Por qué contratar un seguro de salud complementario

Cada vez más personas refuerzan la protección de su salud y la de su familia contratando seguros complementarios. Son pólizas especializadas en alguna cobertura de salud, como seguro dental o de visión. Complementan las coberturas de los seguros de salud con mejores mejores prestaciones en esos campos en los que los usuarios necesitan más.

¿Crees que puedes necesitar uno? En este artículo te damos razones para contratar un seguro de salud complementario. Sigue leyendo y descubre si te hace falta y por qué motivos. Cuanta más información tengas, mejores decisiones podrás tomar para proteger tu salud y la de las tuyos.

Por qué contratar un seguro de salud complementario
| Foto: GETTY IMAGES

Por qué contratar un seguro complementario: Qué vas a encontrar en este artículo

Qué son los seguros complementarios

Lo primero que debes saber al contratar un seguro complementario es de qué tipo de producto estamos hablando. Como sabes, en Estados Unidos está en vigor la llamada Ley Obamacare, o Ley de Seguro de Salud a Bajo Costo, que obliga a todas las personas a disponer de un seguro de salud privado. Para las personas que no entran en ese modelo, el Gobierno ofrece los sistemas Medicare y Medicaid, que permiten a una parte de la población el acceso al seguro de salud.

Sin embargo, la mayor parte de la población gestiona su plan de salud a través de compañías de seguros que ofrecen servicios muy completos. Aun así, hay coberturas que están fuera del alcance de estos seguros, o que están bajo formato de copago. Para hacer frente a esos gastos no previstos, es conveniente optar por contratar un seguro de salud complementario .

Estos productos son variados. Cubren, por ejemplo, salud dental, vista, oído, cuidados de corto y largo plazo, tratamientos para cáncer, ataques cardiacos u otros ataques, indemnizaciones hospitalarias e incluso gastos finales en caso de fallecimiento. Al contratar una póliza de este tipo, te aseguras de que nunca vas a tener que pagar nada extra si tienes algún problema incluido en esos casos.

Lo interesante es que estos seguros pueden cubrir también a tu familia. Así, si tienes, por ejemplo, hijos con problemas dentales, un seguro dental te puede resultar mucho más interesante que la cobertura que ofrece tu seguro convencional (si es que incluye esos tratamientos). Y, desde luego, muchísimo más barato que pagar por cada tratamiento que les haga su dentista.

Con una de estas pólizas, es más fácil hacer frente a gastos médicos elevados y no cubiertos por tu seguro u otros programas, como Medicare. Si consideras que tú –o uno de los tuyos- vais a tener un problema de salud que originará graves gastos, lo mejor es que te plantees la contratación de uno de estos seguros complementarios, de forma que tu seguro de salud no tenga puntos débiles y no tengas que hacer frente a gastos excesivos.

De hecho, un informe reciente de la Kayser Family Foundation asegura que en 2016 un 20 por ciento de los estadounidenses en edad de trabajar y con un seguro de salud en vigor tuvieron problemas para pagar las facturas médicas por los extras que debían afrontar. En concreto, un 75 por ciento de esas personas tuvieron problemas por los copagos, los gastos deducibles o similar.

Estos gastos médicos están detrás de más de un 60 por ciento de las bancarrotas personales que se producen en el país, según otro estudio de la Universidad de Hardward. Además, sus datos demuestra que esas personas que se arruinan por las facturas médicas tienen seguro en un 72 por ciento de los casos. Es decir: son los gastos extraordinarios no cubiertos los culpables de esas complicadas situaciones económicas.

Razones para contratar un seguro complementario

Por tanto, ahorrarse sorpresas en forma de gastos inesperados o muy elevados sería uno de los motivos para contratar un seguro complementario. Pero hay muchas otras razones. Veamos aquí algunas de las principales.

