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¿Cuáles niños son los más vulnerables a una COVID-19 grave?

MARTES, 18 de enero de 2022 (HealthDay News) -- Mientras un número récord de niños estadounidenses están siendo hospitalizados con la COVID-19, un nuevo estudio ayuda a clarificar cuáles tienen el riesgo más alto de complicaciones graves.

El estudio monitorizó a más de 3,200 niños y adolescentes que llegaron a una sala de emergencias con síntomas de COVID-19 y que tuvieron una prueba positiva. Encontró que los niños mayores (de 10 a 18 años) y los que sufrían de afecciones médicas crónicas tenían un mayor riesgo de un "resultado grave".

¿Cuáles niños son los más vulnerables a una COVID-19 grave?

Esto incluyó complicaciones como las dificultades respiratorias, problemas del corazón e inflamación del cerebro.

En total, un 23 por ciento de los niños atendidos en el departamento de emergencias necesitaron hospitalización, y poco más de un 3 por ciento tuvieron un resultado grave.

Estas cifras se deben contextualizar, planteó el investigador, el Dr. Todd Florin, del Hospital Pediátrico Lurie, en Chicago. Enfatizó que el estudio solo incluyó a niños que ya estaban suficientemente enfermos como para acabar en emergencias, y no los muchos que pudieron gestionar la COVID-19 en casa.

Pero los hallazgos dan una idea más clara de cuáles niños tienen el mayor riesgo de complicaciones graves, añadió Florin.

Los niños son mucho menos propensos que los adultos, en particular los adultos mayores, a enfermar de gravedad con la COVID-19. Pero con la oleada de ómicron y el gran número de estadounidenses que se están infectando, las hospitalizaciones pediátricas se han disparado desde mediados de diciembre.

Gran parte del aumento se ha observado entre niños menores de 5 años, que todavía no son elegibles para la vacunación.

En la semana que terminó el 8 de enero, la tasa de hospitalizaciones asociadas con la COVID en ese grupo de edad fue de poco menos de 8 por cada 100,000, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. Esto es en comparación con poco más de un 2 por cada 100,000 entre los niños de 5 a 17 años.

Estudios anteriores han dejado claro que, al igual que en los adultos, las afecciones médicas crónicas pueden hacer que los niños sean más vulnerables a la COVID-19 grave.

En el nuevo estudio, los niños con enfermedades crónicas tenían el doble de probabilidades que los que niños sin estas enfermedades de sufrir complicaciones graves. Entre estas afecciones crónicas se incluyen la enfermedad cardiaca, la diabetes, los trastornos gastrointestinales y las afecciones neurológicas, entre otras.

Pero una enfermedad infantil común, el asma, no se vinculó con un riesgo más alto de complicaciones graves.

"Esto nos sorprendió", aseguró Florin. Algunos estudios anteriores han determinado que el asma es un factor de riesgo de una COVID-19 grave.

Florin especuló sobre un motivo posible: los investigadores no contaban con información sobre qué tan bien controlado estaba el asma de los niños, y muchos quizá tuvieran unos casos más leves.

Esta es una posibilidad, concurrió el Dr. Benjamin Kopp, pulmonólogo del Hospital Pediátrico Nacional en Columbus, Ohio.

También señaló que el hallazgo sobre el asma podría relacionarse con la forma en que el estudio definió "grave", no solo la hospitalización, sino las complicaciones graves durante la estadía en el hospital.

"Observaron a los más enfermos de todos", dijo Kopp, que no participó en la investigación.

El estudio se realizó antes de que la ómicron se convirtiera en la variante dominante de la pandemia. Pero aunque la ómicron parece ser más leve que su predecesora, la delta, es probable que los factores de riesgo para el desarrollo de una COVID-19 grave sigan siendo los mismos, apuntó Kopp.

Los hallazgos, que se publicaron en la edición en línea del 11 de enero de la revista JAMA Network Open, se basan en 3,221 niños y adolescentes que fueron atendidos en los departamentos de emergencias de 10 países, de los cuales un 62 por ciento estaban en Estados Unidos. Todos llegaron con síntomas de COVID-19 y tuvieron una prueba positiva.

Poco menos de un 23 por ciento necesitaron ser hospitalizados, y poco más de un 3 por ciento desarrollaron un resultado grave, es decir, casos en que los niños desarrollaron señales de daño orgánico o necesitaron intervenciones para respaldar a su corazón, pulmones o riñones. En total, fallecieron cuatro niños.

Los niños de 10 a 17 años tenían el riesgo más alto, y un 5.5 por ciento desarrollaron una complicación grave. Esto es en comparación con un 1.7 por ciento de los bebés de menos de 1 año.

Florin apuntó a un hallazgo que llamó "tranquilizador": cuando los niños fueron dados de alta de emergencias, fue raro que empeoraran. De esos 2,510 niños, un 2 por ciento fueron luego hospitalizados, y un 0.5 por ciento desarrollaron una complicación grave.

El periodo del estudio, de marzo de 2020 a junio de 2021, también fue antes de que los niños fueran elegibles para la vacunación contra la COVID-19.

Y ahora, dijo Florin, "los datos de verdad sugieren que la vacunación es la principal medida para proteger a los niños de una enfermedad grave".

Koop dijo lo mismo. "Animamos mucho a que se vacunen", enfatizó. "Reduce el riesgo de hospitalización y resultados graves".

Y esto aplica independientemente de que los niños tengan o no factores de riesgo para una COVID-19 grave. "Aunque hay factores de riesgo, nunca se puede predecir quién va a desarrollar una enfermedad grave", añadió Kopp.

Hasta el 12 de enero, poco más de un 54 por ciento de los niños y adolescentes de 12 a 17 años de Estados Unidos estaban vacunados del todo contra la COVID-19, según datos de los CDC. Lo mismo sucedía con apenas un 18 por ciento de los de 5 a 11 años.

Más información

La Academia Americana de Pediatría (American Academy of Pediatrics) ofrece más información sobre la COVID-19 y los niños.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Todd Florin, MD, associate professor, pediatrics, Lurie Children's Hospital of Chicago and Northwestern University Feinberg School of Medicine, Chicago; Benjamin Kopp, MD, MPH, pediatric pulmonologist, Nationwide Children's Hospital, Columbus, Ohio; JAMA Network Open, Jan. 11, 2022, online

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