Si de pequeño tus padres te obligaban a comer brócoli, puede que sea momento de agradecérselos. Hay un compuesto de este vegetal que ayudaría a suprimir el crecimiento de tumores, según nuevas investigaciones.
Nuestro cuerpo suele formar células nuevas para reemplazar aquellas que envejecen o mueren. Sin embargo, este mecanismo puede ser descontrolado y producir células alteradas que se acumulan en los tejidos, dando origen a los tumores.
Estos pueden ser benignos (no son cáncer) o malignos. En este último caso sus células dañadas pueden extenderse a lo largo del cuerpo e invadir los tejidos cercanos, lo que se conoce como metástasis. Por ello, el cáncer no es una sola enfermedad, sino muchas.
Los profesionales estiman que existen 100 tipos, que reciben sus nombres dependiendo su lugar de origen. Los más comunes son: cáncer de pulmón, mama, próstata, colorectal y piel.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer causó aproximadamente 9 millones de muertes en 2018, el 70% de ellas en países de ingresos medios y bajos.
Ese mismo año, en EE. UU. se diagnosticaron más de 1,700,000 de casos nuevos y se registraron cerca de 600,000 defunciones. La incidencia anual es de 439 cada 100,000 personas, siendo los hombres afroamericanos y las mujeres asiáticas los grupos más vulnerables.
Los profesionales identificaron 6 características distintivas del cáncer a nivel celular:
- Funciona manteniendo señales de crecimiento.
- Evita la supresión de tumores.
- Evita la muerte celular.
- Promueve la replicación sin fin.
- Configura un suministro de sangre.
- Provoca invasión y propagación.
Debido a la creciente necesidad de medicamentos accesibles para tratar esta enfermedad, cada vez son más los investigadores que recurren al mundo de las plantas en busca de compuestos que puedan cumplir con este requisito.
El nuevo estudio de Centro Médico Beth Israel Deaconess de la Escuela de Medicina de Harvard, se sumó a una serie de trabajos que buscaban identificar compuestos para combatir el cáncer en vegetales crucíferos, es decir, brócoli, coles de Bruselas, col rizada o coliflor.
En su trabajo, publicado en Science, lo científicos explicaron que un compuesto llamado indol-3-carbinol (I3C) impidió el crecimiento tumoral en un modelo de ratón de cáncer de próstata.
Doble beneficio
El equipo de investigación explicó que I3C cumplió una doble función:
- Promovió una proteína, PTEN, supresora de tumores "cuya actividad a menudo disminuye en los cánceres humanos".
- Desactivó otra proteína llamada WWP1, presente en varios tipos de cáncer humano. Esta altera y debilita la actividad antitumoral de PTEN.
"Encontramos un nuevo e importante jugador que impulsa un camino crítico para el desarrollo del cáncer", subrayó el Dr. Pier Paolo Pandolfi, autor principal del estudio y director del Centro de Cáncer y el Instituto de Investigación del Cáncer del Centro Médico Beth Israel Deaconess. Y agregó "es un talón de Aquiles que podemos atacar con opciones terapéuticas".
Sin embargo, esto no quiere decir que debas correr al mercado y comprar todo tipo de crucíferas para incorporar a tu dieta. Otro de los autores de la investigación, Yu-Ru Lee, señaló que una persona debería consumir cerca de 3 kilos diarios de estos vegetales para alcanzar niveles efectivos de I3C.
Actualmente, los especialistas recomiendan consumir entre 200 y 300 gramos diarios cocidos. También advierten que pruebas en animales mostraron que un consumo excesivo y prolongado podría causar problemas para la salud, como hipotiroidismo.
Pandolfi y sus colegas explicaron que este es el primer paso de una larga investigación, por lo que continuarán examinando cómo funciona WWP1 y si existen otras moléculas con mayor poder para bloquearla.
"Estos hallazgos abren el camino hacia un enfoque de reactivación de supresores de tumores que se busca desde hace mucho tiempo para el tratamiento del cáncer", concluyó el experto.
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