Además de ser muy versátiles y sabrosos, existe mucha evidencia científica sobre los beneficios de los frutos secos. Estos incluyen: almendras, avellanas, cacahuates o maní, castañas, nueces (comunes, de Pecán o Macadamia), pistachos, semillas de girasol y calabaza o anacardos. Aquí repasamos que pueden ofrecerte.
Qué son
Se los llama frutos secos porque comparten un rasgo en común: menos de la mitad de su composición está conformada por agua. En general, son alimentos energéticos, ricos en grasas saludables, y proteínas. Puedes sumarlos fácilmente a tu dieta en cualquier momento del día, y consumiéndolos regularmente también podrás disfrutar de ciertas bondades:
1. Ayudan al corazón
Tal vez su impacto sobre la salud cardiovascular sea el atributo más reconocido. Los investigadores coinciden que esto se debe a su gran cantidad de colesterol "bueno", que es capaz de evitar que su variante "mala" se una a las paredes de las arterias y los vasos sanguíneos. De esta forma, los frutos secos reducirían la posibilidad de daños en el sistema cardiovascular.
Los frutos secos contienen un aminoácido llamado L-arginina, que tiene propiedades vasodilatadoras, aliviando la constricción o contracción crónica. Cuando los vasos sanguíneos están relajados, la sangre fluye con mayor facilidad, existe un menor estrés en el sistema circulatorio y disminuye el riesgo de sufrir, entre otras cosas, hipertensión.
Dependerá según cada fruto seco, pero todos poseen un importante contenido de fibra, una sustancia esencial para el buen funcionamiento del sistema digestivo. Esta es capaz de agregar volumen a las heces y estimula el movimiento de los intestinos. Esto permite prevenir la aparición de males gastrointestinales, como el estreñimiento, pólipos o hemorroides.
Otro beneficio de la fibra que poseen los frutos secos es su posible utilidad para controlar e incluso perder peso. Los expertos sostienen que esta sustancia aumenta la sensación de saciedad e inhibe la liberación de la hormona del hambre, grelina. Pero recuerda, para aprovecharlas no deben estar saladas o bañadas en chocolate.
Los frutos secos son ricos en grasas poliinsaturadas, específicamente en ácido alfa-linoleico. Distintos ensayos vincularon estos compuestos con un menor riesgo de desarrollar cáncer de colon, próstata o mama. Además, al ser ricos en fibra dietética, favorece el buen funcionamiento intestinal y prevendría la aparición de ciertos tipos de cáncer gastrointestinal.
Uno de los antioxidantes que encontramos con mayor facilidad en los frutos secos es la vitamina E. Estos compuestos son esenciales para defender al organismo del estrés oxidativo causando por la actividad de los radicales libres, moléculas inestables que pueden afectar la estructura celular y favorecer la aparición de diferentes enfermedades.
Se cree que los frutos secos también serían capaces de prevenir los efectos debilitantes causados por los trastornos mentales, como Alzheimer y otros tipos de demencia, depresión o esquizofrenia. Los expertos señalan que este beneficio podría deberse a la presencia de ácidos grasos Omega 3, compuestos antiinflamatorios que favorecen la irrigación cerebral.
Puede sonar contradictorio que los frutos secos sean buenos hidratantes, pero según informaron diferentes estudios su rico contenido de potasio beneficiaría el equilibrio del líquido en las células. Esto puede ayudar a mantener el cuerpo hidratado y funcionando correctamente.
Precauciones
A pesar de sus beneficios, los frutos secos son importantes fuentes de calorías. Por ello, su consumo debe complementarse con una dieta saludable y equilibrada y ejercicio regular. También existe la probabilidad que muchas personas sea alérgicos a ellos, de ser así, puede provocar problemas gastrointestinales, respiratorios y dolores generales.