Comer carne de caballo es un tema que genera opiniones encontradas e incluso es tabú en muchas sociedades. Dejando a un lado los prejuicios, quisimos conocer si aporta beneficios a la salud y también si representa algún riesgo; encontramos que hay factores que influyen, más allá del propio alimento.
Comercializar carne de caballo es legal en Europa y Asia, de hecho, en estos continentes es donde más se consume (China es el principal productor del mundo). En países como Francia o España pedir un platillo a base de carne de potro en un restaurante es perfectamente normal y las preparaciones son tan diversas que van desde un guiso simple hasta un carpaccio.
Estados Unidos y México son los principales productores de América (tercer y cuarto lugar a escala mundial), pero en esta región la situación es otra. No es legal en todo el continente y, hasta en los países donde sí está permitida, no goza de gran aceptación popular.
Las razones del rechazo pueden ser culturales o simplemente personales. Por encina de los prejuicios, este alimento tiene valor nutricional y para conocerlo consultamos a Gloria Rabell, nutricionista e integrante del equipo HolaDoctor Consultas.
“La carne de caballo destaca por su contenido en hierro y ácidos grasos omega 3. En cuanto a su contenido nutrimental, 3 onzas (85 gramos) de carne de caballo proporcionan: 149 calorías, 23.92 gramos de proteínas, 5.14 gramos de grasas, 1.615 gramos de grasa saturada y 4.28 miligramos de hierro”, explica la nutricionista.
Aunque el valor nutritivo está a la vista, hay contraindicaciones para su consumo y estas tienen que ver, explica Rabell, con la posible falta de higiene en su manejo, conservación y distribución. Puede estar expuesta a contaminación “por manejarse en centros de sacrificio ilegal por falta de una legislación de higiene en los países o estados en que no es legal su consumo. Es muy probable que la carne de caballo que no cumple con las condiciones sanitarias sea muy propensa a estar contaminada, transmitir salmonelosis, gastroenteritis, entre otras enfermedades y ser un riesgo para la salud”.
Cuidado con la salubridad
Lo común es pensar que en los países donde el consumo de carne de caballo es ilegal existan mataderos clandestinos. La realidad es que el mercado negro y las irregularidades existen por igual en los que sí la permiten.
Pedro Hernández Briano, coordinador de Producción de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Autónoma de Zacatecas, explica que específicamente en Mëxico, donde es legal su comercialización, hay muchos lugares que operan en la clandestinidad y venden la carne sin controles de calidad.
Para mejorar su procesamiento Hernández Briano, quien es maestro en genética animal y médico veterinario zootecnista, diseñó un innovador sistema de alimentación de equinos para la producción sea apta para el consumo humano. El sistema ya se está aplicando en el estado de Zacatecas, además, la Editorial Académica Española va a producir un libro al respecto.
El especialista mexicano considera que comer carne de caballo puede ser beneficioso: “Es baja en grasas y tiene un alto contenido nutricional, pues tiene altas concentraciones de hierro, proteínas, alto contenido de vitaminas del complejo B y ácidos grasos esenciales”, explicó a la Agencia Conacyt. Por estas características, recomienda su consumo y aclara que la que se procesa y comercializa en establecimientos certificados no representa ningún riesgo sanitario, pues estos sí cumplen con las normas europeas y asiáticas y son seguros.
Comer o no carne de caballo es una elección personal. Mas, si decides hacerlo, no importa en el país donde vivas: debes verificar muy bien su procedencia y así evitar riesgos para tu salud.
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