La unidad de trabajo básica del sistema nervioso es una célula llamada neurona. El cerebro humano contiene aproximadamente 100 mil millones de neuronas. Una neurona consiste en un cuerpo celular que contiene el núcleo y extensiones especiales llamadas axones y dendritas.
Las neuronas son células que forman parte del sistema nervioso. Las funciones más básicas de las neuronas son recibir información y transmitirla a través de impulsos eléctricos a lo largo de grandes redes de comunicación, por todo el sistema nervioso. Para que se puedan desarrollar las funciones de las neuronas, se necesita del soma, axoma y dendritas.
Las neuronas deben especializarse porque el cuerpo humano realiza muchas tareas y el cerebro debe enviar gran cantidad de información a través del sistema nervioso. Por este motivo, hay neuronas: Motoras: que envían información a los músculos o glándulas. Sensitivas: reciben información de los sentidos como dolor y las Interneuronas encargadas de la comunicación entre las neuronas
Mil 400 células diarias en el cerebro
Por mucho tiempo se pensó que las neuronas que morían no se regeneraban. Sin embargo, un equipo de científicos del Instituto Médico Karolinska (Suecia), realizó un experimento. Con la técnica de carbono 14 llegó a la conclusión de que se pueden llegar a producir hasta 1400 células diarias en el cerebro humano, en concreto, en el Hipocampo. Aunque esta tasa disminuya en función del envejecimiento.
Al proceso de formación neuronal se le conoce con el término de Neurogénesis. Para que surjan neuronas nuevas, aún en la adultez, son muy importantes las funciones de las neuronas en la plasticidad cerebral y en la capacidad del cerebro para adaptarse a situaciones nuevas.
El cerebro agradece
Algunos estudios apuntan a que la neurogénesis adulta se puede propiciar, precipitar y reforzar con una serie de prácticas relacionadas con las rutinas. Los hábitos de vida saludables tienen un papel crucial en el óptimo desarrollo de las funciones de las neuronas. Tu cerebro agradece que cuides tu cuerpo porque eso repercute en la plasticidad cerebral y la neurogénesis.
Dieta hipocalórica
Un estudio publicado en el Journal of Molecular Science muestra que la restricción de calorías produce estados favorables para la neurogénesis en el hipocampo. El estrés generado por no cumplir con todos los requerimientos energéticos del organismo puede estimular el cerebro y favorecer el nacimiento de nuevas neuronas. En este caso, este tipo de estrés tiene un efecto contrario al estrés como se concibe normalmente.
Se cree que algunos alimentos concretos podrían fomentar la nuerogénesis. Son aquellos alimentos ricos en Omega-3: se encuentra en determinados pescados, o fitonutrientes, compuestos propios de los vegetales. Se sabe, además, que una correcta alimentación es esencial para poder obtener un buen rendimiento cerebral.
La neurogénesis está ligada a la reducción del estrés y es evidente que el sexo reduce de forma considerable los niveles de estrés. Un estudio científico realizado por Benedetta Leune muestra que mientras el estrés reduce la neurogénesis adulta y restringe la arquitectura dendrítica en el hipocampo, la copulación tiene el efecto opuesto, ya que promueve la generación de nuevas células cerebrales.
Los científicos han demostrado que la actividad física propicia un aumento en el número de neuronas recién nacidas en el hipocampo. Un estudio realizado por Kwok Fai So de la Universidad de Hong Kong mostró una correlación entre personas que solían practicar actividad física y la neurogénesis. Esto parece deberse a que el ejercicio puede mejorar el estado de ánimo y las habilidades cognitivas.
Herbert Benson, de la Universidad de Harvard, ha estudiado los cambios bioquímicos que la meditación provoca en el cerebro, y sugiere que regenera células cerebrales, ya que ayuda a reducir el estrés de forma efectiva. Además otros investigadores de la Universidad de Oregon también mantienen la tesis de que meditar facilita la neurogénesis.
Investigadores proponen otras actividades para potenciar la neurogénesis. Por ejemplo, descubrir nuevos ambientes estimulantes, realizar ejercicios mentales, juegos de memoria, aprender un idioma nuevo, practicar actividades que desarrollen tu coordinación como los malabares, el baile o el patinaje. Es decir, debes proporcionarle a tu cerebro nuevas experiencias y adquirir nuevos aprendizajes a nivel cognitivo.
Ansiedad bajo control
Mantenerte tranquilo, relajado, es determinante para el correcto funcionamiento del cerebro, el mantenimiento de la plasticidad neuronal y para el fomento de procesos de neurogénesis. Científicos de la Universidad de Oregon apuntan a que unos minutos al día para dejar la mente en blanco ayudarán a tu cerebro tanto en el corto como en el medio y largo plazo.
Una de las consecuencias más graves de no dormir lo suficiente tiene que ver con el daño cognitivo. La falta de sueño causa pérdida de las células cerebrales y produce efectos dañinos a corto, mediano y largo plazo. Tras una noche con pocas horas de sueño es más difícil concentrarse y desempeñar tareas que implican pensar. Más adelante se puede generar un deterioro mayor y pueden aparecer trastornos degenerativos como la demencia.