros análisis más complejos. En ellos, los médicos buscan evidencias de lo que denominan condiciones preexistentes: es decir, pistas para determinar que tienes o has tenido alguna enfermedad seria que podría incapacitarte para ser asegurado. También buscarán otras dolencias, como colesterol, diabetes, asma… Y rastrearán la presencia de drogas, alcohol y otras sustancias en la sangre.

Con toda esa información, el proceso sigue adelante. A veces, puede tardar semanas en completarse, con lo que debes ser paciente. Hay compañías que ofrecen un primer seguro de vida durante esas semanas, con una cobertura reducida y pendiente del resultado final de la calificación.

Si finalmente la calificación es positiva, la aseguradora ofrecerá los términos finales de la póliza, que muchas veces coinciden con los que se habían incluido en la cotización inicial. En ellos, la empresa incluirá las cláusulas , los pagos en forma de primas, el beneficio por causa de muerte, la duración del seguro (en los seguros a término) y los instrumentos de ahorro y el valor en efectivo (en los seguros permanentes).

Consejos para calificar para un seguro de vida

Como ves, afrontar el proceso de calificación puede ser una tarea pesada y larga. Es necesario que asumas que puedes tardar un tiempo en tener el seguro e, incluso, no tenerlo nunca. Por eso, debes conocer algunos consejos para calificar y superar mejor esta etapa de incertidumbre.

  • Califica joven. El mejor consejo para afrontar la contratación del seguro y superar sin problemas el proceso de calificación es hacerlo cuanto antes. Si eres joven, tu estado de salud será mejor y tu esperanza de vida, mucho mayor. Por tanto, tendrás pocos riesgos y la compañía te asegurará. Además, tus primas serán más bajas.
  • Se honesto. Trata de ser muy honesto y decir la verdad en todo lo que te pregunten. No ocultes nada, porque si más adelante la compañía descubre que has mentido, puede hacer uso de la llamada cláusula de disputa y anular tu seguro. [Aprende más sobre las Cláusulas principales de un seguro de vida.]

    Ten en cuenta que muchas aseguradoras comparten datos, así que si mientes a una, puede descubrirte simplemente cruzando esa información con la que le ha compartido otra empresa.
  • Segunda opinión. Si la compañía te rechaza, tienes derecho a pedir una segunda opinión a un agente independiente. Si es favorable, podrás protestar la decisión de la aseguradora.
  • Elige bien el tipo de seguro. Si calificar es un problema porque tus exámenes médicos son negativos, puedes plantearte la opción de contratar un seguro de vida a término. Sus niveles de exigencia son más bajos y en ocasiones no requieren informes médicos.
  • Se paciente. Es importante que tengas paciencia durante el proceso de calificación. No solo por su duración, sino porque los agentes de la aseguradora pueden ser muy insistentes, hacerte las mimas preguntas muchas veces y pedirte todo tipo de datos.
  • Cuida tu salud. Si estás pensando en pedir un seguro, cuida tu salud: deja de fumar, reduce el alcohol, pierde peso y haz deporte. Cuanto mejor sea tu condición física, más garantías tendrás en la calificación.
  • Confiesa tus delitos. Ser honesto en la declaración ante la aseguradora implica confesar delitos que se han cometido en el pasado. A nadie le gusta pasar por esto, pero es mejor no ocultar nada. Además, muchos delitos son menores e influyen poco en la calificación. Otros, como el asesinato, el secuestro o la violación son muy graves y pueden ser una causa de exclusión del seguro. Si estas en alguno de estos casos, infórmate con detalle y consulta con el agente de seguros para ver qué opciones tienes.

Con estos consejos te resultará más fácil abordar el proceso de contratación de un seguro de vida. Si los sigues y cubres todas las etapas, acabarás disfrutando de un producto que tiene la gran virtud de proporcionarte confianza y seguridad.

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