Nadie piensa que un estudiante universitario necesite un seguro de vida: es joven, tiene 18 ó 20 años, hace deporte y disfruta de una salud de hierro. Sin embargo, las tragedias sobrevienen: en cualquier momento puede enfermar o tener un accidente y, lamentablemente, fallecer. En esa situación, además del drama que supone la pérdida de una persona joven, la familia puede tener que hacer frente a un enorme problema: pagar los préstamos universitarios.
Con un seguro de vida, el estudiante protege a su familia y la libera de esta pesada carga. Pero, además, puede contar con una herramienta de ahorro para, si no le sucede nada, hacer frente por si mismo al pago de esas deudas. Descubre en este artículo por qué contratar un seguro de vida es muy importante cuando se está en la universidad.
Seguro de vida para estudiantes: Qué vas a encontrar en este artículo
Qué es un seguro de vida para estudiantes
Ningún padre quiere ni siquiera pensar en la posibilidad de perder a un hijo. Pero las desgracias ocurren cuando menos se espera y nadie está libre de ellas. A la terrible pérdida de un hijo en edad universitaria se puede sumar una carga difícil de afrontar: el pago de los créditos suscritos para pagar la carísima educación superior. Para evitar este enorme problema, lo más apropiado es contratar un seguro de vida para estudiantes. Con este instrumento, se garantiza que, en caso de morir la persona asegurada, la indemnización o beneficio de muerte servirá para solventar las deudas con la universidad.
En Estados Unidos, la educación universitaria privada es muy costosa. No es raro que unos padres arriesguen todos sus ahorros y sus bienes para financiar el paso de sus hijos por las aulas de las grandes universidades. Otros, suscriben préstamos que pesan sobre su patrimonio a largo plazo.
Muchos también avalan a sus hijos en la contratación de préstamos universitarios que los estudiantes deberán devolver más tarde y que pueden ser privados o públicos. De hecho, según estadísticas del sitio Student Loan Hero, se calcula que más del 70 por ciento de los egresados en universidades estadounidenses tiene un préstamo de estudios, con un un promedio de dinero a devolver superior a los 36.000 dólares. En total, hay unos 48 millones de estadounidenses con un préstamo escolar a devolver.
Y después hay situaciones todavía más complejas: adultos que, tras unos años en el mercado laboral, deciden retornar a las aulas para mejorar su formación. Y, también frecuente, estudiantes que a su vez tienen hijos u otras personas dependientes a su cargo.
En todos estos casos, la premisa es la misma: se espera que el estudiante logre un buen puesto de trabajo que le permita recuperar el dinero rápidamente. Pero aquí interviene el azar: ¿qué sucede si ese estudiante fallece? ¿Quién recupera todo ese dinero gastado o tomado en préstamo? Los seguros de vida para estudiantes contribuyen a reducir esta incertidumbre.
Un seguro de vida es un producto que responde a una lógica sencilla: el asegurado paga un dinero a cambio del cual, si muere, la aseguradora se encarga de entregar una indemnización a los beneficiarios que haya designado.
Hay dos grandes tipos de seguros de vida: seguros de vida a término y seguros de vida permanentes. En los seguros de vida a término, la vigencia de la póliza está limitada en el tiempo: dura cinco, 10, 15 ó 20 años. Durante ese tiempo, se pagan primas mensuales y, si el asegurado fallece, los beneficiarios reciben el beneficio por causa de muerte. Si el plazo termina y el asegurado sigue vivo, la póliza generalmente caduca. Pero también puede convertirse en un seguro de tipo permanente de manera ventajosa. Y existe también un seguro a término que incluye la devolución de las primas si el asegurado sobrevive a la vigencia de la póliza.
Por otro lado, están los seguros de vida permanentes, que son productos más complejos. Se contratan de una vez para toda la vida y acompañan al asegurado hasta su fallecimiento, viva el tiempo que viva. Estos seguros constan de instrumentos de ahorro con los que generan dinero que conforma, por un lado, la indemnización y, por otro, lo que se denomina valor en efectivo. El valor en efectivo es un dinero que van acumulando los seguros y que los asegurados pueden utilizar para sus gastos o para tomar un crédito contra su valor futuro.
Con estas variantes de ahorro, los seguros permanentes se ordenan en función de su complejidad y de lo exigentes que sean para el asegurado: seguro de vida completa, ordinario o tradicional (sencillo y poco exigente), seguro universal (permite modificar las primas y otros conceptos), seguro de vida variable (invierte el dinero del asegurado en renta variable y exige mucho control) y seguro de vida universal-variable (combinación de los dos anteriores).
