Para los adultos, el Departamento de Salud y Servicios Humanos recomienda un mínimo semanal de 150 minutos de actividad aeróbica moderada, junto con dos sesiones de entrenamiento para el fortalecimiento muscular. Esto puede parecer mucho pero, si te ejercitas a un ritmo moderado, son aproximadamente 30 minutos diarios, cinco días a la semana. Por ejemplo, una caminata vigorosa es una actividad de ritmo moderado.
Seguramente te ha pasado. Te inscribes en el gimnasio motivado , no faltas a ninguna sesión en las primeras semanas, pero al cabo de algunos meses comienzas a perder el interés y abandonas la rutina de hacer ejercicios cada mañana, aunque sabes que estar en buena forma es importante para tu salud y bienestar. El problema es que tus días son una mezcla de trabajo, quehaceres y en el poco tiempo libre que te queda solo te provoca dormir.
Una gran parte de las personas comienza a ejercitarse porque las caminatas las ayudan a mantenerse relajadas y también porque esperan que el entrenamiento las ponga en forma., pero cuando no ven resultados pronto comienzan a perder el interés y desisten de la rutina diaria. Para que eso no te ocurra te daremos tips que puedes incorporar a tu vida y que te impulsarán a mantenerte motivado.
Identifica lo que te gusta y te mantiene motivado. Si ir a un gimnasio todos los días no te entusiasma, entonces es mejor que elijas opciones al aire libre como caminar vigorosamente o trotar en el parque. Y si los ejercicios repetitivos te aburren, prueba a tomar clases de baile. Lo cierto es que es más probable que respetes tu rutina de ejercicio si te encanta. Detecta qué es lo que más te entusiasma, pero recuerda en la constancia.
Conviértelo en una rutina
Establece objetivos realistas: Seguramente correr o caminar vigorosamente durante 10 minutos tres veces a la semana que 30 minutos diarios, al menos al principio. Empieza de a poco e incrementa el tiempo/distancia conforme avances. El ejercicio no debería ser una actividad que realices cuando te sobre tiempo, sino que forme parte de tu rutina.
Registra tus progresos. Anotar tu desempeño semana a semana te dará una sensación de logro que te impulsará a seguir adelante. Coloca el seguimiento a la vista y revisa tus éxitos cuando no sientas ganas de ejercitarte. Si esto ocurre, concéntrate en lo bien que te sentirás cuando hayas terminado tu sesión, en lugar de buscar la razón por la cual no quieres entrenar.
Recompensa tu esfuerzo
Si durante una semana cumpliste con tu cuota de actividad física, consiéntete con algo que disfrutes. Ve al cine, date un masaje o come algo muy apetitoso. Los expertos de la Universidad de Harvard sugieren no perder el sentido de realización que se obtiene al alcanzar un objetivo, como lo es llevar un estilo de vida saludable incorporando el ejercicio a tu rutina, pues aseguran que eso te hará sentir más motivado con el tiempo.
Contrata a un entrenador personal
Si te falta motivación o constancia en tu rutina puedes pensar en la posibilidad de contratar los servicios de un entrenador personal que te ayudará a establecer un programa de acuerdo con tu estilo de vida, capacidad y necesidades. Si no cuentas con el presupuesto, ¿por qué no revisas si existe alguna aplicación móvil que pudiera ofrecerte esos mismos beneficios?
Los hábitos son comportamientos que repites una y otra vez, lo cual quiere decir que son conductas que inicias una y otra vez. Ésta es la razón por la que los rituales y rutinas son tan importantes. Si puedes desarrollar un ritual que haga que tu ejercicio sea automático será más fácil seguir. Por ejemplo haz siempre el ejercicio a primera hora de la mañana, deja toda la ropa lista el día anterior, ponte de acuerdo con alguien para ir acompañado.
Busca la variedad
En términos deportivos esto se llama entrenamiento alternado o cruzado, a fin de no estancarse con la misma actividad. En todas estas circunstancias, es importante incorporar un esquema regular y sostenido en el tiempo. Lo primero a tener en cuenta es que para lograr este objetivo, la actividad elegida tiene que ser placentera.
Hacer ejercicio te ayuda a reducir los niveles de colesterol, triglicéridos y azúcar en sangre, mejora el control de la presión arterial y la expectativa de vida. El ejercicio, además, es un pilar fundamental para acompañar un plan de descenso de peso y el mejor predictor a largo plazo para mantener el "nuevo peso logrado" es continuar con la práctica de ejercicio regular.
El ejercicio mejora tu salud mental y tu estado de ánimo: Durante el ejercicio, tu cuerpo libera sustancias químicas que pueden mejorar tu actitud diaria y hacerte sentir más relajado. Esto puede ayudarte a lidiar con el estrés y reducir el riesgo de depresión, Te ayuda a mantener tus habilidades de pensamiento, aprendizaje y juicio a medida que envejeces: El ejercicio estimula tu cuerpo a liberar proteínas y químicos que mejoran el cerebro.
Biblioteca Nacional de Medicina
Clínica Mayo
Academia Americana de Médicos de Familia
Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades
Asociación Americana del Corazón
Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard,