Los genes que regulan la duración del período gestacional y la probabilidad de parto prematuro fueron identificados en un estudio que involucró a más de 50,000 mujeres. Este avance científico, que fue publicado en en el New England Journal of Medicine (NEJM) puede conducir a mejorar la salud y la supervivencia entre los niños.
La investigación, dirigida por investigadores del Centro Médico del Hospital Infantil de Cincinnati, logró identificar seis regiones genéticas que influyen sobre la duración del embarazo y el momento del alumbramiento, abriendo así la puerta al desarrollo de intervenciones para prevenir los partos prematuros y sus consecuencias.
El parto prematuro afecta al 9,6 por ciento de los embarazos en los Estados Unidos y a más de 15 millones en todo el mundo, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que las tasas de supervivencia de los bebés prematuros presentan notables disparidades entre los distintos países del mundo. En contextos de ingresos bajos, la mitad de los bebés nacidos a las 32 semanas mueren por no haber recibido cuidados sencillos y eficaces.
Más del 60% de los nacimientos prematuros se producen en África y Asia meridional. En los países de ingresos bajos, una media del 12% de los niños nace antes de tiempo, frente al 9% en los países de ingresos más altos. Dentro de un mismo país, las familias más pobres corren un mayor riesgo de parto prematuro.
Muestras genéticas
En la reciente investigación, sobre la base de datos de unas 50,000 mujeres de origen europeo, más de 44.000 de las cuales habían proporcionado muestras de saliva a la compañía de pruebas genéticas 23andMe, los científicos encontraron que el revestimiento del útero desempeñaba un papel "mayor de lo esperado".
El estudio mostró que hay cuatro genes con un claro vínculo con la duración de la gestación: EBF1, EEFSEC, AGTR2 y WNT4. Las variantes que ocurren comúnmente de los tres primeros genes también parecen tener una influencia determinante en la probabilidad de parto prematuro, es decir, el parto antes de las 37 semanas completas.
No había sido posible previamente aclarar que estos genes tienen estas funciones. Se sabía, sin embargo, que están involucrados en el desarrollo del útero, el suministro de nutrientes para el feto y el control de la circulación sanguínea.
Además, otra de las áreas identificadas indica que la falta de selenio –un mineral que se encuentra en algunas verduras, frutos secos y carnes– influye de forma muy notable sobre el riesgo de alumbramiento prematuro.
"Nuestros descubrimientos abren una ventana para comprender mejor cómo se rige la duración de la gestación humana y por qué el parto podría comenzar demasiado pronto", dijo Bo Jacobsson, profesor de obstetricia y ginecología en el Departamento de Ciencias Clínicas de la Academia Sahlgrenska y uno de los autores del estudio.
La identificación de estas regiones genéticas supone tan solo un primer paso para el diseño de estrategias terapéuticas dirigidas a minimizar el riesgo de alumbramiento prematuro. El proyecto es una plataforma de lanzamiento para investigaciones más específicas, algunas de las cuales ya se han puesto en marcha.