La madre debe ser el centro del trabajo de parto

La Organización Mundial de la Salud (OMS) parte del principio de que el parto es un proceso fisiológico que puede ser llevado a cabo sin complicaciones para la mayoría de mujeres y niños. 

En cifras, la mayor parte de los 140 millones de partos que ocurren cada año en el mundo son de mujeres sin factores de riesgo o complicaciones para sí mismas o sus bebés.

La guía de la OMS resalta la importancia del cuidado centrado en la mujer para optimizar la experiencia del trabajo de parto | Foto: ISTOCK

En ese sentido, la OMS aboga por la necesidad de "reducir las intervenciones médicas innecesarias", en vista de que en las últimas dos décadas hubo un aumento sustancial de prácticas para iniciar, acelerar, terminar, regular o monitorear el proceso del parto, una medicalización creciente que tiende a socavar las propias capacidades de cada mujer de dar a luz e impactar negativamente su experiencia de parto.

Para lograr ese propósito, la OMS publicó 26 nuevas recomendaciones para fijar estándares e intentar reducir las intervenciones médicas innecesarias en el parto.

"Cuidados intraparto para una experiencia positiva del parto", el nombre del documento, por ahora sólo disponible en inglés, suma consejos a los 30 ya existentes.

La guía resalta la importancia del cuidado centrado en la mujer para optimizar la experiencia del trabajo de parto y el nacimiento a través de un enfoque holístico y basado en los derechos humanos.

Los 56 items de la lista se ordenan cronológicamente en las distintas etapas del trabajo de parto y se dividen en prácticas: recomendadas, no recomendadas, recomendadas solo en contextos específicos y recomendadas sólo en el contexto de investigación rigurosa.

Antecedentes

En el documento difundido, la OMS recordó que las directrices establecidas en la década de los 50 para la atención de partos, las cuales se refieren, por ejemplo, al manejo del dolor, la dilatación y la intervención médica, deben ser replanteadas.

Todo esto bajo la premisa de que los tiempos han cambiado y, más importante aún, cada parto es único y la mujer tiene el derecho a decidir en un evento tan trascendente en la vida como ser madre.

Lo que se pretende con la nueva guía es que la madre sea el centro en la toma de decisiones de todo el trabajo de parto, y para ello presentó 56 sugerencias para gestionar el alumbramiento soportadas en evaluaciones científicas.

Olufemi Oladapo, del departamento de Salud Reproductiva de la OMS, afirmó que estas nuevas directrices “proponen un acercamiento holístico al parto, en el que la madre tenga preeminencia”.

Entre las recomendaciones figura la necesidad de evitar la medicalización innecesaria y la autonomía de la madre para optar por un parto sin dolor, una condición que se reclama como un derecho. 

También hay otras sugerencias para que pueda estar acompañada de un ser querido, se mantenga su privacidad y se respete la posición en que quiere permanecer tanto para el trabajo de parto como en el momento de pujar.

Otro punto incluido en las directrices es la dilatación del cuello del útero. En la década de 1950, el obstetra estadounidense Emanuel Friedman estudió la progresión del trabajo de parto y estableció una guía que indicaba que el cuello del útero de la mujer debe dilatarse a una tasa de un centímetro por hora en la primera etapa. 

Pero investigaciones en los últimos quince años, entre ellas un estudio de la OMS con la participación de 10.000 mujeres en Nigeria y Uganda, mostraron que esa tasa puede ser más lenta sin poner en riesgo la salud de la madre o del bebé.

“La velocidad a la que el útero dilata no tiene ninguna importancia con respecto a la oportunidad de supervivencia del bebé, siempre y cuando haya progreso”, explicó Oladapo al decir que las antiguas directrices eran “irreales” e “inadecuadas” para determinar si un parto está progresando mal o simplemente es más lento que la media.

La nueva norma, por tanto, hace énfasis en señalar que una dilatación del cuello del útero lenta por sí sola no es una “indicación rutinaria” para acelerar o intervenir el parto. 

Por esa razón, no se establece un rango de la velocidad a la cual se debería dilatar, entendiendo que cada caso es distinto.

Sin embargo, las directrices sí dejan claro que una vez el cuello del útero está abierto unos cinco centímetros hasta la total dilatación, el trabajo de parto “normalmente” no se debería extender más de doce horas en un primer nacimiento y diez en un segundo. 

Durante ese tiempo, dicen los expertos, es necesario monitorear de cerca tanto a la madre como al bebé.

En el documento también se refieren a la cesárea, que se ha expandido como una pandemia en varias regiones del mundo. Ese aumento, según el organismo internacional, se presenta en muchos países de ingresos medios por comodidad de las mujeres y del personal médico, y por el hecho de que en muchos casos los especialistas cobran mucho más dinero por un parto quirúrgico que por uno natural.

Ahora, las directrices les recuerdan a los médicos los riesgos a corto y mediano plazo de las cesáreas; y a las madres, que existe un derecho humano a un parto lo más natural posible y bajo su control.

La OMS también se refiere a la episiotomía, la incisión quirúrgica en la vulva que se practica en ciertos partos para facilitar la salida del feto y evitar desgarros en el perineo.
“Es una práctica casi barbárica y se ha convertido casi en rutinaria, a pesar de que sus bondades son un completo mito”, lamentó Oladapo, y agregó que debe usarse solo en casos extremos, dadas las múltiples consecuencias perniciosas para la madre en el futuro.

Lo que se recomienda

Cuidado maternal respetuoso, que mantenga la dignidad, privacidad y confidencialidad, asegure que no haya daño ni maltrato y permita decisiones informadas y apoyo continuo durante el trabajo de parto.

Comunicación efectiva entre los proveedores del cuidado maternal y la mujer en trabajo de parto, utilizando métodos simples y culturalmente aceptados.

Elección de un acompañante para todas las mujeres atravesando un trabajo de parto.

Distintas opciones de manejo del dolor, según las preferencias de la mujer. Puede ser anestesia epidural, opioide, técnicas de relajación o hasta técnicas manuales como masajes o compresas calientes, siempre según las preferencias de la mujer.

Alentar la posición de parto que prefiera elegir la mujer, incluso la modalidad vertical.

Contacto piel con piel. Los recién nacidos sin complicaciones deberían ser mantenidos piel con piel con sus madres durante la primera hora siguiente al nacimiento para prevenir hipotermia y promover la lactancia.

La duración de la primera etapa del trabajo de parto no está establecida y puede variar mucho de una mujer a otra, las mujeres deberían ser informadas de esto.

Lo que no se recomienda

Afeitado de rutina perineal o púbico previo al parto vaginal
Administración de edemas. Rutinas de succión nasal y oral en bebés que comienzan a respirar por su cuenta (y cuando el líquido amniótico es claro.

Episiotomías de rutina o liberales para mujeres que están atravesando partos vaginales espontáneos.