Cada vez se sabe más acerca de la influencia del microbioma del intestino en todas las funciones del cuerpo, y últimamente se le llama “el segundo cerebro” porque también influye en el desempeño y la salud mental.
Con este precepto científico, en estos días se dieron a conocer dos estudios realizados por investigadores del Centro de Envejecimiento Sanders-Brown de la Universidad de Kentucky, en EE.UU. Y ambos demuestran las ventajas de la dieta Ketogénica o cetogénica sobre la función cerebral y el desempeño cognitivo en animales de laboratorio.
La llamada dieta Ketogénica, que básicamente reemplaza los carbohidratos por ciertas grasas, fue creada para tratar a los niños con epilepsia que no respondían a otros tratamientos. Demostró funcionar bien (aunque debe hacerse bajo vigilancia médica) pero últimamente, la dieta se hizo famosa de la mano de algunas celebridades como Gwyneth Paltrow, Mick Jagger y Kim Kardashian, quienes la promocionan como una alternativa para perder peso.
El primero de los recientes estudios, publicado en Scientific Reports, demostró que la función neurovascular mejoró en ratones que seguían un régimen de dieta Ketogénica.
"La integridad neurovascular, incluido el flujo sanguíneo cerebral, desempeña un papel importante en la capacidad cognitiva", dijo Ai-Ling Lin líder del estudio. "La ciencia reciente ha sugerido que la integridad neurovascular podría estar regulada por las bacterias en el intestino, por lo que nos propusimos ver si la Dieta Ketogénica mejoraría la función vascular cerebral y por otro lado, si reduciría el riesgo de neurodegeneración en ratones jóvenes y sanos" agregó.
Para realizar el estudio, 2 grupos de 9 ratones recibieron la Dieta Ketogénica (KD) o una dieta regular. Luego de 16 semanas, los ratones bajo la KD mostraron aumentos significativos en el flujo sanguíneo cerebral, un mejor equilibrio en el microbioma intestinal (bacterias buenas), menores niveles de glucosa en la sangre, menos peso corporal, y un aumento beneficioso en el proceso que elimina las beta-amiloide, las placas que se relacionan con la enfermedad de Alzheimer.
"Estamos encantados de ver que podríamos utilizar la dieta para mitigar el riesgo de la enfermedad de Alzheimer" señaló Lin, quien explicó que una de las ventajas de este plan alimentario sería la simple restricción calórica.
Dieta Ketogénica contra el envejecimiento
Al comprobar los efectos beneficiosos de la dieta Ketogénica en el flujo sanguíneo cerebral, los mismos científicos decidieron probar en vivo su influencia en la función cognitiva de ratones jóvenes y ancianos. Este segundo estudio fue publicado en Frontiers in Aging Neuroscience.
Al explorar los cerebros con neuroimagen, hallaron que la restricción calórica de la KD funcionaba como una "fuente de la juventud" para los roedores ancianos, cuyas funciones neurovasculares y metabólicas eran mejores que las de los ratones jóvenes con una dieta sin restricciones.
Ahora, los investigadores quieren probar esta teoría en humanos, y están diseñando un ensayo clínico para comprender el papel del microbioma intestinal en el envejecimiento. "Usaremos la neuroimagen para identificar la asociación entre el equilibrio microbiano intestinal y la función vascular cerebral en personas mayores de 50 años, con el objetivo final de diseñar y probar intervenciones nutricionales y farmacológicas que prevengan la enfermedad de Alzheimer", concluyó Lin.
Los pilares de la dieta Ketogénica
Es una de las tantas dietas que circulan con fuerza desde hace algunos años y es en esencia, un plan bajo en carbohidratos y alto en grasas, aunque llevado a extremos.
Ya que carece de hidratos de carbono, la dieta cetogénica es rica en proteínas y grasas. La crema, la mantequilla y el aceite son algunos de los alimentos que pueden convertirse en alimentos básicos en una dieta cetogénica, que requiere del uso de suplementos de vitaminas y minerales, según la American Society for Nutrition (ASN).
Por lo general, este plan incluye gran cantidad de carnes, huevos, carnes procesadas, salchichas, quesos, pescado, nueces, mantequilla, aceites, semillas y verduras con fibras. Debido a que es tan restrictiva, es realmente difícil de seguir a largo plazo.
Una de las principales críticas de esta dieta es que muchas personas tienden a comer demasiada proteína y grasas de mala calidad de los alimentos procesados, con muy pocas frutas y verduras. Los pacientes con enfermedad renal deben ser cautelosos porque esta dieta podría empeorar su condición. Además, algunos pacientes pueden sentirse un poco cansados al principio, mientras que algunos pueden tener mal aliento, náuseas o vómitos, estreñimiento y problemas de sueño.
Algunas de las preocupaciones sobre la dieta ketogénica incluyen problemas de crecimiento, cálculos renales y dislipidemia (cuando el nivel de lípidos en la sangre es demasiado alto o bajo) según la ASN.
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