En general, los seguros de vida aplicados a los estudiantes no difieren mucho de los que se ofrecen al público en general, salvo por una circunstancia: a los estudiantes les resultan más baratos y más fáciles de conseguir.
Son más baratos porque los estudiantes, en general, son jóvenes, sanos y suelen llevar vidas con pocos riesgos. Por tanto, las aseguradoras les ofrecen seguros más baratos y fáciles de pagar.
Por la misma razón, los procesos de calificación para lograr el seguro son más sencillos. Las aseguradoras ven menos riesgos en personas jóvenes, saludables y con una esperanza de vida muy larga. En todo caso, es conveniente que afrontes el proceso de calificación con total honestidad y no mientas u ocultes información a la aseguradora. Hacerlo supone incurrir en un error que, más tarde, puede hacer que la aseguradora incluso anule tu póliza.
Además del seguro de vida, un estudiante también debería preocuparse por contar con un seguro de salud extra, especialmente si estudia fuera de su distrito médico de origen.
Modalidades de seguro de vida: qué te conviene más
Lo primero que hay que tener en cuenta a la hora de elegir un tipo de seguro es qué deuda ha contraído el estudiante y cómo conviene más afrontarla. Por lo general, los créditos universitarios públicos caducan si el alumno fallece, con lo que, en caso de contar con un préstamo público, quizá no sea necesario contratar ningún seguro de vida.
Pero si el préstamo universitario es privado, como en la mayoría de los casos, hay que tener mucho cuidado. Lo primero es asegurarse de quién está obligado a devolver la deuda: si se trata del estudiante y/o sus parientes más cercanos, conviene tomar precauciones y un seguro de vida puede cubrir un problema futuro. Y, desde luego, si los estudios se han pagado con dinero conseguido con un préstamo convencional, un préstamo co-firmado, o una hipoteca contra la propia vivienda, es muy recomendable colocar una red de seguridad que proteja a la familia si sobreviene la muerte del estudiante y, a su pérdida, hay que sumar unas deudas elevadas.
Una vez que tienes claro qué tipo de deuda pesa sobre los estudios, o cuál es el problema por el que necesitas una garantía financiera, debes elegir qué seguro te conviene más, seas estudiante o padre de estudiantes.
- Seguro a término. El más recurrente en estos casos es el seguro a término o a plazo fijo. Estos productos están pensados para estar en vigor durante unos años y, después, dejan de tener vigencia. Por tanto, son perfectos para contratar durante los años de universidad. Lo más aconsejable es contratarlo a nombre del estudiante: es más joven y le resultará más barato. Pero también se puede contratar a nombre de uno de los padres. También es la opción más recomendable para personas que han dejado su trabajo para estudiar y no tienen seguro de desempleo u otras ayudas. Y para las que combinan estudios y trabajo o estudian y a la vez tienen personas dependientes, como hijos o cónyuges.
- Ventajas del seguro a término. Ofrece dos ventajas principales: el precio y la sencillez del proceso de cualificación. Son seguros baratos porque, al tener una duración limitada, las aseguradoras asumen menos riesgos y pueden reducir el precio de las primas. Al mismo tiempo, y también por esos menos riesgos que se asumen, las aseguradoras exigen muy poco al conceder los seguros a término. Recaban menos información, rara vez piden informes y exámenes médicos y plantean procesos de cualificación muy sencillos. Esto permite contratar rápidamente los seguros a término y empezar a disfrutar de ellos de manera casi inmediata.
- Desventajas del seguro a término. Los seguros a plazo fijo tienen una desventaja fundamental: no hay indemnización. Cuando se acaba el plazo de vigencia, si el asegurado sigue vivo, simplemente se disuelve la relación entre cliente y aseguradora. No se entrega ningún beneficio por causa de muerte y los posibles beneficiarios no reciben nada. Solo en los casos de seguro a término con devolución de primas hay una devolución del dinero aportado en forma de primas si al expirar el seguro el asegurado no ha fallecido. Para evitar este problema de la falta de indemnización, lo más recomendable es transformar el seguro a término en uno permanente . Se aconseja hacerlo antes de que expire su plazo de vigencia. Al hacerlo, la naturaleza del seguro cambia y pasa a ser permanente, con lo que estará en vigor hasta la muerte del asegurado. Cuesta un poco más, pero no es necesario pasar por el complejo proceso de calificación que tienen los seguros permanentes.
- Seguro permanente de vida completa. De entre los diferentes seguros permanentes que hemos visto antes, el más aconsejable para cubrir a un estudiante universitario es el de vida completa. Es una opción sencilla que genera ahorro de forma segura y no requiere apenas atención por parte del asegurado. Si se contrata a nombre del estudiante, el seguro le acompañará toda la vida: será un producto seguro y estable que, a largo plazo, le dará un rendimiento en forma de ahorro y dejará una notable indemnización a los beneficiarios que elija.
