Ya conocemos muchas y muy buenas razones para estar físicamente activo, entre ellas reducir las probabilidades de desarrollar enfermedades del corazón, accidentes cerebrovasculares y diabetes. No cabe duda de que el ejercicio es bueno para el cuerpo, pero cada vez hay más pruebas de que mantenerse físicamente activo también puede ayudar a mejorar la función cerebral.
Pero, ¿qué tipo y cuánto ejercicio se necesita para lograr un cerebro más saludable?
Casi cualquier tipo de ejercicio, desde aeróbicos como caminar, correr y andar en bicicleta hasta levantar pesas y ejercicios de mente y cuerpo, como el yoga y el tai chi, pueden contribuir a un mejor rendimiento cognitivo., siempre que lo hagas durante al menos 52 horas en el transcurso aproximado de seis meses.
Así lo señaló una revisión de 4,600 ensayos clínicos liderada por investigadores del Centro Berenson-Allen para Estimulación Cerebral No Invasiva en el Centro Médico Beth Israel Deaconess (BIDMC), publicada en la revista Neurology Clinical Practice.
Un hallazgo clave en el estudio fue que el ejercicio no necesita de un número determinado de horas diarias o semanales para mantener el rendimiento cognitivo en adultos. En promedio, las personas se ejercitaron durante aproximadamente una hora, tres veces a la semana. Y las mejoras más estables en las capacidades de pensamiento se encontraron en la velocidad de procesamiento mental, tanto en adultos mayores sanos como en personas con deterioro cognitivo leve o demencia.
"El impacto real es que puedes dividir ese tiempo, 52 horas, en una hora aquí o allá. Esto es alentador, porque no necesariamente necesitas una hora al día. Si haces ejercicio algunos días a la semana y comienzas a acumular esos 'puntos', y lo haces durante varios meses y llegas a esa cantidad de horas, es cuando puedes esperar que tu mente se vuelva más nítida", dijo a Live Science la autor principal del estudio, Joyce Gomes-Osman, investigadora postdoctoral en el Berenson-Allen Center y profesora asistente en la Facultad de Medicina Miller de la Universidad de Miami.
Capacidad para resolver problemas
Las personas en el estudio mostraron las mejores mejoras en su capacidad para resolver problemas y procesar información. El efecto no fue tan robusto en las pruebas de memoria, pero Gomes-Osman explicó que las funciones cerebrales más complejas, desde el razonamiento y la velocidad de procesamiento hasta la recuperación, están relacionadas. "Existe una superposición entre poder administrar el tiempo, prestar atención y (realizar) tareas de memoria", destacó.
Efecto acumulativo
Lo que sorprendió a los investigadores fue que la única correlación fuerte entre el ejercicio y la función cerebral ocurrió cuando observaron el tiempo total en que las personas fueron físicamente activas.
Eso puede respaldar aún más la idea de que para la salud del cerebro, el efecto general y acumulativo de la actividad física es lo importante. Esto sugiere que el ejercicio afecta al cerebro de diferentes maneras, desde preservar la red neuronal del cerebro que comienza a disminuir con la edad, a aumentar la función de las neuronas y mejorar el flujo sanguíneo a las células cerebrales, así como a promover la producción de factores de crecimiento para ayudar a las células involucradas en tareas de pensamiento de mayor nivel.
"Estos resultados nos ayudan a estar un poco más cerca de consejos muy prácticos. Para otras formas de tratamientos, como medicamentos recetados, a los pacientes se les prescribe una cantidad específica. Nuestro estudio resalta la necesidad de hacerlo específico también con el ejercicio ", señaló Gomes-Osman.