Se aleja el invierno y todos quieren sacar del closet sandalias y otros calzados que dejan los pies al descubierto. Es entonces cuando te das cuenta de que tus talones son un verdadero desastre, secos y agrietados y tu deseo más grande es hidratarlos a como dé lugar.
Los talones agrietados son una condición bastante común y las razones pueden ser tan diversas como las condiciones climáticas, la presión del calzado, usar sandalias o tener afecciones de salud como obesidad, psoriasis y eccema. En principio son un problema estético (nadie quiere exhibir esta resequedad), pero las grietas también pueden ser profundas, doler cuando estás de pie y hasta sangrar.
De acuerdo con la Evaluación Nacional de Salud del Pie de 2012, difundida por el Instituto para la Salud Preventiva del Pie (IPFH, por su sigla en inglés), el 20% de los adultos estadounidenses mayores de 21 años han tenido piel agrietada en los pies (hablamos de unos 44 millones de personas) y el problema es más grave entre las mujeres, quienes son más afectadas que los hombres.
Pero así como aparecen, también podemos hacer que desaparezcan estas grietas, y no es tan difícil. El dermatólogo Gabriel Sciallis de la Clínica Mayo escribe en un artículo que el primer paso para aliviar los talones agrietados puede ser usar medias y zapatos que sostengan bien el pie.
Dice el IPFH que los estudios publicados y revisados por expertos han demostrado que el uso de calcetines acolchados clínicamente probados puede ayudar a proteger contra las lesiones en la piel y los tejidos blandos del pie. Estos calcetines se pueden usar con zapatos y pueden tener suela antideslizante. También hay calzados diseñados para tratar las grietas y puedes encontrarlos en tiendas especializadas.
“La exposición regular de la piel de los pies al agua caliente de la ducha o del baño de tina igualmente seca la piel, sobre todo, si no se la humecta dentro de los primeros 10 minutos de salir de la ducha o del baño. Los jabones y los detergentes fuertes, por su parte, pueden dañar la barrera natural de la piel y hacer que esta pierda agua, lo cual agrava el problema”, explica el especialista de la Clínica Mayo.
El dermatólogo recomienda usar cremas humectantes con frecuencia y sobre todo antes de dormir, ya que estas crean un sello sobre la piel que retiene el agua y mantiene la piel hidratada. Los productos con lanolina, jalea de petróleo, glicerina, ceramidas, ácido láctico, ácido alfa hidróxido o ácido salicílico funcionan en estos casos. Después echarte la crema, ponte unas medias y métete en la cama, así hará efecto durante la noche.
Puedes remojar tus pies en agua pura o jabonosa durante 20 minutos, secarlos con palmaditas y luego aplicarles la loción humectante. Después de remojar también puedes usar con mucho cuidado una esponja vegetal, un estropajo para pies o piedra pómez para sacar la piel muerta de los talones. Los jabones suaves para los pies y bañarte con agua tibia también alivian.
“Si estas medidas de autocuidado no te ayudan o si tus talones se hinchan o inflaman, consulta a tu proveedor principal de atención médica o al dermatólogo, pues posiblemente necesites un ungüento de venta bajo receta médica con humectantes más fuertes o una crema con esteroides para aliviar la inflamación”, sugiere Sciallis.
Cuando la causa de las grietas es la obesidad, bajar de peso será un alivio (y mejorará tu salud en muchos sentidos). Si tienes una afección como diabetes o psoriasis, lo más indicado es que consultes a un especialista y evites los remedios caseros hasta que él los autorice.
En algunos casos, la piel seca y agrietada de los talones también puede ser señal de un problema de salud, como pérdida de la función nerviosa. Si los remedios comunes no dan resultado, acude a un especialista para descartar enfermedades.
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