El pescado es un alimento importante cuando se quiere llevar una dieta saludable: es fuente de proteínas y nutrientes, es bajo en grasas y tiene pocas calorías. Pero también puede contener mercurio y, según una reciente investigación, los niveles de este metal han aumentado en buena parte del mundo.
La cantidad de mercurio extraído del mar por la pesca industrial ha subido en los últimos 60 años, aumentando potencialmente la exposición al metal entre las poblaciones de varios países a niveles que no son seguros para la salud. Estos son los hallazgos del equipo de investigadores del Departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad de Montreal, Canadá, publicados esta semana en Scientific Reports.
Las afecciones originadas por ingerir mercurio orgánico o metilmercurio no se notan de inmediato, pueden pasar años antes de que se presenten los síntomas. Estar expuesto a pequeñas cantidades del metal constantemente puede reflejarse en el sistema nervioso, causando entumecimiento o dolor en la piel, temblores, dificultad para caminar, ceguera, falta de memoria y convulsiones.
Si la intoxicación ocurre durante el embarazo, puede causar daño cerebral permanente en el bebé. Cuando los humanos ingieren niveles excesivamente altos de metilmercurio, las moléculas de la toxina pueden penetrar la barrera hematoencefálica e impactar el desarrollo cerebral, especialmente en niños y fetos.
¿Cuánto pescado pueden comer los niños?
Para esta investigación se revisaron datos sobre la cantidad de mercurio extraído de mares de 1950 a 2014 y el consumo semanal de pescados y mariscos de las poblaciones de 175 países, entre 1961 y 2011 publicados por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
"Al comparar los datos de la FAO sobre el consumo mundial de mariscos, observamos que de 2001 a 2011 las poblaciones del 38% de los 175 países que analizamos habrían estado expuestas a dosis semanales de metilmercurio muy por encima del nivel máximo seguro de consumo para el desarrollo fetal", explicó Raphaël Lavoie, uno de los autores del estudio.
Muchas de las poblaciones expuestas se encuentran en regiones costeras y, especialmente, en países en desarrollo: Maldivas, Kiribati, Islandia, Malasia, Samoa, Polinesia Francesa, Lituania, Japón, Barbados y Corea del Sur con algunos de los que presentaron niveles más altos. El promedio mundial de exposición al mercurio durante el mismo período de tiempo se mantuvo en niveles normales.
Los investigadores dicen que sus estimaciones son conservadoras, ya que la captura de la industria pesquera en el mundo, que incluye pesca artesanal e ilegal, es probablemente 50% más alta de lo que indican los datos de la FAO.
¿Se puede evitar la intoxicación?
Casi todos los pescados y mariscos tienen trazas de mercurio, más allá de su ubicación geográfica, y eso no afecta su valor nutricional. Los peces de mayor tamaño y los que han vivido más son los que tienen niveles más altos. La toxicidad viene dada en la cantidad que se ingiera.
Organismos como la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por su sigla en inglés) recomiendan que niños y mujeres embarazadas o en edad de tener hijos limiten el consumo de pescado con altos niveles de mercurio a no más de una porción al mes y preferiblemente eviten comer tiburón, pez espada, caballa y lofolátilo. Para la población en general sugieren limitarlos a una porción semanal para no sobrepasar la ingesta considerada aceptable.
Existe la creencia de que hay métodos para preparar el pescado que podrían reducir el riesgo de contaminación por metilmercurio. De acuerdo a la FDA: ninguna forma de preparación o cocción elimina los rastros del mercurio.
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