Investigadores daneses analizaron la conexión entre algunas infecciones y enfermedades mentales como la esquizofrenia, la depresión y el trastorno bipolar.
El estudio, publicado en JAMA Psychiatry, muestra que una amplia variedad de infecciones, virales, bacteriales y parasitarias, están relacionadas con un mayor riesgo de enfermedades mentales en niños y adolescentes.
Los hallazgos apoyan la idea de que las infecciones afectan la salud mental, posiblemente al influir en el sistema inmunológico.
Los investigadores recopilaron datos sobre hospitalizaciones y medicamentos recetados para los 1.1 millones de niños nacidos en Dinamarca entre el 1 de enero de 1995 y el 30 de junio de 2012.
"Podíamos seguir a los individuos desde el nacimiento, por lo que no faltaba información durante el período de estudio", dice el Dr. Ole Köhler-Forsberg del Hospital Universitario de Aarhus de Dianamarca, neurocientífico y uno de los autores del estudio.
Los resultados
Si bien la mayoría de los niños en la muestra padecieron algún tipo de infección, solo a una pequeña parte le diagnosticaron algún tipo de enfermedad mental:
- Aproximadamente el 4% fue diagnosticado con enfermedades como esquizofrenia, trastorno por déficit de atención con hiperactividad, ansiedad y trastornos de personalidad.
- Al 5.2% se le prescribió medicamentos para trastornos mentales.
- Ser hospitalizado por una infección se asoció con un riesgo 84% mayor de ser diagnosticado posteriormente con un trastorno de salud mental en un hospital y un riesgo 42% mayor de obtener una receta.
- El trato con antibióticos, antivíricos, antimicóticos o antiparasitarios se asoció con un riesgo 40% mayor de tener un diagnóstico de enfermedad mental en un hospital y un riesgo 22% mayor de obtener una receta.
Los autores, sin embargo, realizaron un seguimiento adicional para analizar la influencia de la genética y el entorno familiar. Para ello, compararon los resultados de más de 800,000 hermanos en esta población, que tuvieron infecciones, con aquellos que no.
Encontraron que el riesgo de enfermedad mental después de la hospitalización se redujo a 21% (de 84%). Del mismo modo, el riesgo de que se le prescriba un medicamento psicotrópico se redujo a 17% (de 42%).
Los autores encontraron que el riesgo de contraer un trastorno mental era más alto en los primeros tres meses posteriores a una infección.
Algunas hipótesis
El mecanismo que subyace en la conexión aún es una incógnita, pero una teoría apoyada por los expertos es que las infecciones contribuyen a la enfermedad mental al activar la propia respuesta inflamatoria del cuerpo. Esto quiere decir que las proteínas proinflamatorias naturales son más altas y las antiinflamatorias mucho más bajas.
"Desde una perspectiva temporal, la activación del sistema inflamatorio fue lo primero, seguido de la enfermedad mental. Esto le da un poco más de peso a la idea de que el sistema inmune inflamatorio es causante, en lugar de ser una consecuencia de una enfermedad mental" dijo el Dr. Roger McIntyre, profesor de psicología y farmacología en la Universidad de Toronto.
Köhler-Forsberg cree que la inflamación no es la única vía para que las infecciones influyan en la salud mental. En algunos casos, los patógenos en sí mismos podrían ser los culpables. "Algunas infecciones comienzan de forma periférica en el cuerpo y pueden cruzar la barrera hematoencefálica y entrar en el cerebro, causando daños y aumentando el riesgo de trastornos mentales", reconoció.
Otra forma en que las infecciones, o el tratamiento para una infección, pueden influir en la salud mental podría “ser cambiando el microbioma intestinal”, detallaron los investigadores.
Los resultados no dan por hecho que todos los niños que desarrollen una infección padecerán enfermedades mentales. Después de todo, las infecciones son necesarias para el desarrollo normal del sistema inmunológico.
Sin embargo, subrayaron que los padres deben estar atentos a los problemas de comportamiento, signos de ansiedad o cualquier otro posible síntoma de enfermedad mental luego de una infección.
Estudios similares
Durante el año 2016, utilizando la cohorte iPSYCH en Dinamarca, el Dr. Michael E. Benros, investigador de la Universidad de Copenhague, presentó un trabajo sobre 50,000 casos, en la Sociedad Internacional por la Investigación sobre la Esquizofrenia (SIRS).
Junto a su equipo, encontró que las personas medicadas para tratamientos de infecciones leves, tenían un mayor riesgo de sufrir esquizofrenia (en un 37%) y trastornos del estado de ánimo (en un 64%), que los personas que no habían padecido infecciones.
Otro análisis presentado en la European Psychiatric Association (EPA) 2017, reveló datos de 900,000 individuos. En él, las tasas de infección grave, incluyendo virus de inmunodeficiencia (VIH), sepsis, hepatitis e infecciones de la piel, fueron mayores entre los pacientes con esquizofrenia.
“Debemos ser conscientes de que los pacientes con esquizofrenia tienen un alto riesgo de infección grave, y tomar medidas para tratar de prevenir estas enfermedades”, señaló la Dra. Monika Pankiewicz-Dulacz, de la University of Southern Denmark, investigadora principal del trabajo. En su estudio, el 36% de los pacientes con esquizofrenia tenía enfermedades infecciosas, en comparación con el 25% de la población de base.
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