Para algunas personas, los problemas llegan a ser tan agobiantes que terminan acabando con sus propias vidas como una forma drástica de terminar con ese sufrimiento.
Aunque es difícil hablar del suicidio, es necesario hacerlo, ya que es la única forma de ayudar.
‘Prevenir el Suicidio: Tender la mano y salvar vidas " es el lema para el año 2015. La Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP) y la OMS desde hace 12 años celebra cada 10 de septiembre el Día Mundial de la Prevención del Suicidio para comprometer a la sociedad en un trabajo activo en la lucha contra el suicidio.
Según datos oficiales, cada día hay en promedio casi 3000 personas que ponen fin a su vida, y al menos 20 personas intentan suicidarse por cada una que logra acabar con su vida, es por eso que en estos días un gran número de organizaciones fomentan en todo el mundo una campaña de alerta y concientización, así como también una serie de eventos destinados a educar a la población en general a la detección temprana de un posible caso.
Es difícil imaginar el dolor psicológico extremo que puede llevar a una persona a atentar contra su propia vida y sentir que el suicidio es el único recurso.
El lema de la semana de este año es justamente el comprometer al resto de la población a ayudar y tender su mano a quien están luchando con ese sufrimiento..
Si bien es cierto que las personas con un historial de depresión, ansiedad y otros trastornos mentales graves se encuentran en un riesgo más alto de suicidio que la población en general, existen muchos otros factores que colocan a una persona en posición de riesgo como el dolor crónico, una enfermedad, el divorcio, una crisis financiera e incluso el abuso de sustancias y problemas de adicción.
En conferencia de prensa el director del Departamento de Salud Mental de la ONU, Dr. Shekhar Saxena, destacó la magnitud de esa forma de autodestrucción y preguntó: "¿Qué causa más muertes cada año? ¿Las guerras y conflictos, los homicidios o los suicidios? La respuesta es, como algunos saben, pero la mayoría ignora, los suicidios causan más muertes anuales que las guerras, los conflictos y los homicidios juntos".
Según un reporte de la Organización Mundial de la Salud recientemente publicado con el nombre de “Prevención del suicidio: Un Imperativo Mundial”, cada año mueren por esta causa en el mundo más de 800 mil personas. Es más, las autoridades creen que este número puede ser incluso mayor debido al ocultamiento de muchos casos debido al estigma que existe en torno a este tema, la falta de procedimientos de registro de la muerte fiables y las sanciones religiosas o jurídicas contra el suicidio en algunos países.
Y estas cifras han ido en aumento ya que en los últimos 45 años, la tasa mundial de suicidios ha aumentado un 60% y en algunos países, esta causa de muerte aparece como una de las tres principales entre las personas de 15 a 44 años de edad, y la primera causa entre los jóvenes de 10 a 24 años. Estas estadísticas no incluyen los intentos de suicidio que son 20 veces más frecuentes.
El suicidio es la tercera causa principal de muerte entre las personas de 15 a 24 años, y la sexta causa principal de muerte entre las de 5 a 14 años, asegura la Academia Americana de Psiquiatría del Niño y el Adolescente.
Entre las personas con alto riesgo se incluyen los adictas a las drogas y al alcohol, las que tienen problemas de salud mental, dolores o enfermedades crónicas graves y las que tienen un factor hereditario.
Los hombres son más proclives a consumar el suicidio que las mujeres, pero ellas son más proclives a informar los intentos de suicidio.
Hay informes que indican que las personas creyentes cuentan con una posición privilegiada para ayudar ya que además de brindar atención pastoral, las congregaciones religiosas pueden ser fuentes de apoyo y educación.
Los grupos y congregaciones religiosos también pueden aprender a brindar apoyo a corto y largo plazo, capacitar a sus líderes para reconocer el riesgo en una persona, establecer planes para las personas en crisis y ser parte del proceso de mejora y curación.
El suicidio no solo afecta a la persona que consuma el hecho. Afecta a su familia, amigos, escuela y empleador. Los expertos dejan algo en claro: hablar del suicidio no significa poner esa idea en la cabeza de nadie. El preguntar cómo te puedo ayudar y estar dispuesto a conversar puede salvar la vida de una persona.
Si deseas hablar con un experto puedes llamar gratuitamente al 1-800-273-TALK