Reduce el costo de tu seguro de vida: consejos para ahorrar

Un seguro de vida es una de las mejores inversiones que puedes hacer: te da seguridad, confianza y, si eliges una modalidad de seguro de vida permanente, incluso puedes ahorrar dinero. Pero también es cierto que un seguro de vida puede ser caro, o tener más gastos de la cuenta. Sin embargo, hay muchas formas de limitar esos gastos y poder ahorrar en el seguro de vida.

Sigue leyendo este artículo y descubre de qué forma puedes ahorrar dinero a la hora de pagar tu seguro de vida sin perder prestaciones ni cobertura.

Reduce el costo de tu seguro de vida: consejos para ahorrar
Consejos para ahorrar en tu seguro

Cómo reducir el costo en tu seguro de vida: Qué vas a encontrar en este artículo

Los costos de un seguro de vida

Si tienes un seguro de vida, o si vas a contratar uno, ya te habrás dado cuenta de que tiene unos costos que van más allá de las primas mensuales. Hay comisiones, gastos, pagos por servicios… Y, lógicamente, está el propio costo del seguro: cuánto cuesta la cobertura que quieres.

Todos esos elementos deben ser tenidos en cuenta al contratar un seguro. Por ejemplo, no cuesta lo mismo un seguro a término o temporal, que tiene una vigencia de unos años, que un seguro permanente de vida completa que está en vigor toda la vida y además genera valor en efectivo.

A veces, los seguros tienen costos insospechados: desde gastos de mantenimiento y administración, a costos por acceder al valor en efectivo o el cargo por rescatar una póliza. Son generalmente pequeñas cantidades –o más grandes en el caso del rescate-, pero sumadas a lo largo de los años que dura la vigencia de un seguro, podemos estar ante números bastante elevados.

Por tanto, incluso contratando un seguro de primas bajas es posible encontrarse después con un producto que resulte caro por los gastos que lleva aparejados, o por una mala configuración de la cobertura y las condiciones. Para evitar esto, hay que saber qué partes del seguro son negociables o en qué se pueden mejorar las condiciones contratadas para ahorrar dinero y reducir los pagos.

Conseguir el objetivo de ahorrar en los costos del seguro puede ser fácil si te lo tomas en serio. Es necesaria cierta disciplina y, en algunos casos, estar dispuesto a asumir sacrificios o incluso cambiar tu estilo de vida. Si crees que puedes lograrlo, sigue leyendo y descubre la mejor forma de recortar lo que pagas por tu seguro de vida.

Ahorra antes de comprar tu seguro

A la hora de plantearse un ahorro significativo con el seguro de vida, hay dos etapas fundamentales. Una, la búsqueda y contratación de seguro: es decir, antes de firmar la póliza. Es el momento de conseguir las mejores condiciones posibles y de establecer conceptos fundamentales, como las primas o la indemnización o beneficio por fallecimiento. Por supuesto, también es el momento de elegir el tipo de seguro: a término o permanente.

El otro momento llega cuando el seguro ya está en vigor y llevas un tiempo probándolo y conviviendo con él. Cuando ya conoces mejor su funcionamiento y puedes reevaluar tus necesidades de cobertura, llega la hora de proponer cambios que te ayuden a pagar menos.

En la primera etapa, antes de la compra, puedes ahorrar mucho dinero si sigues estos consejos:

