Los frutos secos son alimentos que comparten una característica fundamental: en su composición natural tienen menos de 50% de agua.
También se destacan por su rico contenido de proteínas, grasas, oligoelementos, y vitaminas que les confieren muchas propiedades saludables. Aquí veremos cómo "activarlos" en agua para aprovechar al máximo todos sus beneficios.
Puntos clave
- Las almendras, castañas o nueces son frutos secos, es decir, en su composición natural tienen menos de un 50% de agua.
- El consumo de frutos secos se asocia a distintos beneficios para la salud, como reducir el colesterol, controlar la presión arterial y obtener antioxidantes.
- Para activar los frutos secos, y así potenciar sus beneficios, debes colocarlos en un bol y cubrirlos con agua durante unas horas. Luego se cuelan, enjuagan y dejan secar.
¿Qué son los frutos secos?
En principio, es importante no confundir los frutos secos con la fruta desecada o deshidratada. Los primeros son semillas comestibles cubiertas por una dura cáscara, mientras que las segundas, como su nombre lo indica, son frutas a las que se les extrajo el agua mediante técnicas de secado.
Ejemplos de frutos secos son: almendras, anacardos, avellanas, cacahuates o maní, castañas, nueces (de Castilla, de Pecán o pecanas, de Macadamia, o de Brazil), pistachos, y semillas o pepitas de calabaza, ajonjolí, o girasol, entre otros.
Normalmente, los frutos secos se caracterizan por ser alimentos energéticos, ricos en grasas saludables, proteínas, y vitaminas, por lo que su consumo se vincula a distintos beneficios:
- Ayudan al corazón, disminuyendo la cantidad de colesterol "malo" en sangre, e incrementando los niveles de colesterol "bueno".
- Ayudan a controlar los niveles de presión arterial.
- Promueven una buena digestión y facilitan controlar o perder peso.
- Son ricos en antioxidantes, útiles para combatir los efectos de los radicales libres (moléculas inestables que afectan las estructuras celulares sanas y favorecen la aparición de enfermedades).
A pesar de estas bondades, debes recordar que los frutos secos son ricos en calorías, por lo que su consumo debe ser moderado y complementarse con una dieta saludables y ejercicio regular.
Potenciar su sabor y beneficios
Los frutos secos son alimentos extremadamente versátiles, pueden acompañar todo tipo de platillos, y también prácticos, ya que son fáciles de transportar y no necesitan refrigeración, por lo que puedes contar con ellos en cualquier momento y lugar.
Sin embargo, puedes realizar un sencillo procedimiento antes de comerlos para potenciar aún más sus beneficios: remojarlos o activarlos en agua. Con esto se busca eliminar sus antinutrientes.
Como su nombre lo indica, los antinutrientes son compuestos que interfieren en la absorción de determinados nutrientes. En el caso de los frutos secos, el ácido fítico (fitato) es el antinutriente que se encuentra en mayor proporción.
Este compuesto cumple una función clave en los cereales, legumbres o semillas: protegerlos de factores externos, como humedad, plagas, o insectos, prolongando su vida útil. Con ello, evita que se desencadene el proceso de germinación antes de tiempo.
Ciertos minerales, como calcio, hierro, magnesio o zinc, pueden unirse al ácido fítico, volviéndose insoluble, por lo que el intestino no podrá absorberlos.
Cuando remojamos los frutos secos, los antinutrientes pasan al agua, por lo que los minerales, vitaminas, grasas y proteínas estarán más disponibles para nosotros y se absorberán mucho mejor.
Importante
"Activar" facilita la digestión de los frutos secos y la absorción de sus nutrientes, pero si no lo haces no significa que correrás algún tipo de peligro, tampoco tendrás déficit de nutrientes o consecuencias sobre tu organismo.
No todos los frutos secos se pueden "activar" para disminuir los antinutrientes. Por ejemplo, aquellos que se sometieron a calor para eliminar la corteza tóxica que los recubre, como es el caso de las castañas de Cajú, no pueden "activarse". Tampoco los frutos secos que han sido tostados.
El tiempo de "activación" varían según el fruto seco. Se estima los siguientes lapsos:
- Ajonjolí, quinua, y semillas o pepitas de calabaza: de 2 a 4 horas
- Linaza: de 5 a 7 horas.
- Nueces o almendras: de 8 a 12 horas.
Remojándolos, los frutos secos pierden parte de su amargor, su textura se torna cremosa y se reduce significativamente sus tiempos de cocción.
Cómo "activar" los frutos secos
Puedes "activar" frutos secos fácilmente siguiendo estos pasos:
- Lava con agua (puedes ayudarte de un colador) los frutos secos hasta eliminar todo tipo de suciedad.
- Coloca los frutos secos en un bol y cúbrelos con agua (dos o tres partes de agua por cada parte de frutos secos).
- Déjalos "activar" el tiempo recomendado.
- Cumplido el lapso de "activación", cuela y enjuaga hasta que el agua salga limpia.
- Extiéndelos sobre una placa para que se terminen de secar correctamente. ¡Ya están listos para comer! Puedes reservarlos en la nevera durante 2 o 3 días.
Si quieres preparar mucha cantidad para luego guardar, deberás utilizar un horno deshidratador o eléctrico para secarlos correctamente. De esta forma los puedes guardar durante varios meses. Solo asegúrate que estén completamente secos, de lo contrario, pueden crecer hongos.
Fuentes consultadas: Base Exhaustiva de Datos de Medicamentos Naturales, Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Departamento de Agricultura de EE. UU., Instituto Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa.