¿Podría prevenirse unos de los problemas cardíacos más comunes con una acción que realizamos a diario? Un reciente estudio analizó el consumo de agua con alta salinidad y encontró que, a pesar de su elevado nivel de sodio, la presencia de calcio y magnesio ayudaría a controlar los niveles de presión arterial.
Esta es la fuerza que la sangre ejerce sobre las paredes de los vasos sanguíneos o las arterias. Las pautas emitidas por la American Heart Association (AHA), consideran hipertensión a una presión arterial superior a 130 sobre 80 milímetros de mercurio (mmHg). También es la principal causa prevenible de muertes prematuras en todo el mundo.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la hipertensión es responsable del 13% de las muertes anuales a nivel global. También estima que es la causa de por lo menos el 45% de las muertes por cardiopatías, y el 51% de las que ocurren por accidente cerebrovascular. Solamente en EE. UU. 85 millones de personas la padecen.
La nueva investigación de la Universidad de Emory, en Atlanta, EE. UU., decidió analizar el impacto del agua de las zonas costeras de Bangladesh sobre la presión arterial. Según los autores, estudiar estas regiones es una manera útil de comparar los efectos de los distintos niveles de salinidad del agua en la salud. Sus hallazgos se publicaron en Journal of the American Heart Association.
Dos compuestos esenciales
Los especialistas encontraron una asociación entre la presencia de calcio y magnesio y niveles más bajos de presión arterial. Estos son dos compuestos que nuestro cuerpo necesita para mantenerse sano.
El calcio es el mineral con mayor presencia en nuestro organismo y el 99% se concentra en los huesos y dientes. Aunque se lo conoce por capacidad para fortalecer los huesos, también fomenta el movimiento muscular y la circulación sanguínea. Se recomienda que los niños consuman entre 200 miligramos (mg) y 1000 mg. diarios y los adultos entre 1000 mg. y 1200 mg.
El magnesio, en cambio, es un nutriente que ayuda al cuerpo a regular las funciones musculares y del sistema nervioso, controlar los niveles de azúcar en sangre y producir proteínas. Se recomienda que los niños consuman entre 130 mg. y 240 mg. diarios y los adultos entre 300 mg. y 420 mg.
Sobre las asociaciones encontradas en el nuevo trabajo, Abu Mohammed Naser, autor principal del estudio, resumió "El calcio y el magnesio son protectores y disminuyen la presión arterial".
¿La solución se encuentra en el agua?
Para su análisis los investigadores utilizaron datos de dos estudios que habían realizado un seguimiento de personas en diversas partes de la costa de Bangladesh. Naser y su equipo señalaron que las aguas subterráneas son la principal fuente de agua potable para más de mil millones de personas que viven en regiones costeras.
De esta población, alrededor de una quinta parte vive en áreas en las que el agua de mar fluye hacia el agua subterránea, produciendo distintos niveles de mineralización. Las mediciones que usaron los expertos cubrían períodos en los que la salinidad variaba por efecto del clima seco.
Los profesionales encontraron que las personas que bebían agua de salinidad leve o moderada podían tener una mayor presencia de sodio o de calcio y magnesio en la orina, que aquellos que bebían agua dulce de baja salinidad.
En los casos donde predominaba el sodio, la presión arterial de las personas era más alta en comparación con los que bebían agua dulce. Sin embargo, cuando predominaba el calcio y magnesio, la presión era más baja.
A partir de estos hallazgos y respaldándose en otros estudios que encontraron resultados similares, los autores plantearon la hipótesis de que los efectos del calcio y el magnesio contrarrestarían los daños provocados por el sodio en la presión arterial.
Según los especialistas, esto podría tener un gran impacto a la hora de tratar enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
De todas maneras, aclararon que solo se trata de una asociación y es necesario profundizarla con más investigaciones. Los nuevos trabajos deberán analizar, por ejemplo, la posibilidad de que la hipertensión pueda llegar a ser tratada mediante la fortificación del agua con calcio y magnesio.
Esta opción, según Naser, ayudaría a compensar el déficit de minerales en la alimentación de las personas. Además, señaló que el cuerpo absorbe mejor los minerales del agua que de los alimentos.
Cómo combatir la hipertensión
Para mantener a raya la presión arterial y aumentar el consumo de minerales, la AHA recomienda:
- Realizar ejercicio regularmente.
- Reducir el consumo de alcohol.
- Dejar de fumar.
- Llevar una dieta equilibrada, que incluya aceite de oliva, cebolla, ajo, remolacha, vegetales de hoja verde, pescado magro, semillas de cáñamo y frutas.
- Evitar alimentos procesados, altos en sodio o frito.
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