Nadie duda de los beneficios de hacer ejercicio en forma regular. Las Guías de actividad física de 2008 para los estadounidenses recomiendan que los adultos acumulen actividad física de moderada a vigorosa (MVPA) en períodos de ≥10 minutos para obtener beneficios para la salud, y que sumen 150 minutos por semana.
Muchas personas se preguntan si es más saludable realizar entrenamientos intensos ocasionales o actividades cotidianas de bajo nivel. Y ese fue precisamente uno de los objetivos de una nueva y amplia investigación de la Asociación Estadounidense del Corazón: estudiar qué tipo cantidad y tiempo de ejercicio se asocia con un menor riesgo de mortalidad.
Ante la duda de qué es mejor para la salud, si anotarse en un gimnasio y hacer ejercicio rutinariamente, practicar un deporte o simplemente moverse más yendo siempre a caminar al trabajo por ejemplo, la respuesta es simple: no importa lo que hagas, siempre que te muevas.
Para tener una mejor salud y un menor riesgo de muerte por todas las causas, cualquier tipo de movimiento es mejor que poco o nada. Eso significa que cualquier esfuerzo que te haga mover y respirar, ya sea una clase de spinning o una caminata de 30 minutos al trabajo, todo tiene beneficios comprobables para el cerebro y el cuerpo.
Lo importante es moverse
La investigación, publicada el viernes en el Journal of the American Heart Association, usó datos de la actividad física y tasas de mortalidad de encuestas nacionales de más de 4,800 adultos. Los datos del estudio provienen de NHANES (Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición) en los ciclos 2003-2006.
Los autores del estudio clasificaron la actividad de las personas en dos categorías: sus minutos totales de actividad por día y sus minutos totales de actividad "saturada", intensa o concentrada por día.
Luego, los investigadores buscaron posibles vínculos entre los niveles de actividad de las personas, los tipos de actividad y sus probabilidades de morir por cualquier causa.
Puedes suponer que más actividad intensa acumulada, incluidas las clases de ciclismo, el entrenamiento por intervalos y el entrenamiento de maratón, daría mejores resultados que simplemente caminar o moverse mucho. Pero en realidad, el estudio reveló que ningún tipo de actividad física tenía una ventaja significativa sobre la otra, si el tiempo de ejercicio era el mismo.
"El mensaje clave basado en los resultados", escribieron los autores, "es que la actividad física total brinda importantes beneficios para la salud".
¿Cuál es el mejor ejercicio para el corazón?
El estudio más reciente no examinó los tipos de actividad que los participantes realizaban en detalle, pero otras investigaciones anteriores resaltaron los beneficios de los entrenamientos cardiovasculares o aeróbicos, definidos como cualquier tipo de movimiento que aumenta la frecuencia cardíaca, te pone en movimiento, y lleva a sudar por un período sostenido de tiempo.
A diferencia del entrenamiento de pesas o de fuerza, que implica trabajar grupos musculares específicos, el ejercicio cardio aumenta la frecuencia cardíaca y mejora la salud cardíaca y pulmonar. También se ha relacionado con una amplia gama de beneficios para el cerebro, incluidos la mejora del estado de ánimo y la prevención del estrés.
¿Qué significan estos resultados en la práctica?
Los resultados del estudio mencionado arriba, proporcionan evidencia de que las reducciones del riesgo de mortalidad asociadas con el ejercicio moderado o intenso son independientes de cómo se acumula la actividad y pueden afectar el diseño de las guías de actividad física actuales.
El mensaje clave basado en los resultados presentados es que la actividad física total brinda beneficios importantes para la salud. Antes, se creía que si la sesión era de menos de 10 minutos, no reportaba beneficios.
Pero en base a estos hallazgos, los profesionales pueden promover series largas o múltiples de actividad más corta para guiar a los adultos sobre cómo progresar hacia los 150 minutos por semana de actividad física moderada a vigorosa.
Esta flexibilidad puede ser particularmente valiosa para las personas que se encuentran entre las menos activas y con mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas, concluyeron los investigadores.