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Cómo entrenar a tu cerebro para comer mejor
Por julioguzbra@hotmail.com
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¿No puedes lucir delgada?
Muchas personas suelen argumentar que no pueden estar en forma debido a que les cuesta trabajo cambiar el estilo de alimentación que llevan, el cual ha sido establecido desde hace años y no es un régimen digno de seguir. Por fortuna cambiar esto sí es posible a través de disciplina y esfuerzo. A continuación, algunos tips.
¿Eres de los que podrías vivir sin vegetales, pero no sin las hamburguesas, por muy dañinas que sean? Muy contrario a lo que se piensa, un estudio reciente que aparece en la revista Nutrition and Diabetes ha demostrado que es posible poder reeducar al cerebro para llevar a cabo una alimentación saludable.
Para comprobar lo anterior, investigadores de las universidades de Harvard y Tufts, en Estados Unidos, se dieron a la tarea de analizar mediante resonancias magnéticas los cerebros de un grupo de personas con obesidad antes y después de ingresar a un programa de adelgazamiento con una duración de seis meses.
¿Qué paso?
Luego que transcurrió dicho periodo de tiempo, los científicos encontraron que los voluntarios habían desarrollado cambios en áreas cerebrales vinculadas al aprendizaje y la adicción, lo que derivó en que existiera una mayor sensibilidad en las opciones más saludables que en las nocivas para la salud.
La obesidad es asociada con una hiperactivación del sistema de recompensa a favor de la comida con muchas calorías frente a las que tienen pocas, no obstante, lo que no estaba claro hasta la fecha es si este patrón podría revertirse de algún modo, explican los investigadores en la revista.
El factor clave
Ante este hallazgo habría un punto importante qué analizar: ¿qué fue lo que llevó a los miembros estudiados a modificar sus hábitos alimenticios? El cambio que ellos experimentaron no ocurrió por arte de magia. Ellos acudieron a sesiones grupales y también recibieron apoyo de expertos en nutrición.
Por suerte, tú también puedes llevar cambios en tu manera de alimentarte. Por ejemplo, puedes comenzar por añadir a tus mañanas algún jugo rico en frutas o en verduras, el cual aportará suficientes energías, así como vitaminas y minerales para llevar a cabo tus actividades.
Forma un hábito
Quizá suene complicado implementar un nuevo hábito en tu vida, pero una vez que lo logras, seguirlo no costará trabajo. Para demostrar esto, la psicóloga en alimentos Marcia Pelchat del Monell Chemical Senses les dio malteadas de vainilla a un grupo por dos semanas. Después de la fecha todos querían tomarlo, pese a que su sabor no era bueno.
Antes de realizar tus compras en el supermercado, elimina por el momento de la lista aquellos alimentos que sean altos en grasas, como pueden ser los chocolates, los pasteles, las pizzas, hamburguesas, etcétera. Momentos antes de que llegues a la caja registradora, vuelve a revisar que no haya nada extra que no sea saludable.
Haz un plan de trabajo
Una de las claves para que consigas tus objetivos es trazando un plan a corto y largo plazo. Puedes marcarte a cierto tiempo dejar los refrescos, así como las papas a la francesa. La idea es que conforme pasen los días, poco a poco vayas notando los logros que has ido alcanzando y así te motives a hacerte nuevos planes.
Uno de los momentos más críticos para muchas personas llega entre comida y comida, ya que para saciar el hambre algunos llegan a cometer el pecado de comerse algún pastelito o unas frituras para calmar las cosas. En su lugar, ¿por qué no reemplazar esto por unas nueces, alguna ensalada o simplemente una fruta?
Ideas positivas
La mentalidad que tengas puede jugar a tu favor o en tu contra. Si piensas que estás perdiendo tu tiempo y que nunca cambiarás tu forma de alimentarte, es porque en realidad así va a suceder. Pero si crees que a base de constante esfuerzo, dedicación y hechos poco a poco alcanzarás lo que te propongas, dalo por hecho que lo conseguirás.
Se tratan de una gran fuente de fibra, minerales, vitaminas, antioxidantes y fitonutrientes. Puedes comerlos por separado o en pan de trigo, arroz integral, harina de avena o en algunos cereales de granos enteros. Si no los tienes en tu alimentación es ahora una buena oportunidad de hacerlo.
Otros cambios
Revisar las etiquetas de los alimentos, comer frutas y verduras todos los días, incorporar pescado a tu vida, elegir bebidas sin azúcar, evitar las grasas saturadas, reducir las porciones de los platillos, consumir fibra seguido, beber litro y medio de agua y equilibrar el consumo de las comidas son otros tips que te ayudarán a estar en forma.
Analízate
Es importante que también lleves a cabo un examen a conciencia sobre la manera en que te alimentas. ¿Sabías que a veces comemos aún sin tener hambre? Esto obedece a un problema emocional en donde los ataques de ansiedad u otras emociones podrían llevarnos a devorar todo lo que hay en la despensa.
Si te identificas con lo anterior, es importante que también tomes cartas en el asunto, pues este problema se conoce como Trastorno por Atracón y no se trata de una conducta nada saludable, advierte el Instituto Nacional de Salud Mental. De hecho podría derivar en algunas adicciones y hasta en la muerte.
Clave: constancia
Otro aspecto que debes tomar en cuenta reside en ser constantes. Un metanálisis de casi 50 estudios publicado en la revista JAMA encontró que después de 12 meses de haberse sometido a una dieta o régimen alimenticio, las personas vuelven a ganar por lo menos un cuarto del peso perdido.
Cuando hayas alcanzado llevar una alimentación ejemplar, tu organismo no será el único que te lo va a agradecer, pues tus hijos también comenzarán a seguir tu ejemplo. Recuerda que ellos observan e imitan todo lo que ven a su alrededor.