Si eres un fanático de la carne roja, tal vez debas reconsiderar tu dieta. Un estudio reciente demostró cómo una alimentación en base a este alimento, fomenta bacterias intestinales que aumentan el riesgo de enfermedades del corazón.
Científicos de la Clínica Cleveland en Ohio, EE.UU., descubrieron dos mecanismos a través de los cuales, una dieta rica en carne roja aumenta los niveles de N-óxido de trimetilamina (TMAO).
El TMAO es un compuesto químico que producen las bacterias en el estómago inmediatamente después de comer carne roja, y al llegar a la sangre, aumenta el riesgo cardíaco. Esto se debe a que impide que se elimine del cuerpo el exceso de “colesterol malo”.
El informe publicado en European Heart Journal, detalla que las personas que consumían carne roja como su principal fuente de proteínas, tenían niveles de TMAO que eran de dos a tres veces más altos que los de las personas que obtuvieron sus proteínas de carnes blancas u otros alimentos.
El autor principal del estudio, el Dr. Stanley L. Hazen, quien preside el Departamento de Medicina Molecular y Celular en el Instituto de Investigación Lerner de la Clínica Cleveland, reconoció que su investigación demuestra cómo el consumo frecuente de carne roja, no solo mejora la producción de TMAO por bacterias intestinales, sino que también reduce la eliminación del compuesto a través de los riñones.
La carne roja frente a otros alimentos
En el estudio se trabajó con 113 voluntarios, quiénes debían seguir una de las tres dietas seleccionadas: de carnes rojas, de carnes blancas y sin carne.
Durante 4 semanas, el 12% de las calorías diarias de los participantes, provino de los cortes magros de las carnes o de legumbres, nueces y granos respectivamente.
Luego de cumplir el período estipulado, se observó que la mayoría de las personas que habían cumplido con la dieta de carne roja, tenían niveles elevados de TMAO en su sangre y orina.
En comparación con los niveles hallados en personas con las dietas de carnes blancas y sin carne, los niveles de TMAO en sangre durante la dieta de carnes rojas fueron hasta tres veces más altos. Incluso en algunos individuos, los niveles eran 10 veces más altos. Las muestras de orina revelaron un patrón similar.
Los riñones de estos participantes fueron menos eficientes en la expulsión de TMAO. Sin embargo, en las 4 semanas posteriores al cese de la dieta de carne roja, sus niveles de TMAO en sangre y en orina disminuyeron.
El Dr. Hazen dijo que los hallazgos muestran que las personas pueden reducir su riesgo de problemas relacionados con el corazón al cambiar lo que comen “Estos tipos de dieta (carnes blancas y legumbre) son más saludables para el corazón y el cuerpo”.
Otros hallazgos sobre la carne roja
No es la primera vez que el Dr. Hazen y su equipo estudian este fenómeno. En una investigación anterior, encontraron que la TMAO altera las plaquetas de la sangre, aumentando el riesgo de trombosis o coágulos de sangre.
También modifica la señalización de calcio en las plaquetas de la sangre, y éstas responden de manera diferente a los desencadenantes de la coagulación de la sangre cuando los niveles de TMAO en la sangre son altos.
A partir de estos hallazgos, el equipo propuso que el compuesto podría ser un viable predictor del riesgo de ataque cardíaco, accidente cerebrovascular y muerte, incluso cuando los niveles de colesterol y presión arterial son saludables.
Desde entonces, se han replicado sus descubrimientos para investigar el TMAO y sus consecuencias en la salud.
¿Qué debes saber sobre la carne roja?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda priorizar el consumo de carnes magras para mejorar la calidad y la esperanza de vida.
Éstas son son el cordero (la parte magra de la paletilla) y la ternera (solomillo, lomo y lomo superior).
La Asociación Americana de la Diabetes (ADA) recomienda el consumo de 540 g de carne roja a la semana. Puede incluirse en platillos entre 2 a 3 días a la semana:
- Un niño en edad preescolar (1-4 años), debería consumir entre 20 a 40 gr al día.
- Un escolar (5-11 años) de 50-70 gr al día.
- Un adulto con actividad física moderada, de 120 a 180 gr al día.
En octubre de 2015, OMS declaró que la carne procesada pasó a formar parte de la lista del Grupo 1, es decir, los agentes considerados cancerígenos con evidencia científica. Allí hay otros agentes como el tabaco y los rayos ultravioleta.
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