  • Dinero en tu bolsillo. En algunos casos, los seguros complementarios no pagan directamente a hospitales o empresas médicas por los tratamientos o servicios que necesitas cuando te hospitalizan por un problema de salud o un accidente. Lo que hacen en esos casos es entregarte a ti la suma del beneficio, para que seas tú quien pague las facturas. En esas situaciones, si el coste que debes pagar es menor que el beneficio que te paga el seguro, puedes disponer del dinero sobrante y destinarlo a otros fines.
  • Tus hijos necesitan cuidados extra. Sea por cuidados dentales, por el oftalmólogo o por cualquier otra especialidad, es muy probable que tus hijos necesiten en algún momento tratamientos no incluidos en los seguros normales de salud. Es más, puede que tú sufras una enfermedad o algún accidente que te inhabilite temporalmente. En esas circunstancias, vas a necesitar más ayuda para cuidar de tus hijos y de sus problemas de salud mientras te recuperas. Los seguros especializados sirven como red de seguridad en una situación así: complementan perfectamente al seguro de salud y te dan esa confianza extra que necesitas para que a los tuyos no les falte nada.
  • No tienes ahorros. Si tus ahorros son escasos –o inexistentes, como le sucede a buena parte de los estadounidenses-, no podrás hacer frente a un gasto extraordinario en salud. Para evitar ese problema, es importante contar con un seguro complementario que evite que tengas que endeudarte para pagar algo tan simple como un tratamiento dental.
  • Tus deducibles son demasiado altos.. Si tu seguro de salud convencional tiene deducibles y gastos de tu bolsillo, lo que se denomina “out of pocket” en inglés, debes asegurarte de cuánto puede llegar a suponer al año. Si la cantidad es muy elevada, puede que incluso no puedas afrontarla. De nuevo, la solución es optar por el seguro complementario.
  • Cobertura durante tu retiro. Si te has retirado o piensas hacerlo, debes pensar en cómo proteger tu salud durante la jubilación. Puede que ya no califiques para la cobertura de Medicare que necesitas, con lo que es necesario complementar el seguro. Cuanto antes contrates los seguros complementarios que creas que vas a necesitar, más baratos te resultarán.
  • Tu empresa lo ofrece. En muchas ocasiones, tu empleador es quien se encarga de contratar seguros complementarios grupales. Es una opción muy interesante, porque generalmente se incluyen como parte de tu salario y resultan muy cómodos.

Hay, por tanto, muchos motivos para reforzar la confianza y las medidas de protección para tu salud y la de los tuyos. Si crees que vas a necesitar un extra, no dudes y pregunta a tu agente de seguros cuanto antes. Ellos, los agentes, son los que mejor te van a asesorar y los que van a saber diseñar el plan de seguros complementarios que necesitas.

Cuándo contratar una póliza de seguro complementario

Ahora bien, ¿cuándo es el mejor momento para contratar este tipo de seguros? No todos los seguros complementarios te hacen falta al mismo tiempo, y algunos quizá no los necesites nunca. Sin embargo, hay algunos momentos clave para comprar seguros complementarios:

  • Al iniciar alguna actividad de riesgo. Si practicas alguna actividad arriesgada, como un deporte extremo, puede que necesites un seguro complementario o, incluso, un seguro de vida. Con una póliza complementaria tendrás cobertura especial si tienes un accidente que te cuesta una estancia larga en el hospital. O, con un seguro de accidente mortal o desmembramiento, los denominados AD&D, puedes tener una cobertura que se haga cargo incluso de las necesidades económicas de tu familia.
  • Si tu trabajo es peligroso. Empezar a trabajar en un empleo que entrañe peligro te lleva a una situación como la que hemos visto en el punto anterior. En este caso, los seguros AD&D son frecuentes y es el momento de contratarlos. También es habitual que sean ofrecidos directamente por los empleadores.
  • Al casarte. Contraer matrimonio es un momento de cambio en la vida de cualquier persona. A partir de ese momento, ya hay que empezar a pensar en la familia y no en el individuo. Es un momento también en que suelen aumentar los gastos: el matrimonio es caro, se cambia de casa, de coche… Ante los gastos, conviene protegerse y contar con seguros complementarios que eviten sorpresas económicas si hay que hacer frente a tratamientos inesperados.
  • Al tener hijos. Con el matrimonio suelen llegar también los hijos, que tienen sus propias necesidades médicas. Incluso aunque estén perfectamente sanos, pueden necesitar gafas o anteojos, o, con toda seguridad, tratamientos odontológicos que a veces son muy caros, sobre todo si incluyen ortodoncias. Un seguro dental o un seguro de visión van a ser una buena idea para que estos gastos infantiles no se conviertan en una losa para tu familia. Y si tienes algún hijo con problemas de salud más importantes, motivo de más para que tomes la precaución de tener un seguro de salud complementario que te permite cubrir costes como hospitalizaciones largas o tratamientos que no estén contemplados en tu seguro de salud.
  • Al jubilarte. La jubilación es un buen momento para pensar en seguros que hagan más fácil el último tramo de la vida. Por ejemplo, seguros de hospitalización, o seguros que paguen los gastos de un tratamiento contra el cáncer.

En realidad, cualquier momento es bueno para contratar uno de estos seguros complementarios. No dejes pasar la oportunidad y elige los que necesitas.

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