Especias con propiedades medicinales

Los antioxidantes son sustancias que protegen a las células de los efectos de los radicales libres, moléculas producidas cuando el cuerpo degrada los alimentos o por la exposición ambiental al humo del tabaco y la radiación. Altas concentraciones de estos pueden ser peligrosas para el cuerpo, ya que dañan las estructuras celulares, aumentando el riesgo de enfermedades.

Los expertos señalan que entre las diferentes sustancias que poseen las especias, se destacan los polifenoles, un tipo de antioxidante con diversas cualidades: evitar el daño celular, aliviar la inflamación o modificar el metabolismo. Puedes aprovecharlas de diferentes maneras: en aceites esenciales, extractos, infusiones o agregándolas directamente en tus platillos. Estas son las mejores:

El clavo de olor tiene un gran poder antioxidante, además, posee más de 80 miligramos de vitamina C por cada 100 gramos, carotenos, vitamina E, selenio y otros componentes útiles en la lucha contra los temibles radicales libres. Esta especia también tiene una gran capacidad de donar hidrógeno y reducir la degradación oxidativa.

La canela, además de ser un ingrediente esencial de postres dulces, como pasteles, arroz con leche o bizcochos, es una especia con gran riqueza antioxidante. Esto se debe a su elevada concentración en compuestos fenólicos, similares a los que se hallan en el vino tinto, y la presencia de flavonoides, semejantes a los de los arándanos.

La cúrcuma es una especia miembro de la familia del jengibre y uno de los condimentos esenciales del curry. Su principal componente es un polifenol llamado curcumina que tiene un potente efecto para inhibir el daño oxidativo al ADN, e impedir la formación de los radicales libres.

Más allá del uso de las hojas frescas o secas para condimentar carnes o incorporar en ensaladas, sopas y guisos, otros componentes de esta hierba, como los ácidos fenólicos, flavonoides y diterpenoides, funcionarían como potentes agentes antioxidantes que evitan el envejecimiento general de todas las células del cuerpo.

Es una de las hierbas más apreciadas en la cocina mediterránea e ingrediente fundamental para preparar pastas y pizza. Distintas investigaciones compararon sus propiedades y hallaron que una cucharada de orégano tiene 42 veces más actividad antioxidante que las manzanas, 30 veces más que las papas, 12 veces más que las naranjas y 4 veces más que los arándanos.

Una taza de té de tomillo tiene mucho más que ofrecer que un agradable sabor, ya que el timol, uno de los aceites volátiles de esta hierba, es un potente antioxidante que ayudaría a inhibir a los radicales libres. Los ingredientes activos del tomillo también son populares entre los remedios caseros para el tratamiento de la bronquitis, dolor de garganta, laringitis y asma.

Más allá de sus usos culinarios, la raíz del jengibre tiene un alto nivel de antioxidantes (se estima que hasta 25 tipos diferentes), sólo superado por la granada y algunas bayas. Entre ello se destaca el gingerol, que no solo lucha contra los radicales libres que dañan la piel, sino que la suaviza y uniforma su tonalidad.

Da un toque picante, aromático y de sabor a cualquier plato, además, también resultaría útil para cuidar nuestra salud. Esto se debe a que es rica en vitamina C y betacarotenos, compuestos que previenen la oxidación de las células y las protegen contra los radicales libres. Su riqueza en piperina aumenta la biodisponibilidad de varios nutrientes, como vitaminas A y C, o selenio.

Antiguamente se pensaba que la salvia tenía el poder de alargar la vida. Más allá de esa creencia, contiene flavonoides, taninos y ácidos fenólicos, que cumplen una importante función antioxidante. Junto al orégano, el tomillo y el clavo de olor, es una de las hierbas aromáticas más eficaces para contrarrestar el envejecimiento celular.

En la antigüedad, los griegos la utilizaban para condimentar sus alimentos y mejorar la memoria, mientras que en Roma se la usaba para aliviar los problemas digestivos. En la actualidad, sirve para aderezar platillos, aunque se sabe que las semillas de la flor de la mostaza son ricas en flavonoides, vitamina C y E, y antioxidantes que ayudan a retrasar el proceso de envejecimiento.

Base Exhaustiva de Datos de Medicamentos Naturales, Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Departamento de Agricultura de EE. UU., PlantList.