Se sabe que el tomate es considerado un súper alimento, pero nuevos estudios van enfocando en sus beneficios específicos para la salud.
De hecho, en 2020, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) actualizó una lista de alimentos que ayudan a controlar la presión, y el tomate está entre los primeros. Una porción de 100mg de tomate contiene 237mg de potasio, ayuda a equilibrar los niveles negativos de sodio en el organismo.
El año pasado, un estudio también resaltó este beneficio, pero en formato de jugo. Los autores encontraron que consumir 215 mililitros (ml) por día ayudaría a reducir el riesgo de problemas cardiovasculares, específicamente la presión arterial y los niveles de colesterol.
Según señalaron sus autores, "el estudio actual es el primero en investigar los efectos del consumo de tomate, o productos del mismo, con marcadores de riesgo de enfermedad cardiovascular en el transcurso de un año y en un amplio rango de edad".
Las enfermedades cardiovasculares son las responsables de la mayoría de las muertes en los Estados Unidos, según informan los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC). Se estima que 1 de cada 4 muertes son a causa de esta afección, siendo la enfermedad cardíaca coronaria el tipo más común (se cobra más de 370,00 vidas al año).
Los niveles de colesterol alto, la hipertensión y fumar son factores de riesgo claves para estas enfermedades. Alrededor de la mitad de los estadounidenses (47%) tiene al menos una de estas características.
También existen diferentes condiciones médica o estilos de vida que pueden favorecer su aparición:
- Consumir alcohol en exceso.
- Ser sedentario.
- Tener sobrepeso u obesidad.
- Tener una mala alimentación.
- Vivir con diabetes.
Si bien estos factores pueden prevenirse, existen otros que no, como la edad. Por ello, a medida que la población envejece necesita encontrar herramientas para combatir el riesgo cardiovascular.
Un opción fundamental y muy estudiada por los científicos es la nutrición. Un ejemplo de esto puede verse con el nuevo trabajo de la Universidad de Medicina y Odontología de Tokio, en Japón, que encontró que el consumo regular de jugo de tomate sin sal podría ser una alternativa rentable. Sus hallazgos se publicaron en Food Science & Nutrition.
Beneficios del tomate
Los especialistas reclutaron a 481 participantes que, durante 1 año, consumieron aproximadamente 215 ml. (poco menos de una taza) de jugo de tomate por día.
Al comienzo y final del estudio, los científicos midieron los niveles de presión arterial, triglicéridos, colesterol y glucosa en ayuno. Tras el período de estudio se encontraron con los siguientes resultados:
- Los 94 participantes que tenían hipertensión redujeron su presión arterial sistólica de 141 a 137 milímetros de mercurio (mm Hg) y diastólica de 83 a 81. Esta variación fue similar en hombres y mujeres de todas las edades.
- Los 62 participantes con tolerancia a la glucosa deficiente no tratada, no presentaron "mejoras significativas".
- En un grupo de 127 participantes con niveles anormales de lípidos en la sangre, no hubo cambios en el colesterol "bueno". Sin embargo, se dio una caída significativa en el nivel de colesterol "malo".
Si bien se necesitan más investigaciones para encontrar los mecanismos detrás de estas asociaciones, los autores explicaron cuáles podrían ser los motivos.
"El tomate contiene una variedad de compuestos bioactivos, como carotenoide, vitamina A, calcio y ácido gamma-aminobutírico, que pueden desempeñar un papel en el mantenimiento de la salud física y psicológica, incluida la prevención de enfermedades cardiovasculares", afirmaron.
También explicaron que conocieron los estilos de vida de los voluntarios a lo largo del año de estudio, mediante cuestionarios. Sin embargo, existieron algunas limitaciones, ya que el estudio reclutó una muestra pequeña en la que todos eran residentes de la ciudad de Kuriyama, lo que reduciría su representatividad.
Además, cuando los científicos buscaron cambios en el estilo de vida entre el inicio y el final del estudio, aproximadamente la mitad de los participantes llegó a completar el cuestionario.
Finalmente, el estudio fue financiado por Kikkoman Corporation, una empresa que fabrica una gama de salsas de soja, pero también comercializa productos a base de tomate.
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