¿Qué comieron hoy los estadounidenses? Un tercio diría que comida rápida

El amor de los estadounidenses por la comida rápida persiste: 1 de cada 3 adultos consume ese tipo de comida en cualquier día dado.

Ese es el hallazgo de un nuevo informe de los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC) de EE. UU. Cuando los investigadores les preguntaron, un 37 por ciento de los adultos dijeron que habían comido comida rápida al menos una vez en las últimas 24 horas.

¿Qué comieron hoy los estadounidenses? Un tercio diría que comida rápida
Estos hábitos alimenticios ensanchan la cintura y endurecen a las arterias. | Foto: GETTY IMAGES

Hubo una sorpresa: en contradicción de la idea de que los estadounidenses más pobres son los que más favorecen la comida rápida, el informe encontró que el consumo en realidad aumentaba a la par que los ingresos.

Por ejemplo, mientras que alrededor de un 32 por ciento de las personas con unos ingresos bajos comían comida rápida a diario, más de un 36 por ciento de los consumidores con unos ingresos medianos consumían comida rápida en cualquier día dado, al igual que un 42 por ciento de los que tenían unos ingresos más altos, encontró el informe.

Independientemente del nivel de ingresos, la comida rápida probablemente no sea lo mejor para la salud. Esto se debe a que "se ha asociado con una mayor ingesta de calorías, grasa y sodio", dijo el equipo de los CDC.

Todo eso ensancha la cintura y endurece a las arterias, advirtió una nutricionista.

"La mayoría de las comidas rápidas no son buenas para nuestros cuerpos", afirmó Liz Weinandy, dietista registrada en el Centro Médico Wexner de la Universidad Estatal de Ohio.

"Mientras más la comemos, más probable es que tengamos sobrepeso o seamos obesos, y que tengamos un mayor riesgo de varias enfermedades, como la diabetes tipo 2, la enfermedad cardiaca y el síndrome metabólico, cuando hablamos con los pacientes", dijo.

Pero con demasiada frecuencia, los estadounidenses ignoran el peligro.

"Cuando vemos una noticia de un tiburón que nada cerca de una playa, nos da miedo y no vamos a esa playa", dijo Weinandy. Pero "de lo que deberíamos estar asustados es de las hamburguesas dobles con queso, de las papas fritas y de las grandes cantidades de bebidas azucaradas".

El nuevo informe fue dirigido por Cheryl Fryar, del Centro Nacional de Estadísticas de Salud de los CDC. Su equipo siguió los datos de encuestas que el gobierno realizó en persona con miles de adultos de EE. UU. entre 2013 y 2016. Se pidió a las personas que recordaran lo que habían comido en las últimas 24 horas.

El informe encontró que los estadounidenses tienden a dejar paulatinamente la comida rápida a medida que envejecen. Mientras que alrededor de un 45 por ciento de las personas de 20 a 39 dijeron que habían comido comida rápida el día anterior, esa cifra se redujo a poco menos de un 38 por ciento de las personas de 40 a 59, y a más o menos un 24 por ciento de las personas de a partir de 60 años de edad, encontró el estudio.

Los negros eran más propensos a haber comido comida rápida en un día dado que los blancos (alrededor de un 42 frente a un 38 por ciento, respectivamente), mientras que un 35.5 por ciento de los hispanos y un 31 por ciento de los asiáticos la habían comido. Los hombres tendían a comer más comida rápida que las mujeres, apuntó el grupo de Fryar.

Los hombres negros tendían a ser los consumidores más ávidos de comida rápida: casi un 42 por ciento había comido ese tipo de comida en el día anterior, encontró el informe.

Melanie Boehmer es dietista registrada en el Hospital Lenox Hill, en la ciudad de Nueva York. Al leer el informe, apuntó que "en cualquier día dado, más de un tercio de los estadounidenses consumen comida rápida... esos son muchos Big Macs y pizzas".

"Estos hallazgos nos recuerdan que las compañías de comida rápida han averiguado una forma de incluirse cómodamente en nuestra rutina diaria, a pesar de las implicaciones negativas para la salud de sus [productos]", lamentó Boehmer.

Boehmer cree que los legisladores, los médicos y los defensores de la comida saludable deben "vencer a las compañías de comida rápida en su propio terreno" para cambiar las cosas.

"Si podemos ofrecer unas opciones más saludable que sean igual de cómodas y asequibles y deliciosas, todo el mundo gana", aseguró Boehmer.

Weinandy concurrió en que EE. UU. debe curarse de su hábito de comida rápida.

"No hay ningún motivo para evitar la comida rápida del todo, pero no se debe consumir con regularidad", planteó. "Quizá deba preguntarse con qué frecuencia la come ahora, y reducir esa cifra a la mitad si es más de una vez por semana".

El nuevo informe se publicó el 3 de octubre como un Resumen de Datos (Data Brief) del Centro Nacional de Estadísticas de Salud.

Más información

Para más información sobre una alimentación saludable, visite la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association).

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