Mucho se habla del colesterol por ser un asunto que puede afectar a cualquiera, sin embargo, todavía quedan muchas dudas al respecto. Tratamos de aclarar varios puntos que pueden prestarse a confusión y que incluso son afirmaciones que se repiten comúnmente y no son ciertas.
Empecemos por definir qué es el colesterol: se trata de una sustancia grasa natural (lípido) en nuestro cuerpo y es indispensable para las funciones vitales, explica la Asociación Americana del Corazón (AHA, por su sigla en inglés). El 75% del colesterol es producido por el organismo y el otro 25% proviene de lo que comemos, específicamente de productos de origen animal.
En niveles altos, eleva al doble el riesgo de padecer enfermedades cardíacas y es la principal causa de muerte en EE.UU. Según la AAH, es esta condición afecta a 71 millones de personas y sólo 1 de cada 3 que la padece la sabe controlar.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) han hecho una lista de los mitos más comunes y la verdad sobre cada uno. Revisemos uno a uno.
Mito #1: El colesterol es totalmente malo. La realidad es que hay varios tipos de colesterol y que algunos son hasta necesarios para ciertas funciones del organismo, como producir hormonas y formar células. El colesterol viaja por todo el cuerpo a través de la sangre en proteínas llamadas lipoproteínas que son de dos tipos.
La lipoproteína de baja densidad (LDL), que también se conoce como colesterol "malo", es la más común y en altos niveles aumenta el riesgo de enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular. Si hay demasiado LDL se acumula en las paredes de los vasos sanguíneos formando placa y con el tiempo hace que los vasos se estreche y, eventualmente, se bloquee el flujo de sangre y esto cause angina (dolor de pecho) o un ataque al corazón.
Por otro lado está la lipoproteína de alta densidad (HDL), mejor conocida como colesterol "bueno". Esta lleva el colesterol al hígado y este órgano lo expulsa del cuerpo y en niveles altos puede reducir los riesgos de enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular.
Mito #2: El colesterol alto se puede sentir. No, el colesterol, por sí mismo, no causa síntomas. Puedes tener altos niveles de LDL y darte cuenta cuando ya es demasiado tarde y sufres un ataque cardíaco o un derrame cerebral. De allí viene la importancia de revisar tus niveles de colesterol, al menos cada 4 a 6 años, según los CDC. Algunas personas con niveles muy altos desarrollan crecimientos amarillentos en su piel llamados xantomas, que son depósitos ricos en colesterol, pero esta señal no es común.
Mito #3: Comer alimentos altos en colesterol no subirá mis niveles. Los alimentos con mucho colesterol, en general, también tienen una gran cantidad de grasas saturadas y estas pueden aumentar tus niveles de colesterol. Lo mejor es evitar o bajar el consumos de alimentos altos en grasas saturadas, como las carnes rojas, la mantequilla y el queso, y buscar opciones ricas en fibra (avena, frijoles) y en grasas saludables, como aguacates, aceite de oliva y nueces.
Mito #4: Tengo el colesterol alto y no puedo hacer nada para bajarlo. Hay muchas cosas que puedes hacer para controlar el colesterol, comenzando por hacerte una prueba de detección para saber con exactitud cómo estás. La prueba se recomienda a hombres con edades entre los los 20 a 35 años y mujeres entre los 20 y 45 años. También debes hacértela si tienes un historial familiar de colesterol elevado, diabetes, problemas de riñón y enfermedad cardíaca.
Si tus niveles están altos, puedes hacer pequeños cambios en tu estilo de vida que influirán de forma positiva, como limitar los alimentos ricos en grasas saturadas, mantenerte activo (lo recomendable son 150 a 300 minutos de actividad moderada a la semana) o dejar el cigarrillo o cualquier otro producto del tabaco. De ser necesario, tu médico podría recetarte algún fármaco y eso nos lleva al siguiente mito.
Mito #5: No necesito medicamentos para mi colesterol, con dieta y ejercicios es suficiente. Muchas personas pueden lograr un nivel de colesterol adecuado al elegir un estilo de vida saludable, pero otras pueden necesitar de medicamentos como las estatinas para reducirlo. Especialmente requieren fármacos las personas con niveles muy altos de colesterol "malo" (o con FH, una condición genética que los aumenta), con enfermedad cardiovascular o con diabetes (la tipo 2 reduce los niveles de colesterol HDL o "bueno" y aumenta los niveles de colesterol "malo")
Despejadas estas inquietudes puedes tener más seguridad de lo que implica tener el colesterol alto y cómo puedes comenzar a cuidarte. Toma las medidas necesarias antes de que sea tarde.
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