A nivel mundial, las mujeres viven en promedio unos cuatro años más que los hombres, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Pero no sólo sobreviven a los hombres en tiempos normales: tienen más probabilidades de vivir más incluso en las peores circunstancias, como hambrunas y epidemias, informó un reciente estudio.
La investigación, publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), examinó las tasas de supervivencia de ambos sexos en condiciones extremas en siete poblaciones y descubrieron que las mujeres tenían más probabilidades de sobrevivir que los hombres en casi todas las circunstancias.
Esta brecha de género de la esperanza de vida se debió a una ventaja de supervivencia femenina en la infancia en lugar de la edad adulta. En tiempos de adversidad, las niñas recién nacidas tienen más probabilidades de sobrevivir que los niños recién nacidos.
Los científicos analizaron los datos de mortalidad de 250 años, observando sociedades en todo el mundo que sufrieron hambrunas y epidemias. Esto incluyó a ex esclavos en Estados Unidos y Trinidad en el siglo XIX y a víctimas de hambruna en Suecia e Irlanda, además de los afectados por la epidemia de sarampión en Islandia. En general, descubrieron que, incluso cuando la mortalidad era muy alta para ambos sexos, las mujeres todavía vivían más tiempo que los hombres, entre seis meses a casi cuatro años.
¿Fundamentos biológicos?
Las niñas que nacieron durante la hambruna que azotó a Ucrania en 1933, por ejemplo, vivieron hasta los diez años, mientras que los niños sólo hasta los 7, en promedio.
Cuando los investigadores dividieron los resultados por grupo de edad, descubrieron que la mayor parte de la ventaja de supervivencia femenina proviene de las diferencias en la mortalidad infantil. Las niñas recién nacidas son más resistentes que los niños recién nacidos.
"La hipótesis de que la ventaja de supervivencia de las mujeres tiene fundamentos biológicos es respaldada por el hecho de que bajo condiciones muy duras las mujeres sobreviven mejor que los hombres incluso a edades infantiles cuando las diferencias sociales y de comportamiento pueden ser mínimas o favorecer a los hombres", señala el estudio.
"Nuestros hallazgos también indican que la ventaja femenina difiere según el entorno y está modulada por factores sociales. Las hormonas también pueden desempeñar un papel, dado que se sabe que el estrógeno, una hormona sexual femenina, estimula el sistema inmunológico”, señalaron los autores.
"Nuestros resultados agregan otra pieza al rompecabezas de las diferencias de género en la supervivencia", dijeron los investigadores dirigidos por Virginia Zarulli, profesora asistente en la Universidad de Duke en Durham, Carolina del Norte.