"Podemos poner un hombre en la Luna, pero no entendemos qué función tiene bostezar” dijo Gary Hack, de la Universidad de Maryland en Baltimore, coautor de un estudio sobre el bostezo. Y Robert Provine, neurobiólogo, también de la Universidad de Maryland y autor del libro "Comportamiento curioso: bostezo, risa, hipo y más allá", concluye que " el bostezo tiene la dudosa distinción de ser el comportamiento humano menos comprendido".
Puede decirse que el primer investigador de los bostezos fue el médico griego Hipócrates, hace casi 2.500 años. Él creía que el bostezo ayudaba a liberar el aire nocivo, sobre todo cuando se tenía fiebre. "Al igual que las grandes cantidades de vapor de agua que se escapan de las calderas cuando el agua hierve, el aire acumulado en el cuerpo es expulsado violentamente por la boca cuando la temperatura corporal se eleva", escribió.
Diferentes versiones sobre el por qué se bosteza persistieron hasta el siglo XIX, y desde siempre las teorías se han focalizado en la extraña y contagiosa naturaleza del bostezo. "Alrededor del 50% de las personas que ven a alguien bostezar, bostezan en respuesta", dice el psicólogo Robert Provine. "Es tan contagioso que cualquier cosa asociada a él hace que se dispare... ver o escuchar a otra persona, o incluso leer sobre el bostezo".
Sincroniza el comportamiento
Las teorías de que el bostezo es contagioso no son del todo claras para otros investigadores. Algunas aseguran que es un comportamiento heredado. Otras teorías sugieren que el bostezo sirve para sincronizar el comportamiento anímico entre animales gregarios de forma similar al aullido de una manada de lobos en luna llena. El bostezo entonces emitiría una señal de cansancio hacia otros miembros del grupo para sincronizar patrones de sueño.
Bostezar es abrir involuntariamente la boca y realizar una inhalación profunda y prolongada de aire. Esto se hace con mayor frecuencia cuando estás cansado, tienes sueño o hambre El bostezo excesivo que sucede más a menudo de lo esperado, incluso si existe somnolencia o cansancio, es considerado bostezo excesivo.
Los expertos aún no se ponen de acuerdo en las razones por las cuales la gente bosteza. “No está tan claro que sea como creemos porque nos aburrimos, sino que da la impresión, por los estudios de los últimos años, que es más una cuestión de empatía”, explica el profesor Manuel Díaz-Rubio, presidente de honor de la Real Academia Nacional de Medicina. Y en su libro “Los síntomas que todos padecemos” (editorial Aran), incluyó al bostezo.
El bostezo está relacionado con los ritmos diarios más primitivos como dormir, despertar, relajarse o reproducirse. La teoría más aceptada para explicar este comportamiento es su relación con la empatía. De ahí que aparezca con mayor frecuencia, explica Manuel Díaz Rubio, médico español, presidente de Honor de la Real Academia Nacional de Medicina, en situaciones de familiaridad. Y en función del grado de empatía se hace más contagioso.
Christian Hess, de la Universidad de Berna en Suiza, señala que la gente suele bostezar cuando se siente cansada, por eso una hipótesis es que podría ayudar a ajustar el reloj biológico al mismo ritmo. Es decir, que el bostezo ayuda a sincronizar el comportamiento para hacer que se vayan a dormir más o menos al mismo tiempo, aunque también se bosteza en momentos de estrés: los atletas olímpicos a menudo lo hacen antes de una carrera.
Gary Hack y su coautor Andrew Gallup, de la Universidad de Princeton, creen, por su parte que al bostezar se expanden y contraen las paredes del seno maxilar para bombear aire al cerebro, lo que hace disminuir su temperatura. Ubicado en los pómulos, el maxilar es una de las cuatro cavidades más grandes en las cabezas humanas.
Descifrar cómo se activa el impulso incontrolable y contagioso del bostezo puede ayudar a curar enfermedades relacionadas con tics nerviosos como el síndrome de Tourette o la epilepsia, según un descubrimiento de un grupo de científicos de la Universidad de Notthingham, en Reino Unido. Los científicos descubrieron que el acto involuntario del bostezo se activa por reflejos primitivos en la corteza motora primaria del cerebro.
Para las personas conocedoras del Lenguaje no verbal el bostezo es un poderoso mensaje, con varios posibles significados, dependiendo de las circunstancias. Puede ser un indicador de cansancio, estrés, exceso de trabajo o aburrimiento, también puede significar un medio de expresión de emociones fuertes como el enojo, el aburrimiento y el rechazo. En algunas culturas lo disimulan con la mano porque lo interpretan como una conducta antisocial.
Robert Provine también señala que los bostezos (y tal vez otras funciones corporales, como los estornudos) comparten algunos paralelismos extraños con el sexo. Las expresiones faciales implicadas son sorprendentemente similares, dice. Al igual que el sexo, los bostezos y los estornudos implican una sensación de acumulación que termina en un agradable clímax. "Una vez iniciados, llegan hasta el final, uno no quiere un bostezo interruptus", explica