Conocida como "el gran sustituto" o "la comida del futuro", la soya es una leguminosa que también tiene propiedades terapéuticas. Entre los múltiples beneficios que se le adjudican, la reducción del colesterol es de los más conocidos, aunque últimamente, también de los más debatidos.
Una reciente investigación decidió profundizar sobre este aspecto guiándose por datos existentes y encontró que, de hecho, la proteína de soya sería capaz de combatir el colesterol "malo".
A pesar de que la soya es una parte fundamental de la comida oriental desde hace milenios, su presencia en las mesas occidentales no alcanza los 80 años.
Esta leguminosa contiene los 9 aminoácidos esenciales (histidina, isoleucina, leucina, lisina, metionina, fenilalanina, treonina, triptófano y valina) compuestos vitales para el funcionamiento de nuestro cuerpo.
La soya también suele utilizarse como un sustituto de la leche de vaca y una opción para aquellos que sufren intolerancia a la lactosa.
Se puede consumir hervida, asada o en harina (que se utiliza para elaborar otros alimentos, bebidas y condimentos), pero una opción muy popular es optar por su proteína. Esta no contiene colesterol, posee niveles bajos de grasas saturadas y, según muchos especialistas, su calidad nutricional es igual a las proteínas que provienen de fuentes animales.
Una cuestión de etiquetas
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) incluye la proteína de soya en su lista de alimentos que pueden reducir el colesterol cuando se usa en combinación con una dieta equilibrada. Para poder incluirse en este etiquetado, los productos de soya deben proporcionar al menos 6.25 gramos de su proteína por porción.
Sin embargo, el organismo está considerando eliminarla de esta lista debido a que la evidencia sobre sus beneficios frente al colesterol sería "inconsistente".
Por ello, investigadores del Hospital St. Michael en Toronto, Canadá, decidieron revisar los documentos que la FDA utilizaría para tomar su decisión, con información de 2,607 participantes. Sus resultados se publicaron en The Journal of Nutrition.
Una aliada para el corazón
Los expertos realizaron un metaanálisis sobre 43 de los 46 estudios que la FDA eligió para analizar la situación de la proteína de soya. De ellos, 41 proporcionan datos para corroborar la relación entre incluir la proteína de soya en una dieta equilibrada y una reducción en el colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL) o "malo".
Este recibe su nombre porque cuando se acumula en las arterias aumenta el riesgo de accidente cerebrovascular y enfermedad cardíaca.
Por eso es importante encontrar aliemnetos que sean capaces de reducirlo "La proteína de soya redujo significativamente el colesterol LDL en aproximadamente 3 a 4% en adultos. Nuestros datos respaldan el consejo dado al público para aumentar la ingesta de proteína vegetal".
Si bien el porcentaje del efecto parece pequeño, los expertos creen que tendría potencial para marcar una diferencia. Por ejemplo, cuando la gente agrega proteína de soya a su dieta, suele reemplazar otras fuentes de proteínas con altos niveles de colesterol, como los lácteos o las carnes.
El Dr. David Jenkins, director del estudio, explicó "Cuando se agrega el desplazamiento de carnes con alto contenido de grasas saturadas y ricas en colesterol a una dieta que incluye soya, la reducción del colesterol podría ser mayor".
Aunque la muestra fue pequeña, los autores señalaron que su objetivo era analizar, con los mismos datos seleccionados por la FDA, las propiedades saludables de la proteína de soya.
Respecto a la posibilidad de que sea eliminada de la lista de alimentos saludables para el corazón, Jenkins afirmó que sus datos sugieren que esta contribuye a una buena salud cardiovascular y que espera que la FDA considere su metaanálisis a la hora de discutir la categoría de este producto.
Otros beneficios
Además de beneficiar la salud de nuestro corazón, la soya se ha asociado con la prevención de otros tipos de problemas como:
- Alzheimer.
- Anemia.
- Arrugas.
- Asma.
- Cáncer de mama y próstata.
- Diabetes.
- Diarrea.
- Hipertensión.
- Obesidad.
- Sofocos menopáusicos.
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