La jubilación es ese momento que muchas personas ansían. Un tiempo en el que disfrutar de la vida con más calma y sin preocupaciones económicas. Una buena pensión de jubilación, o unos ahorros sólidos, son la mejor forma de afrontar esa etapa. Pero si crees que puedes necesitar algo más, deberías empezar a planificar una buena estrategia de jubilación utilizando tu seguro de vida.
Las pólizas de seguro de vida, utilizadas de manera inteligente, se pueden convertir en herramientas estupendas para hacer frente al merecido retiro con mayor comodidad, más seguridad económica y, por tanto, mucho más desahogo.
En este artículo te explicamos cómo organizar tu jubilación utilizando el seguro de vida. Sigue leyendo y decide qué estrategia te conviene más.
Seguro de vida y jubilación: Qué vas a encontrar en este artículo
El seguro de vida y la estrategia de jubilación
¿Has empezado a pensar en tu retiro y en la jubilación? ¿Tienes ya una estrategia para que los últimos años de tu vida sean cómodos y no os falte de nada ni a ti ni a los tuyos? Si es así, seguramente habrás pensado en que los años de retiro pueden ser muchos, y que quizá los ahorros con los que cuentas quizá no sean suficientes para hacer frente a ese largo tiempo que sigue al final de tu vida laboral. Si es así, deberías contemplar el seguro de vida como herramienta crucial para diseñar tu estrategia de jubilación, lo que en inglés se denomina LIRS: Life Insurance Retirement Strategy.
Es posible que nunca hayas pensado en el seguro de vida como algo más que su misión clásica: garantizar unos ingresos que permitan a tus seres queridos seguir adelante si falleces. Pero, para muchas personas, una póliza de vida es también un mecanismo con el planificar su situación financiera tras la jubilación. Y, aunque te parezca sorprendente, este puede ser el mejor de los motivos para contratar un seguro de vida.
Una póliza adecuada puede convertirse en la clave de un plan de jubilación. Por un lado, ayuda a proteger los ingresos de la familia. Por otro, ofrece dinero líquido libre de impuestos y puede mejorar los beneficios totales de un portfolio de productos financieros. Además, el seguro de vida puede ser utilizado como apoyo para la configuración de una herencia .
Con todas estas posibilidades sobre la mesa, debes empezar a planificar. La primera pregunta que debes responder es obvia: ¿ya tienes un seguro de vida? Si es así, pide cita con tu aseguradora para revisar la póliza de tu seguro de vida . En esa revisión puedes empezar a reorganizar tu seguro pensando en la jubilación.
¿Y si no tienes seguro de vida? Entonces te conviene contratarlo cuanto antes. Recuerda que te saldrá más barato cuanto más joven seas, pero eso no es necesariamente un problema y puedes comprar una póliza incluso a tus 60 años o más. Pero si vas a utilizarla para planificar tu jubilación es importante que elijas con cuidado.
El seguro de vida permanente para planificar tu jubilación
Lo primero que tienes que decidir es si vas a planificar tu retiro utilizando un seguro de vida temporal o uno permanente. La mayoría de los expertos se inclina por hacerlo a través de los seguros de vida permanentes, porque ofrecen ventajas en términos de valor en efectivo y tratamiento fiscal.
Los seguros permanentes se denominan también de valor en efectivo, porque una parte del dinero que se paga en forma de primas se invierte en productos de inversión y se genera un dinero que, a largo plazo, pasa a manos del asegurado, con lo que se puede producir un ahorro neto. Los seguros permanentes están en vigor durante toda la vida del asegurado y pagan una indemnización a los beneficiarios cuando muere el titular. Hay cuatro tipos de seguros permanentes que se diferencian por el grado de riesgo que se asume. En función de esta diferencia hablamos de seguros ordinarios de vida o tradicionales, seguros universales, seguros de vida variables y seguro de vida universal-variable.
Las estrategias más habituales sobre seguros permanentes son estas:
- Utilizar el valor en efectivo. Las pólizas de seguros de vida permanentes generan valor en efectivo y puedes retirarlo durante tu jubilación con un tratamiento fiscal muy ventajoso. Se puede retirar parcialmente o se puede tomar prestado, también con un buen tratamiento fiscal. Ese dinero te puede ayudar a proteger tus otros productos financieros (fondos de pensiones, acciones, bonos…) en momentos en que su rentabilidad sea baja y te den poco rendimiento. De esa forma, tu portfolio de inversión tiene tiempo para recuperarse y, mientras tanto, mantienes tu nivel de vida gracias al valor en efectivo.
