Participar en los servicios religiosos podría mejorar el estado físico y la salud mental de la gente, especialmente de las mujeres posmenopáusicas, encontró un estudio patrocinado por los Institutos Nacionales de Salud.
Luego de hacer un seguimiento durante ocho años a 92,539 mujeres y hombres mayores de 50, se encontró que quienes asistían a misa cada semana tenían un 27 por ciento menos riesgo de padecer depresión.
Puntos clave
- Asistir a misa ayudaría a mejorar la salud física y mental.
- El beneficio sería especialmente significativo para las mujeres mayores.
- Esto se debería al estilo de vida asociado con la iglesia más que a la fe.
El estudio observó un beneficio para la salud en mujeres y hombres que llevaban una rutina de décadas de asistir a servicios religiosos cada semana. Y concluyeron que parte de su buen estado de salud podía estar relacionado con este hábito vinculado a la fe.
"Esto se debería a que la iglesia permite al individuo sentirse parte de algo grande, lo que brinda un gran apoyo y soporte psicológico", explica el Dr. Eliezer Schnall, de la Universidad Yeshiva en Nueva York.
Además de este beneficio, los investigadores observaron que las mujeres que asistían frecuentemente a misa tenían una esperanza de vida 20 por ciento mayor que quienes no asistían o lo hacían esporádicamente.
Para el Dr. Schnall y su equipo, este aspecto benéfico de la iglesia sigue siendo un misterio: "Aún no sabemos cómo es que ir a la iglesia puede mejorar de este modo la salud física, pero no parece ser que la fe tenga que ver en esto", puntualiza.
Los investigadores creen que el beneficio físico aportado por la iglesia sería en parte consecuencia del beneficio psicológico: "En la iglesia se asiste a una serie de rituales que calman y evitan el estrés, todo esto tendría un impacto positivo en la salud general", explica el Dr. Schnall.
Sin embargo, también podría haber otras causas: se observó que la gente que suele asistir a la iglesia tiene un estilo de vida más saludable: no suelen fumar ni beber en exceso, suelen visitar al médico con frecuencia y participar en actividades grupales.
"Más que la fe, sería el estilo de vida relacionado con la iglesia lo que beneficia a la gente, especialmente a las mujeres mayores. Aún harían falta investigaciones que comprueben estos beneficios en hombres y personas jóvenes", puntualiza el Dr. Schnall.