- Ventajas del seguro permanente de vida completa: Además de ser un producto relativamente sencillo y poco exigente para el asegurado, la gran ventaja es que, a diferencia del seguro a término, la indemnización se paga pase el tiempo que pase, siempre que la póliza esté al corriente de pago. Por otra parte, el instrumento de ahorro genera lo que se denomina valor en efectivo, una cantidad que, una vez superado cierto límite, se entrega al asegurado con impuestos diferidos. Es decir, se genera un dinero que acaba por ser una forma de ahorro.
- Desventajas del seguro permanente de vida completa: Como todos los seguros permanentes, el de vida completa tiene dos desventajas notables: el precio y el proceso de calificación. El precio es más elevado que en el caso del seguro a término, porque el riesgo que asume la aseguradora es mucho mayor y cierto.
En cuanto a la calificación, habitualmente es complicada. Es un proceso largo en el que la aseguradora reclama información sobre el estado de salud y financiero del aspirante al seguro. Son habituales los exámenes médicos y se aconseja actuar con sinceridad y no ocultar datos para no generar problemas futuros. En el caso de los estudiantes, generalmente personas jóvenes, con buena salud y hábitos de vida saludables, es más fácil superar este proceso, con lo que es recomendable que los seguros estén a su nombre. - Otros seguros permanentes. Los demás tipos de seguros permanentes –universal, variable y universal-variable- son productos menos recomendables para los estudiantes. No porque no sean útiles, sino porque requieren más atención para ser eficaces, y los estudiantes deben concentrarse en sus estudios y no en gestionar las opciones de los seguros. Sin embargo, los que puedan disponer de un tiempo para atender a los seguros, o cuenten con familiares u otras personas que lo hagan por ellos, sí podrían optar por estos productos más sofisticados y exigentes, pero también potencialmente más rentables si las inversiones y las gestiones son adecuadas.
En todo caso, elijas el seguro que elijas para un estudiante, no olvides que lo más importante es seleccionar adecuadamente los beneficiarios. Estos seguros tienen un objetivo básico: cubrir los gastos de los estudios si muere la persona asegurada. Por tanto, los beneficiarios deben ser siempre aquellas personas obligadas a hacerse cargo de las deudas ocasionadas por esos gastos.
Generalmente, serán los padres, que responden con su patrimonio ante los préstamos contratados para pagar la educación universitaria. Pero también pueden ser cónyuges u otros familiares cercanos.
Después, acabados los estudios y reducido el riesgo financiero, el asegurado ya puede decidir qué otros beneficiarios designa. Y en el caso del seguro permanente, como se prevé que tenga una duración muy larga, es importante que el asegurado esté atento a modificar los beneficiarios. De lo contrario, podría darse el caso de que los beneficiarios ya hayan fallecido cuando les toque cobrar el beneficio en caso de muerte.
El seguro de vida como ahorro: paga tu matrícula
Un factor importante al elegir un seguro de vida para un estudiante es el ahorro que pueden generar los seguros permanentes. Con ese dinero, el asegurado puede maniobrar para pagar sus préstamos universitarios.
Por ejemplo, puede utilizar un seguro de vida completa y pedir un préstamo contra su valor en efectivo futuro. Con ese dinero, puede liberarse del préstamo universitario y, después, poco a poco, ir reponiendo el valor en efectivo que ha tomado prestado.
Con algo más de riesgo y esfuerzo, productos como el seguro de vida permanente variable pueden generar mayores rendimientos y contribuir de una forma más eficaz a paliar los costes de la educación superior.
Aun así, siempre hay que tener en cuenta que poder pagar el préstamo universitario, o una parte, solo es una posibilidad y, como mucho, un beneficio extra. Nunca hay que perder de vista el verdadero objetivo del seguro de vida para estudiantes: proteger la situación económica de sus familias en caso de que fallezcan.
Y, en este sentido, es muy importante explicar con cuidado a los estudiantes el objetivo del seguro de vida. Deben comprender que por el hecho de contratar un seguro de vida para ellos, sus familias no los quieren menos ni los consideran una carga económica. Si no se les explica correctamente, pueden encontrarse con un seguro de vida, algo que a su edad suena desalentador, y con la sensación de que sus estudios son una losa para sus familiares.
Además, siempre es necesario acudir a los profesionales. Si ya tienes claro que vas a contratar un seguro de vida para estudiantes, acude a un agente y pídele que te muestre todas las opciones y que te dé información más detallada.