Seguramente cuando escuchas hablar de la menta, lo primero que se te viene a la cabeza son dulces o pastas dentales con este sabor, populares por su efecto para refrescar el aliento. Sin embargo, es una hierba que se utilizó históricamente para numerosas condiciones de salud, aquí te contamos cuáles.
Mintha, la ninfa
El nombre científico de la menta, Mentha piperita, deriva del nombre Mintha, una ninfa de la mitología griega quien se transformó en la planta y del latín piper que significa pimienta. Se cree que la menta es un híbrido entre la hierbabuena y la menta acuática. EE. UU. es un gran productor y los mayores compradores su aceite son los fabricantes de dulces, pastas dentales y enjuagues bucales.
Uso histórico
Los romanos aderezaban muchos de sus platillos con menta y la masticaban para mejorar su aliento. En la Antigua Grecia era muy común para elaborar salsas o aromatizar rituales religiosos. Los árabes la utilizaban en medicina y gastronomía. Hoy en día, además de su industrial, es un condimento ideal para aderezar, bebidas, ensaladas o postres. También puede ofrecer las siguientes bondades:
1. Contra el intestino irritable
Además de ser una oleada de frescura, la menta tendría grandes beneficios para reducir los síntomas y malestares generados por el Síndrome del Intestino Irritable. Los expertos creen que el mentol que contiene ayuda a cerrar los canales de iones de calcio responsables de la contracción muscular, lo que tiene un efecto positivo sobre las paredes intestinales y ayuda a disminuir el dolor abdominal.
Para calmar o neutralizar las contracciones involuntarias de los músculos del estómago o intestino, también llamados retortijones, el aceite de menta podría ser un tratamiento muy eficaz. Según distintas investigaciones, la mejor manera de aprovecharla sería bebiendo una infusión caliente a base de esta hierba antes de comer.
Aplicar aceite de menta en la frente y sienes puede ser eficaz para combatir el dolor de cabeza, el masaje que se realiza durante la aplicación tendría un efecto vasodilatador, es decir, que ralentiza la circulación sanguínea y en pocos minutos se empiezan a sentir las primeras sensaciones de frío con efecto calmante. Respirar el aroma mientras bebes una taza de té también podría ayudarte.
Las abuelas no se equivocan: beber un té de menta te ayudará a aliviar la congestión nasal, tos y el dolor de garganta. Las investigaciones sugieren que estos beneficios se deben al mentol, que posee un leve efecto anestésico sobre los tejidos de la garganta y efecto antiséptico que pueden ayudar a matar el virus que causan la infección y los síntomas.
La menta es un ingrediente popular de la pasta de diente y masticar unas cuantas hojas es un remedio muy efectivo a la hora de quitar el mal aliento, ya que su sabor es fuerte y huele bien. Además, sus componentes ayudan a cubrir el aparato digestivo y reducir el movimiento de los ácidos gástricos. También se aconseja tomar una infusión antes de ir a dormir y antes del desayuno.
La placa dental es una capa apenas visible de color blanquecino-amarillento producida por la acumulación de restos de alimentos, bacterias y gérmenes. Masticar un chicle de menta sería una opción eficaz para combatirla, ya que sus componentes actuarían como elementos refrescantes, además, al masticar facilitarías la eliminación de restos de comida. Recuerda elegir un chicle sin azúcar.
Beber infusiones de menta puede ser de gran ayuda para combatir las náuseas, esa horrible sensación de tener ganas de vomitar. Las investigaciones encontraron que sería útil específicamente para las náuseas postoperatorias o las que se presentan durante el embarazo.
8. Antiestrés
En la aromaterapia, una rama de la herbolaria que utiliza aceites vegetales para mejorar la salud física y mental, la menta es considerada una planta con aroma estimulante que despeja la mente, clarifica los pensamientos, mejora la concentración y ayuda a combatir el estrés y la ansiedad. Para aprovechar estos beneficios se recomienda oler sus hojas frescas o los vapores de sus infusiones.
La menta también es un condimento apreciado en la cocina y muy popular para otorgar un toque de frescura a las bebidas y platillos. Es utilizada para aderezar carnes, legumbres, guisantes, pescados, corderos y salsas. Sus hojas pueden ser consumidas frescas o secas, y es un ingrediente versátil que combina muy bien con otras hierbas como albahaca, eneldo o perejil.
Otros usos de la menta
La menta contiene calcio, ácido fólico, potasio y vitaminas A y B. Se utiliza en gran medida como condimento en el arte culinario y para perfumar lugares cerrados. En la industria de los alimentos y medicamentos, su aroma, sabor y propiedades refrescantes y calmantes son muy valoradas para elaborar todo tipo de productos.
Precauciones
A pesar de sus beneficios, los expertos advierten que la menta y sus derivados pueden tener efectos secundarios. Por eso, se recomienda que las mujeres embarazadas o en período de lactancia eviten el consumo de sus extractos y aceites. Incluso algunas personas pueden sufrir problemas gastrointestinales, como gastritis o diarrea, tras entrar en contacto con estos productos.