  • Compra joven. La mejor forma de conseguir ahorros en el seguro de vida es contratarlo cuando todavía se es joven. A menor edad, más esperanza de vida y, por tanto, menor riesgo debe asumir la aseguradora. De hecho, hay seguros para estudiantes, o para jóvenes e incluso para niños, y siempre son mucho más interesantes económicamente.
  • Busca cotizaciones. Antes de contratar tu póliza, solicita muchas cotizaciones de seguro de vida. Lo puedes hacer online, o lo puedes hacer acudiendo a un agente y preguntando precios y características. La cotización es una simulación en la que, de acuerdo a tus necesidades y condiciones, se te ofrece un precio lo más aproximado posible a lo que finalmente pagarás.
  • Confirma la información que te ofrecen. Los agentes de seguros suelen mostrar información en tablas e ilustraciones para explicar cómo evolucionará un producto. Debes asegurarte de que las cifras de valor en efectivo que te muestran están garantizadas y no son solo proyecciones.
  • Deja de fumar y cuida tu salud. El tabaco es el gran enemigo de los seguros de vida. Si fumas, automáticamente pagarás más. Por tanto, te interesa realmente dejar de fumar y eliminar ese factor de penalización en tu solicitud de seguro.
    Como sabes, el proceso de calificación para el seguro de vida es complicado y puede ser largo, especialmente en los seguros permanentes. Tendrás que demostrar cuál es tu estado de salud, especialmente si tienes lo que se denomina una ‘condición preexistente’, es decir, una enfermedad o dolencia anterior que pueda poner en peligro tu salud futura. También debes explicar cuáles son tus hábitos y cuál es tu estilo de vida. Si no quieres que tu póliza se encarezca mucho, adelgaza y elimina cualquier actividad que ponga en peligro tu vida: mala alimentación, drogas, deportes de riesgo, etc. Lo más importante es que en el proceso de calificación actúes con sinceridad y no ocultes información. El mayor error que se comete al contratar un seguro de vida es mentir a la aseguradora, que, si descubre el engaño, puede anular la póliza.
    Algunas personas creen que no van a superar los exámenes médicos y contratan seguros de vida de aceptación garantizada. Es una opción de último recurso porque resultan mucho más caros. No tengas miedo: pasa el examen facultativo y verás que, generalmente, es mucho más fácil de lo que se cree.
  • Contrata un seguro grupal. Infórmate de si tu empresa ofrece seguros grupales. Son pólizas colectivas que en ocasiones paga completamente la compañía, o te cobra unas primas muy bajas que se descuentan de tu salario. No ofrecen grandes coberturas, pero puede servirte como un nivel de acceso al seguro y, después, puedes transformarlo en un producto más completo.
  • Empieza con un seguro a término. Si eres joven, quizá la mejor opción para ahorrar sea contratar un seguro a término con primas niveladas. Como tu riesgo es bajo, te impondrán primas muy asequibles y te resultará fácil pagarlas. Además, podrás utilizar ese seguro durante los años que contrates y, si lo deseas, renovarlo automáticamente o convertirlo después en un seguro permanente. En ese momento se recalcularán tus primas de acuerdo a la edad que tengas, pero te saltarás el periodo de calificación, con lo que tendrás un seguro permanente sin el engorro de la etapa de suscripción.
  • Paga anualmente. Aunque te pueda sonar raro, es mejor contratar un seguro de prima anual, o incluso uno de prima única. Tendrás que hacer un mayor esfuerzo a la hora de pagar, pero después tendrás tu dinero mensual completo y podrás dedicarlo a lo que quieras. Además, las compañías suelen añadir costos si se paga mes a mes, con lo que pagando anualmente te ahorras esos gastos. Incluso hay aseguradoras que hacen descuentos si eliges la opción de pago anual, así que infórmate bien antes de contratar tu póliza.
  • Contrata solo lo que necesitas. Muchas personas cometen el error de sobreasegurarse. Contratan más cobertura de la que realmente necesitan, por lo que pagan primas más altas de lo aconsejable. Calcula muy bien qué cobertura puedes necesitar en el futuro y trata de ajustar tu seguro a esas necesidades.
  • Atento a los descuentos para coberturas concretas. Muchas compañías ofrecen precios muy competitivos para cantidades específicas de cobertura. Esto hace que en ocasiones resulte más barato contratar una cobertura de 250.000 dólares que una de 200.000 dólares. Simplemente se debe a que superar determinado umbral de cobertura dispara un descuento. Infórmate bien con los agentes de seguro sobre estas posibilidades, porque ahorrarás dinero y tendrás una indemnización mejor para tus beneficiarios.

Reduce costos de tu seguro de vida ya en vigor

Si tu seguro de vida ya está en vigor y hace un tiempo que lo tienes, puede ser el momento de hacer ajustes para pagar menos y ahorrar dinero. Las mejore estrategias para conseguirlo son estas:

  • Revisa tus necesidades. Imponte la disciplina de revisar periódicamente tus necesidades de seguro. Cada dos o tres años, calcula de nuevo qué cobertura necesitas. Cómo evolucionan tus ahorros, tus deudas, las necesidades de tu familia… Si ves que se reduce la cantidad de cobertura que vas a necesitar en el futuro, no lo dudes: renegocia la cifra y logra primas más baratas. Y si consideras que vas a necesitar más protección, no contrates un seguro extra: te saldrá más barato renegociar el que ya tienes y ampliar su cobertura. Como hemos visto antes, a veces aumentar el beneficio por fallecimiento hace que bajen las primas.
  • Reevalúa tu salud. ¿Tu salud es mejor que cuando contrataste el seguro? ¿Tienes menos colesterol? ¿Has dejado atrás la hipertensión? ¿Has abandonado el tabaco? ¿Has cambiado de estilo de vida? Habla con tu compañía aseguradora y logra que se reevalúe tu caso.
  • Elimina cláusulas. Repasa tu póliza y decide qué cláusulas de las que has contratado son innecesarias. Las cláusulas suelen encarecer las pólizas, así que a medida que las eliminas, abaratas las primas.
  • Empaqueta tus seguros. Si tienes ocasión, agrupa tus seguros en paquetes que incluyan vida, hogar, auto… Es la mejor forma de conseguir precios globales más bajos.

Como ves, hay muchas vías para recortar lo que pagas por tu seguro de vida. Estudia bien tu caso y tus necesidades, consúltalo con los expertos y toma la mejor decisión a la hora de comprar la seguridad para tus seres queridos.

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