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¿Atascado en el tráfico? El humo diésel podría dañarle el cerebro

LUNES, 30 de enero de 2023 (HealthDay News) -- Si se encuentra atrapado en un atasco de tráfico y comienza a sentirse un poco mareado, el humo diésel del camión que tiene en frente quizá tenga la culpa.

Una nueva investigación encontró que apenas dos horas de exposición al humo diésel afectaba a la competitividad funcional del cerebro, lo que puede reducir la capacidad de pensar y recordar.

¿Atascado en el tráfico? El humo diésel podría dañarle el cerebro

"Comparamos a las personas tras la exposición al humo diésel con la exposición al aire filtrado. Observamos que la red tenía una reducción en la actividad", señaló la investigadora principal, Jodie Gawryluk, profesora asociada de psicología de la Universidad de Victoria, en Columbia Británica, Canadá.

Por suerte, el efecto no dura mucho, y en general desaparece en un par de horas, comentó Gawryluk, pero no se sabe si la exposición a largo plazo al humo diésel puede provocar un daño cerebral permanente.

"Sin duda es una posibilidad", anotó. "Se están llevando a cabo estudios ahora mismo que observan si esto podría ser un factor de riesgo potencial de enfermedades neurodegenerativas, como la enfermedad de Alzheimer".

En un estudio anterior, Aisha Dickerson, profesora asistente del departamento de epidemiología de la Facultad de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins, en Baltimore, encontró que la exposición al humo diésel en el trabajo se vinculaba con un mayor riesgo de una enfermedad degenerativa, la esclerosis lateral amiotrófica (ELA, también conocida como enfermedad de Lou Gehrig).

Es muy posible que la exposición a largo plazo pueda provocar un daño cerebral permanente, advirtió Dickerson. "Prevería ver más daño en alguien que haya tenido unas exposición más frecuentes, o incluso más altas, al humo diésel", añadió.

Este riesgo es particularmente agudo para las personas que viven cerca de autopistas y carreteras con mucho tráfico. Estas personas tienden a ser pobres, personas negras, hispanas e inmigrantes, anotó Dickerson.

"Prevería que tengan más exposiciones, y por tanto más daños en el cerebro", dijo.

"El humo diésel sin duda es nocivo para el cerebro. Debemos comenzar a trabajar para crear soluciones para intentar reducir las exposiciones en las comunidades que viven cerca de las carreteras", sugirió Dickerson.

Estos esfuerzos deben incluir nuevas tecnologías, la regulación de las emisiones diésel y ubicar las autopistas lejos de las comunidades residenciales.

En un laboratorio, Gawryluk y sus colegas expusieron a 25 adultos a humo diésel, y luego a aire filtrado. Usaron IRM para evaluar los efectos de estas exposiciones en el cerebro.

Los investigadores hallaron que el humo diésel reducía la conectividad funcional en áreas del cerebro vinculadas con una reducción en el rendimiento mental ("cognitivo"), la toma de decisiones y síntomas de depresión.

Gawryluk observó que es probable que la exposición al humo de la gasolina, e incluso al humo de los incendios forestales, tenga el mismo efecto.

Aconsejó a las personas "ser conscientes del aire que respiran, e intentar tomar medidas para minimizar la exposición a unos contaminantes atmosféricos potencialmente dañinos, como el escape de los coches".

El informe se publicó en una edición reciente en línea de la revista Environmental Health.

"Los hallazgos de este estudio son profundamente preocupantes", aseguró Elizabeth Bechard, analista sénior de políticas de Moms Clean Air Force. "Refuerzan nuestra comprensión respecto a que respirar el humo diésel tóxico no solo es malo para los pulmones y el corazón, sino también para el cerebro".

Las implicaciones para la salud de los cerebros en desarrollo de los niños son particularmente preocupantes, afirmó Bechard, "sobre todo dado que 20 millones de niños van en autobús cada día a la escuela, y la gran mayoría de estos autobuses funcionan con diésel. Ya sabemos que la exposición al humo diésel sucio se vincula con una alteración en la cognición y en el desempeño académico de los niños, y este nuevo estudio nos ayuda a comprender cómo el humo diésel altera a nuestra función cerebral".

Bechard cree que se debe eliminar de forma gradual el diésel, y los motores de combustión en general, del transporte. "Las ciudades deben ser para andar en bicicleta y caminar, ya que esto fomenta un transporte libre de contaminación que también es bueno para nuestros cuerpos", aseguró.

Cuando el humo diésel es inevitable, se pueden tomar medidas para reducir el daño, anotó Bechard.

"Los padres quizá deban mantener las ventanas del coche cerradas cuando conducen por carreteras concurridas, y asegurar que los filtros de aire del coche funcionen bien", aconsejó. "Otras estrategias podrían incluir evitar las carreteras con mucho tráfico o las horas punta del tráfico siempre que sea posible, reducir el ralentí en los vehículos, o instalar sistemas de filtrado del aire de alta calidad en las escuelas y guarderías para reducir la exposición de los niños a la contaminación de las carreteras cercanas".

Más información

Aprenda más sobre la contaminación del tráfico en la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com


FUENTES: Jodie Gawryluk, PhD, associate professor, psychology, University of Victoria, Victoria, B.C., Canada; Aisha Dickerson, PhD, assistant professor, department of epidemiology, Bloomberg School of Public Health, Johns Hopkins University, Baltimore; Elizabeth Bechard, senior policy analyst, Moms Clean Air Force; Environmental Health, Jan. 14, 2023, online

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