Desde hace un tiempo lo nórdico se ha puesto de moda: estilos de decoración, literatura, series de televisión y, ahora, su forma de comer. Pero en este último caso las razones son trascendentales: la dieta que llevan en los países del norte de Europa tiene un impacto real en la buena salud, especialmente para combatir el sobrepeso.
En busca de recomendaciones para atender la epidemia de obesidad que hay en el mundo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de publicar un informe en el que confirma los beneficios de la dieta nórdica. Al igual que la dieta mediterránea, esta forma de alimentarse puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles como cáncer, diabetes y problemas cardiovasculares, todas asociadas al sobrepeso.
Ambas dietas, la mediterránea y la nórdica, tienen similitudes, pero se basan en alimentos diferentes. Según el informe de la OMS las evidencias son claras; sus conclusiones parten de la revisión de diversos estudios médicos y de los resultados positivos que han obtenido varios países europeos que han promovido esta dieta como un modelo beneficioso para la salud.
¿De qué se trata?
La base de la dieta nórdica son los cereales integrales como el centeno, la cebada y la avena; vegetales como repollo, papas y zanahorias; pescados grasos como el salmón, la caballa y el arenque; legumbres como frijoles y guisantes; y frutos del bosque como arándanos y fresas. Los alimentos deben ser lo más frescos posible.
Los alimentos procesados y la comida rápida no tienen cabida en esta dieta. Limitan el consumo de alcohol, azúcar y carnes rojas y prefieren los lácteos bajos en grasa, así como los platos hechos en casa.
¿Es tóxico el pescado que comemos?
Al incluir pescados se aporta omega 3, los alimentos integrales proporcionan una nutrientes protectores del corazón que incluyen fibra, vitaminas, minerales y antioxidantes. A diferencia de la mediterránea, la nórdica prefiere el aceite de canola antes que el de oliva, el cual tiene un alto contenido de grasas sanas monoinsaturadas.
En la Universidad de Harvard cuando investigaron el estilo de alimentación de Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega y Suecia y encontraron diversos beneficios para la salud; por ejemplo, la ingesta abundante de bayas se asocia a la pérdida de peso y menor riesgo de ataque al corazón. Otros estudios recientes la han relacionado a la prevención de derrames cerebrales.
¿Cómo la aplicamos?
Más que elaborar un menú y definir rigurosamente porciones y horarios de alimentos, el informe de la OMS sugiere que para las poblaciones no nórdicas lo recomendable es adaptar los principios de esta dieta. Se trata de excluir grasas saturadas y alimentos procesados y promover el consumo de cereales enteros, frutas y vegetales y un estilo de alimentación saludable.
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