Su inconfundible aroma y bellas flores de color morado hacen de la lavanda una planta ornamental por excelencia. Sin embargo, también se utiliza desde la antigüedad para prevenir o tratar diferentes tipos de enfermedades o lesiones. Revisamos que dice la ciencia al respecto y te contamos que puede ofrecerte esta fantástica planta.
Gran familia
La lavandula es un género de plantas pertenecientes a la familia lamiáceas. Se registran más de 200 especies, aunque solamente 60 están aceptadas. Es común que también se las llame lavanda, espliego o alhucema. Se caracterizan por su intenso olor y por tener una flor lila, azul, morada o violeta que se utiliza con fines medicinales.
Múltiples propiedades
La mejor forma de aprovechar la lavanda es mediante su aceite esencial, que se extrae de sus flores normalmente a través de la destilación al vapor. Contiene alcoholes terpénicos, como linalol, geraniol y borneol, y esteres, que garantizan sus propiedades sedantes del sistema nervioso, hipotensoras, antiinfecciosas y bactericidas. Aquí te contamos que bondades puedes obtener al utilizarlo:
1. Promueve la relajación
La lavanda posee una fragancia calmante, muchos expertos aseguran que inhalar su aroma puede disminuir la actividad del sistema nervioso, promoviendo la relajación. Esto ayudaría a reducir la ansiedad, estrés y depresión. Incluso existen estudios que encontraron mayores niveles de confianza en las personas expuestas al aroma de lavanda a través de difusores.
En 1928 el químico René Gattefossé, descubrió la capacidad de cicatrizante de la lavanda, cuando se quemó el brazo en su laboratorio. Desde entonces, muchos investigadores analizaron los efectos del aceite de lavanda sobre la piel y hallaron que sería efectivo para tratar cortes menores, quemaduras, hematomas o irritaciones, ya que mejora la circulación sanguínea del área
Esta planta tendría un potente efecto analgésico ideal para aliviar la dilatación de las arterias del cráneo que producen las conocidas migrañas. Además, su aceite ayudaría a aumentar la capacidad antioxidante en el cuerpo e inhibiría el estrés oxidativo, motivo por el que se le suele adjudicar un efecto neuroprotector.
Diferentes investigaciones encontraron que las personas que dormían en una habitación perfumada con lavanda tenían una mejor calidad del sueño. Puedes probar este beneficio rociando unas gotas de lavanda en un pañuelo y colocándolo debajo de la almohada. Sin embargo, los profesionales necesitan más pruebas que refuercen este vínculo.
La lavanda posee propiedades antibacteriales que podrían resultar útiles para combatir el acné. Según distintos estudios, su uso se asoció a una regulación de la sobreexcreción de sebo, sustancia grasa responsables de la aparición de los molestos granitos o espinillas, y a una mejor cicatrización en la zonas afectadas por esta enfermedad.
Gracias a sus propiedades antiinflamatorias y cicatrizantes, el aceite de lavanda también suele aprovecharse para tratar otros problemas de la piel, como psoriasis, la aparición de arrugas, o quemaduras solares. Además, su potente olor sería capaz de alejar moscas, mosquitos y polillas, y así evitar las molestas picaduras.
La lavanda también se utiliza para una variedad de trastornos digestivos como hinchazón abdominal, pérdida de apetito, vómitos, náuseas, gases intestinales o flatulencias y malestar estomacal. Su aceite ayudaría a la movilidad del intestino y estimularía la producción de bilis, lo que previene la indigestión y las diarreas.
Gracias a sus propiedades antibacterianas, el aceite de lavanda podría ser efectivo para tratar diferentes problemas respiratorios, incluyendo infecciones de garganta, resfriados, congestiones, bronquitis, faringitis, tos o gripe. Los expertos señalan que se puede aplicar directamente sobre el cuello, pecho o espalda, o utilizarlo mediante vaporizadores o inhaladores.
La alopecia es una enfermedad autoinmune en la que el cuerpo rechaza sus propios folículos capilares. Aplicar aceite de lavanda en el cuero cabelludo se asoció a un aumento del crecimiento del pelo, aunque para garantizar este beneficio son necesarios más estudios. También sería útil para eliminar piojos y liendres.
Si bien se registra como seguro para la mayoría de los adultos, el uso excesivo de aceite de lavanda puede causar dolores de cabeza, estómago e irritación. Tampoco se recomienda para mujeres embarazadas o en período de lactancia, o para quienes consuman medicamentos antihipertensivos o sedantes.
Fuentes consultadas
Base Exhaustiva de Datos de Medicamentos Naturales, Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Departamento de Agricultura de EE. UU., Institutos Nacionales de Salud, ThePlantList.