La cantante Janet Jackson, de 50 años dio a luz a su primer hijo, a quien llamaron Eissa Al Mana.
"Janet tuvo un parto saludable sin estrés y descansa cómodamente", dijo su agente de prensa.
Jackson sorprendió al mundo cuando anunció en mayo de 2016 que iba a tener un bebé, uniéndose así al club de las madres tardías que entre otras famosas integran Laura Linney, quien en 2014 tuvo un hijo a los 49 años, Geena Davis fue madre a los 46, Susan Sarandon a los 43 años, y la lista es aún más larga.
Algo está cambiando sobre la edad de la maternidad. Las mujeres están aplazando la decisión de ser madres, empujándola hasta superar el umbral de los 30 años, mientras que en los años ‘70, la edad promedio era de 21 años.
La tendencia es firme. Durante los últimos 20 años aumentaron las cifras de embarazo entre las mujeres mayores de toda raza y origen. En EE.UU. entre 2000 y 2012, las tasas de primer parto entre las de 35 a 39 años, aumentaron un 24%, y para las mujeres de 40 a 44 años, un 35%, según datos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
Muchas mujeres se sentirán identificadas con estas estrellas y tal vez las tomen como modelo de valentía. Entonces, es importante preguntarse si hay una edad biológica límite para recibir una FIV y convertirse en madre, y cuáles son los riesgos de la decisión de aplazar demasiado la maternidad.
Para ahondar en este tema, entrevistamos a la Ginecóloga y Obstetra Candace Howe, de HM Medical y graduada en la Universidad de California en Los Ángeles, quien expresó: “Técnicamente, mientras se tenga un útero en buen funcionamiento y saludable, no hay un tope de edad. Aunque con el paso del tiempo, la menopausia disminuye el tamaño y funcionabilidad del útero, así que los limites más altos de capacidad para un embarazo serían al final de los 40 a 50 años”.
El riesgo de ser madre mayor
La maternidad tardía conlleva un riesgo alto de salud para la mujer y el bebé. “La verdadera complejidad y riesgo deriva de los cambios fisiológicos de la madre, que causan estrés en el cuerpo durante el embarazo, y que se suman a los factores de envejecimiento”, afirma la Dra. Howe.
“La obesidad, la alta presión sanguínea, la diabetes, los problemas de la tiroides y enfermedades del corazón, usualmente surgen a medida que nos acercamos a los 40 años y se afirman al pasar los 50. Éstas, junto a otras condiciones físicas del sistema cardiovascular y musculoesquelético, perjudican la capacidad del organismo para llevar un embarazo a término completo, de manera sana y segura” agregó.
No es raro que los bebés producto de embarazos de FIV en mujeres de 40 años o más, nazcan prematuros o requieran hospitalización debido a las complicaciones.
Además, “los bebés de madres maduras pueden padecer problemas respiratorios, condiciones del corazón o problemas de aprendizaje en el futuro. En las embarazadas aumenta el riesgo de muerte fetal, de parto prematuro, hemorragia post-parto y otras complicaciones adicionales -como insuficiencia cardíaca, hepática o renal-. Éstas pueden no ocurrir, pero existe un riesgo más alto después de los 50 años” asegura Howe.
Pero no todas las mujeres maduras son iguales, según la especialista: “Si tenemos una mujer mayor con una salud excepcional, que ha sido atlética por varios años, y tiene un buen historial de salud familiar y una salud genética excelente, su resultado va a ser más favorable a medida que envejece, en comparación con una mujer sin estas características”.
¿Hay un límite legal?
El límite legal es otro interrogante. Al abordar el tema, la experta sostiene que no hay restricciones en ese sentido en EE.UU. “Solo existen consideraciones éticas y médicas, no leyes específicas.
Las directrices de la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva sugieren que una mujer es apta para una FIV hasta cumplir los 50 años y que se pueden utilizar los óvulos propios hasta los 45 años".
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