- Renta vitalicia. Una forma sencilla de transformar el seguro de vida en ingresos constantes durante la jubilación es transformar la póliza en una renta vitalicia. Es decir: se emplea el dinero acumulado para la indemnización para pagarte una renta periódicamente durante los años de tu retiro. Esto se puede hacer a través de un mecanismo de intercambio contemplado en la denominada sección 1035 de muchas pólizas de seguros. Es una opción recomendable para aquellas personas que ya no necesitan dejar una indemnización a nadie y quieren disfrutar del dinero que han ido acumulando con el seguro.
- Rescate de la póliza. Una forma de conseguir dinero en efectivo es rescatar la póliza. Al hacerlo, el asegurado paga los impuestos del valor en efectivo y seguramente algunos cargos extra. Además, deja de contar con la indemnización. Pero, a cambio, se hace con el dinero acumulado y puede disfrutar de él.
- Sustituir una pensión. Para las personas cuya jubilación depende de una pensión –sea pública o privada- un seguro de vida puede ser una garantía. Si se trata de una pareja, la muerte del pensionista puede ser un problema muy grave. Con el seguro de vida se logra un reemplazo de ingresos y se evita que la otra persona quede desamparada.
- Cuidados de largo plazo. También se puede utilizar el seguro de vida para garantizar cuidados médicos a largo plazo. Muchas pólizas cuentan con cláusulas que permiten cobrar por adelantando una parte del beneficio por causa de muerte siempre que se utilice para pagar gastos médicos.
Como puedes ver, hay muchas formas de utilizar el seguro de vida permanente y sus mecanismos para lograr una jubilación más estable y sustanciosa. Eso sí: recuerda que los seguros permanentes son generalmente más caros que los temporales y, además, tienen procesos de calificación más complicados y es más difícil acceder a ellos.
El seguro de vida temporal y tu retiro
Estas dificultades, especialmente el precio, llevan a algunos expertos a plantear una estrategia de jubilación apoyada en un seguro de vida temporal . Estos seguros son más económicos porque tienen una duración determinada. Al tener fecha de caducidad, las aseguradoras asumen menos riesgos y pueden facilitar el acceso a las pólizas y cobrar primas más bajas.
Estos precios más asequibles tienen una gran ventaja para el asegurado: le permiten liberar dinero para invertir en otros productos financieros que faciliten una jubilación cómoda.
Si optas por esta estrategia, debes seguir estos pasos:
- Contrata un seguro a término. El seguro a término te dará la confianza que necesitas: si mueres mientras la póliza está en vigor, tu familiar recibirá una indemnización. Eso sí: si superas la vigencia de la póliza, tendrás que renovar y eso te costará más caro. Una alternativa es contratar un seguro de vida universal garantizado, que es un híbrido entre uno permanente y uno temporal. Y, si lo consideras necesario, otra opción es convertir tu seguro temporal en uno permanente. Pagarás más, pero te ahorrarás un nuevo proceso de calificación.
- Crea un fondo de emergencia. Con el dinero que te vas a ahorrar en las primas, crea una reserva económica que te permita salir de un apuro a corto plazo. Si logras reunir dinero para superar un bache de seis meses o un año sin ingresos, tendrás un respaldo importante para afrontar con más calma tu jubilación.
- Contrata un seguro de incapacidad. Al tiempo que creas el fondo de emergencia, dedica una parte del dinero a contratar un buen seguro de incapacidad permanente o de largo plazo. Esta medida te ayudará a proteger tus ingresos si te sufres algún problema de salud que te impide trabajar.
- Invierte bien el resto. Seguramente, todavía te sobrará una parte del dinero que ahorras cada año por tener contratado un seguro más barato. Lo recomendable es invertir con cuidado ese dinero y lograr unos beneficios que se conviertan en ahorro para esos años de la jubilación. Las herramientas convencionales de inversión te darán más control sobre tu dinero que los seguros de vida, y podrás tomar tus propias decisiones con mayor libertad. Por supuesto, recuerda que invertir conlleva riesgos, así que hazlo con precaución y bien asesorado.
Finalmente, te toca decidir. Elige bien qué estrategia quieres implementar para planificar tu jubilación con el seguro de vida. Con todas las que te hemos descrito puedes disponer de mejores ingresos cuando dejes atrás tu vida laboral y afrontes los años del merecido descanso.