En los últimos años la dieta cetogénica o ketogénica (Keto) comenzó a cobrar popularidad gracias a su novedosa forma de perder peso, reduciendo al mínimo el consumo de carbohidratos. Además, estudios recientes destacaron su rol en la prevención de la diabetes, cáncer, el síndrome de ovario poliquístico y la enfermedad de Alzheimer.
Pero ¿Es seguro mantener este tipo de alimentación? ¿En verdad posee tantas propiedades? En una reciente publicación de JAMA Network, investigadores de la Universidad de Nueva York señalaron que tal vez el entusiasmo por esta dieta haya superado a la evidencia científica.
La dieta Keto, cuyo objetivo original era controlar las convulsiones epilépticas, consiste en consumir alimentos ricos en grasas, con buena cantidad de proteínas y prácticamente nada de carbohidratos, generalmente entre 20 gramos, aproximadamente lo que ofrece una banana pequeña, y 50 gramos.
Nuestro cuerpo normalmente obtiene su principal fuente de energía, el azúcar, de los carbohidratos. La dieta Keto priva al cuerpo de glucosa induciendo un estado de "cetosis" (de donde proviene su nombre). Durante la cetosis, el cuerpo se ve obligado a descomponer la grasa almacenada, en lugar de azúcar, para producir una fuente alternativa de energía.
Kelly Roehl, dietista e instructora avanzada en el Rush University Medical Center, señaló que los pocos carbohidratos que se consumen en la Keto provienen de vegetales sin almidón. A continuación, detalla un plan diario de esta dieta:
- Para el desayuno: un huevo revuelto cocinado con mantequilla, crema espesa, queso feta, espinacas y champiñones.
- Para el almuerzo: una ensalada preparada con vegetales de hoja verde, aguacate, huevo duro, tocino y queso desmenuzado o rallado, aderezado con aceite de oliva y vinagre de vino tinto.
- Para la cena: “pasta” en espiral de calabacín y pollo al horno con una salsa Alfredo hecha con crema espesa y queso parmesano, o un aderezo de aceite de oliva y pesto.
- Para merendar: almendras, apio y queso crema, o yogur griego natural con 4% de grasa y fresas frescas.
Si bien este enfoque se muestra prometedor, especialmente frente a enfermedades que de otro modo serían difíciles de tratar, los autores del nuevo trabajo, Shivam Joshi, Robert Ostfeld, Michelle McMacken, resaltaron la importancia de concentrarse en "evaluar sus riesgos, beneficios y aplicabilidad, para evitar daños y costos innecesarios".
Efectos sobre el cuerpo
Los autores señalaron que en EE. UU. la emoción por las dietas bajas en carbohidratos surge a partir del "fracaso" de las dietas bajas en grasa en reducir la obesidad y la diabetes tipo 2.
Sin embargo, afirman que este punto de partida es erróneo, ya que las dietas en EE. UU. lejos se encuentran en ser bajas en grasas. Además, desde principios de la década de 1970 hasta principios de la década de 2000, los estadounidenses aumentaron el consumo total de energía en aproximadamente 240 calorías por día, lo que probablemente contribuyó al aumento de peso y a la mayor incidencia de diabetes.
Respecto a los efectos de la dieta Keto, los expertos compartieron un metaanálisis de 32 estudios de alimentación controlada que encontró que el gasto de energía y la pérdida de lípidos fueron mayores con dietas bajas en grasa en comparación con las Keto.
¿Quiere decir esto que la dieta Keto no funciona para bajar de peso? No necesariamente, en realidad cualquier dieta que reduzca la ingesta de calorías logrará este objetivo. Lo importante es que sea sostenible a largo plazo, sin afectar la salud de las personas que la adoptan.
Sobre esto, los investigadores señalaron que aún no se desarrollaron estudios que examinen los efectos de la dieta Keto sobre el funcionamiento cardiovascular o la mortalidad. También resaltaron la necesidad de no estigmatizar a los carbohidratos como algo "malo".
Sobre este prejuicio, la doctora Julia Zumpano, de la Clínica Mayo, aseguró que a pesar de que los carbohidratos tienen mucho azúcar y calorías, "Es el tipo y la cantidad de carbohidratos que comemos, no éstos en sí mismos, los que causan el aumento de peso".
Joshi, Ostfeld y McMacken fueron contundentes respecto a que medidas tomar sobre la incorporación de la dieta Keto "Aunque atrajo mucha atención para el tratamiento dietético de enfermedades crónicas como la obesidad y la diabetes tipo 2, la evidencia que respalda su uso es actualmente limitada y los riesgos potenciales son reales".
Y concluyeron: "Los médicos y pacientes deberán continuar evaluando juiciosamente los beneficios y riesgos de la dieta Keto de acuerdo con la evidencia, no con la exageración".