La llegada de la edad de la jubilación no siempre supone dejar atrás las preocupaciones. En el ámbito de la salud, aunque la mayoría de los estadounidenses pueden acogerse al programa Medicare, siempre hay gastos inesperados. Algunos de estos gastos pueden ser muy elevados y poner en un aprieto a cualquier persona.
Si te preocupa cómo hacer frente a estos gastos médicos no previstos cuando estés disfrutando de tu jubilación, sigue leyendo este artículo. En él te explicamos cuáles son los tratamientos médicos más frecuentes que suelen costar mucho dinero a las personas retiradas en Estados Unidos. Y también te damos consejos para hacer frente a estos gastos y reducir al mínimo esta preocupación.
Gastos médicos inesperados más frecuentes en la jubilación: Qué vas a encontrar en este artículo
Jubilación: tu tranquilidad, en entredicho
Con la llegada de los 65 años y la edad de jubilación, muchas personas empiezan una etapa de la vida que debería estar liberada de preocupaciones. Sin embargo, la salud siempre acecha y es necesario contar con un seguro que dé tranquilidad. Al jubilarse, lo normal es dejar atrás el seguro médico del empleador y pasar a otros programas, que pueden ser privados o de naturaleza pública, como Medicare.
Medicare, como sabes, es un seguro de carácter público que ofrece cobertura de salud a las personas mayores de 65 años. Consta de diferentes modalidades (Medicare A, B, C y D) que están pensadas para costear diferentes conceptos en cada caso. Por ejemplo, los costes de atención médica, hospitalización o medicamentos.
Sin embargo, Medicare no cubre todos los gastos y hay tratamientos, pruebas, medicinas y técnicas que no entran en su cobertura. Además, hay copagos, coseguros y deducibles, con lo que el usuario debe adelantar cantidades de su bolsillo en algunos casos y pagar una parte de los tratamientos o cuidados en otros. Aun así, Medicare es una opción muy interesante para tener cubiertas las principales necesidades de salud y para muchas personas es suficiente con esto, pero no siempre.
Muy a menudo surgen gastos inesperados. De hecho, un estudio publicado recientemente por la compañía Franklin Templeton señala que un tercio de los estadounidenses está más preocupado por cómo costearse la cobertura de salud durante su jubilación que por otros gastos, como la devolución de préstamos u otros conceptos.
Cuando una persona se encuentra con gastos médicos no previstos, lo más habitual es que tenga que recurrir a sus ahorros para hacerles frente. Si no dispone de ahorros, quizá tenga que recurrir al endeudamiento. En cualquier caso, necesitará capacidad financiera para responder a esos costes y eso puede poner en peligro su estabilidad y, en muchos casos, comprometer seriamente lo que debería ser un periodo de descanso y tranquilidad.
Y es que la aparición de estos imprevistos es más frecuente de lo que piensas. Además, hay algunos gastos que se presentan en la mayoría de los casos y no están cubiertos por los seguros ordinarios. Veamos cuáles son los más habituales.
Gastos médicos inesperados más frecuentes en la jubilación
Son muchos los pagos relacionados con problemas de salud que no están incluidos en programas como Medicare u otros productos similares. Sin embargo, hay unos que se repiten con gran frecuencia:
- Revisiones de vista y oído. Los exámenes y tratamientos de vista y oído son extremadamente comunes entre las personas mayores de 65 años. De hecho, la mitad de los estadounidenses mayores de 75 años padece deficiencias auditivas importantes, según los datos del Instituto Nacional para la Sordera y otros Desórdenes de la Comunicación. Las partes A y B de Medicare no incluyen cobertura para las pruebas más comunes de vista y oído, salvo que estén incluidas en otros tratamientos médicos. Y aun así, puede que el paciente tenga que pagar una parte. Lentes, audífonos y otros aparatos similares tampoco están incluidos en Medicare A y B.
- Tratamientos dentales. La dentadura sigue siendo un problema incluso en las últimas etapas de la vida y los gastos derivados de tratamientos odontológicos no están siempre cubiertos por Medicare. Con Medicare A, podrías tener cubierto algún tratamiento de urgencia, y siempre que estés en un hospital. Y con Medicare Advantage (la parte C), también tienes alguna cobertura. Sin embargo, para la mayoría de las personas mayores de 65 años, la visita al dentista supone un desembolso importante. A esas edades es frecuente necesitar implantes o dentaduras postizas, tratamientos que siempre resultan costosos.
- Medicamentos. De nuevo, la mayor parte de los planes Medicare no incluye la cobertura de los medicamentos o, si lo hace, incluyen copagos. También puede ser que los medicamentos incluidos en las coberturas cambien, con lo que es necesario considerar cuál es la mejor opción para costear las medicinas que se necesitan.
Seguros complementarios: una protección eficaz
Ante estos gastos no previstos, que en ocasiones pueden ser elevados, hay varias alternativas. Una de ellas es recurrir a los llamados seguros suplementarios, como el programa Medigap, un suplemento de Medicare que se contrata a través de compañías privadas de seguros y se ofrece a personas que califican para Medicare A y B. Con Medigap se obtiene una cobertura extra que se encarga de pagar los copagos, los coseguros y los deducibles del programa Medicare. A cambio de estos beneficios, el usuario deberá pagar una prima mensual.
Aun así, hay gastos que no se incluyen en Medigap, como los cuidados paliativos de largo plazo, los tratamientos dentales o los de visión.
Para hacer frente a estos otros costes, una buena idea es contratar algún seguro de salud complementario, productos que están pensados precisamente para afrontar estas situaciones inesperadas.
Los seguros de salud complementarios son pólizas especializadas en cubrir determinados aspectos médicos cuyo coste resulta muy elevado para las personas aseguradas. Hay varias modalidades de estos seguros y algunas se adaptan perfectamente a las necesidades de las personas retiradas:
- Seguro dental. Estos productos son muy interesantes cuando una persona o su familia sufren problemas dentales recurrentes. A cambio de una prima muy asequible, se dispone de una póliza que se encarga de pagar la mayor parte de los costes de los tratamientos dentales. Suele haber diferentes niveles: tratamiento preventivo, cuidados básicos y operaciones importantes. En función de las necesidades, conviene contratar una opción determinada del seguro dental.
- Seguro de visión. Los seguro de visión ofrecen coberturas para las revisiones periódicas, las gafas y/o las lentes de contacto. Y también descuentos importantes en operaciones de la vista. Una opción interesante es contratar un seguro combinado de visión y dental.
- Seguro de gastos hospitalarios. Las hospitalizaciones más o menos largas pueden ser un coste enorme y muy difícil de afrontar si no tienes un seguro que se haga cargo. Más allá de las opciones disponibles con Medicare o Medigap, hay seguros complementarios de gastos hospitalarios. Es la mejor forma de tener la tranquilidad ante una hospitalización prolongada.
- Seguro de gastos finales. Aunque suele considerarse un seguro de vida, el Seguro de gastos finales, o de expensas finales, es también un tipo de protección complementaria. Se encarga de pagar los gastos derivados de los funerales de una persona, que suelen ser muy elevados.
Como ves, la jubilación puede encerrar sorpresas poco agradables cuando la salud se complica. Con esta información, ya puedes trazar la mejor estrategia para hacer frente a esos años de tu vida sin sobresaltos.