La cantidad y calidad de horas de sueño diarias desempeña un papel vital en la salud general. Sin embargo, medir la calidad del sueño no es tan simple como suponer que si has estado en la cama durante 8 horas, tu sueño está teniendo un impacto positivo.
La calidad de ese ojo cerrado también juega un papel en el bienestar de una persona; a tal punto que la calidad del sueño influye más en la salud que la cantidad de horas dormidas.
Para medir la calidad de tu descanso nocturno, la Fundación Nacional del Sueño de EE.UU. elaboró estas 4 simples preguntas relacionadas con la forma en que te duermes y con qué frecuencia te despiertas durante la noche:
1. ¿Cuánto tiempo te lleva a quedarte dormido?
Un indicador de la calidad del sueño saludable es cuánto tiempo te lleva quedarte dormido. Hasta el 27% de las personas tardan más de media hora en dormirse, pero dar vueltas por 30 minutos o menos hasta quedarse dormido, generalmente es un indicador de sueño de alta calidad.
2. ¿Cuántas veces te despiertas?
Despertarse a menudo durante toda la noche (tal vez debido a tomar alcohol antes de acostarse o tomar cafeína demasiado tarde en el día) interrumpe el ciclo de tu sueño, dejándote cansado al día siguiente. El estándar para medir una buena calidad del sueño es despertarse sólo una vez durante la noche, o ninguna.
3. ¿Cuántos minutos estás despierto durante la noche?
La cantidad total de minutos que estás despierto después de conciliar el sueño inicial y despertarte en la noche, es otro indicador de la calidad del sueño: hasta 20 minutos está bien.
4. ¿Qué porcentaje de tiempo pasas en la cama? ¿Estás realmente dormido?
Puedes pasar 8 horas en la cama, pero eso no significa necesariamente que hayas dormido esa cantidad. Para optimizar los beneficios del descanso, trata de dormir al menos el 85% del tiempo que pasas en la cama.
Para determinar este porcentaje, toma la cantidad total de tiempo que pasas en la cama (en minutos) y resta la cantidad de minutos que tardas en quedarte dormido más los minutos que pasas despierto durante toda la noche. Esto es igual a tu tiempo total de sueño. Divide el tiempo de sueño por el tiempo total en la cama para determinar el porcentaje.
Si no cumples con alguno de estos indicadores, puede ser momento de hacer algunos ajustes a tu rutina de sueño. Los cambios fáciles, como apagar el televisor y la computadora una hora antes de acostarte, ajustar el termostato a una temperatura más baja y asegurarte de que la habitación esté oscura, pueden mejorar las probabilidades de que duermas bien por la noche.
Los expertos también aconsejan no beber alcohol ni café en la cena, comer liviano y no fumar. Además, establecer una buena rutina con un horario regular de ir a dormir, ayudan al organismo a alcanzar un buen descanso.
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