Por primera vez en Estados Unidos, una mujer que nació sin útero y había recibido un trasplante el año pasado, dio a luz un bebé en el Baylor University Medical Center en Dallas.
"Este primer nacimiento vivo en un receptor de trasplante de útero en Estados Unidos fue un hito en nuestro trabajo para resolver la infertilidad absoluta relacionada con el factor uterino; pero, lo que es más importante, es un bello momento de amor y esperanza para una madre a quien le dijeron que nunca sería capaz de cargar a su propio hijo", expresó en un comunicado Giuliano Testa, investigador principal del ensayo clínico de trasplante uterino en Baylor.
A pedido de la familia, su nombre, ciudad natal y la fecha del nacimiento no se hicieron públicos para proteger su privacidad.
Desde el año 2014, otros ocho bebés nacieron de mujeres que tuvieron trasplantes de útero, todas en Suecia, en el Hospital Universitario Sahlgrenska en Gotemburgo.
La doctora Liza Johannesson, cirujana de trasplante de útero que dejó el equipo sueco para unirse al grupo de Baylor, dijo que el nacimiento en Dallas fue particularmente importante porque demostró que el éxito no se limitaba al hospital de Gotemburgo.
Posibilidad de ser madre
El ensayo clínico de Baylor incluyó a 10 mujeres. Ocho, dentro de las que se encuentra la nueva madre, han recibido trasplantes de útero hasta el momento. Una de las participantes está embarazada y dos están tratando de concebir. Otros cuatro tuvieron trasplantes que fracasaron y los órganos tuvieron que ser extirpados quirúrgicamente.
Las cirugías de útero difieren de otros trasplantes en una forma importante, ya que no están destinados a ser permanentes. En cambio, dan a una mujer tiempo suficiente para concebir un hijo. Los óvulos fecundados in vitro se transfieren al útero de la mujer y, una vez que el bebé nace, el útero se extrae mediante cirugía.
En Estados Unidos, en el año 2016 científicos de la Cleveland Clinic habían realizaron el primer trasplante de útero. Sin embargo, días después del anuncio, la paciente sufrió complicaciones y el órgano tuvo que ser removido.
Un proceso complicado
El proceso de transplante de útero es complicado y tiene riesgos considerables tanto para los receptores como para los donantes. Los donantes se someten a una operación de varias horas. Esta cirugía es en cierto modo comparable a un trasplante de hígado, explicó el doctor Testa a The New York Times.
Los embarazos, además, se consideran de alto riesgo, y los bebés deben nacer por cesárea para evitar la tensión en el útero trasplantado. Hasta ahora, todos los nacimientos han ocurrido poco antes de las 40 semanas normales de gestación, entre las 32 a 36 semanas.
Por otra parte, las mujeres que tienen trasplantes de útero necesitan de una fertilización in vitro, ya que no pueden concebir de forma natural. Antes del trasplante, las mujeres reciben tratamientos hormonales para hacer que sus ovarios liberen múltiples óvulos, que luego se fertilizan y congelan.