Las mujeres están aplazando la decisión de ser madres. Hace algunas décadas la edad promedio se situaba más cerca de los 20, pero desde los años '70 aproximadamente, crece la tendencia de ser madre después de los 30 años.
Durante las últimas dos décadas aumentaron las cifras de embarazo entre las mujeres mayores de toda raza y origen en EE.UU. Entre 2000 y 2012, las tasas de primer parto entre las de 35 a 39 años, aumentaron un 24%, y para las mujeres de 40 a 44 años, un 35%, según datos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
El fenómeno no escapa a las celebridades: en 2016, Janet Jackson fue madre primeriza a los 50 años, Laura Linney en 2014 se unió al clan al dar a luz a los 49 años, Geena Davis tuvo un hijo a los 46, y hay varios casos más de famosas madres maduras.
¿Hay una edad límite para ser madre?
Los expertos advierten que después de los 35 años, el embarazo implica riesgos de salud para la madre y el niño. Y aconsejan vigilar más de cerca estos embarazos.
Las mujeres experimentan una disminución de fertilidad después de los 30 años. Es frecuente que desde esa edad en adelante les lleve más tiempo quedar embarazada, porque ovulan con menor frecuencia, y debido a problemas de salud que son más comunes después de esta edad, informa la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU.
Para ahondar en este tema, entrevistamos a la Ginecóloga y Obstetra Candace Howe, de HM Medical y graduada en la Universidad de California en Los Ángeles, quien expresó: “Técnicamente, mientras se tenga un útero en buen funcionamiento y saludable, no hay un tope de edad.
"Aunque con el paso del tiempo, la menopausia disminuye el tamaño y funcionabilidad del útero, así que los limites más altos de capacidad para un embarazo (a través de una FIV) serían al final de los 40 a 50 años” agrega.
Los riesgos de la maternidad tardía
Las mujeres que planean aplazar su decisión de ser madres deberían tener en cuenta que la maternidad tardía conlleva un riesgo alto de salud para la mujer y el bebé. “La verdadera complejidad y riesgo deriva de los cambios fisiológicos de la madre, que causan estrés en el cuerpo durante el embarazo, y que se suman a los factores de envejecimiento”, dijo la Dra. Howe.
“La obesidad, la alta presión sanguínea, la diabetes, los problemas de la tiroides y enfermedades del corazón, usualmente surgen a medida que nos acercamos a los 40 años y se afirman al pasar los 50. Éstas, junto a otras condiciones físicas del sistema cardiovascular y musculoesquelético, perjudican la capacidad del organismo para llevar un embarazo a término completo, de manera sana y segura” agregó.
No es raro que los bebés producto de embarazos de FIV en mujeres de 40 años o más, nazcan prematuros o requieran hospitalización debido a las complicaciones.
La naturaleza es sabia
El Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG por su sigla en inglés) informa que las madres maduras (después de los 35 años) enfrentan un mayor riesgo de padecer presión arterial alta y que puede empeorar durante el embarazo. Esto puede ocasionar placenta previa y problemas en el desarrollo del feto. Otro problema es que están más expuestas a desarrollar diabetes gestacional.
Ir en contra de los límites naturales pone en grave peligro a la madre y al bebé. Como resultado, ambos podrían sufrir daños físicos a largo plazo; o aún peor, perder la vida, sostiene la Dra. Howe.
Pero no todas las mujeres maduras son iguales, según la especialista: “Si tenemos una mujer mayor con una salud excepcional, que ha sido atlética por varios años, y tiene un buen historial de salud familiar y una salud genética excelente, su resultado va a ser más favorable a medida que envejece, en comparación con una mujer sin estas características” concluye la especialista.