Este contenido ha sido archivado y puede no estar actualizado

¿Podrían los videojuegos desencadenar unos ritmos cardiacos peligrosos en los niños?

MARTES, 11 de octubre de 2022 (HealthDay News) -- Jugar videojuegos quizá parezca una actividad sedentaria, pero puede ser suficiente para desencadenar unas arritmias cardiacas potencialmente letales en ciertos niños vulnerables, encuentra un nuevo informe.

Los investigadores de Australia reunieron los informes sobre 22 niños y adolescentes que sufrieron alteraciones del ritmo cardiaco mientras jugaban videojuegos. En muchos casos, los niños se desmayaron de repente, mientras que algunos entraron en paro cardiaco, que es letal sin un tratamiento de emergencia inmediato.

¿Podrían los videojuegos desencadenar unos ritmos cardiacos peligrosos en los niños?

Cuatro de ellos fallecieron, todos chicos varones.

No está claro qué tan comunes podrían ser estos incidentes, enfatizaron los expertos. Pero en casi todos estos casos, los niños tenían afecciones cardiacas subyacentes, a veces conocidas, y a veces sin reconocer hasta el incidente durante el juego.

"Cualquier niño que sufra un nuevo desvanecimiento, desmayo, colapso o convulsión debe ser evaluado por su médico local o de familia, que puede determinar si se necesitan más pruebas", aconsejó la investigadora principal, la Dra. Claire Lawley, cardióloga pediátrica de la Red de Hospitales Pediátricos de Sídney, en Sídney.

"No todos los desmayos son peligrosos", enfatizó. "De hecho, la mayoría de los desmayos no son peligrosos, pero algunos pueden serlo. Es importante detectar a los niños con episodios peligrosos. Una vez los médicos han detectado a un niño o adolescente con una afección del ritmo cardiaco, el tratamiento médico tiene una efectividad extrema para mantenerlo seguro y bien".

El Dr. Daniel Sohinki, cardiólogo del Colegio Médico de Georgia en la Universidad de Augusta, se mostró de acuerdo en que la vigilancia de los padres es clave.

"Si hay cualquier síntoma que sugiera un trastorno cardiaco, pida una revisión", recomendó Sohinki, coautor de un editorial que se publicó junto con el informe en la edición del 11 de octubre de la revista Heart Rhythm.

Enfatizó otro punto: los videojuegos ya no son solo un pasatiempo. En los últimos 20 años, han evolucionado hasta convertirse en un "deporte" competitivo. Los jugadores individuales y los equipos participan en eventos patrocinados de "deportes electrónicos" ("esport") que se transmiten en línea o en ESPN y otros canales, a veces con grandes premios en efectivo en juego.

Por otro lado, 175 universidades de EE. UU. tienen programas de deportes electrónicos universitarios, según la Asociación Nacional de Deportes Electrónicos Universitarios (National Association of Collegiate Esports).

Sohinki planteó que quizá sea "razonable" evaluar las anomalías cardiacas subyacentes en los participantes en deportes electrónicos universitarios, como se hace con los deportistas estudiantiles tradicionales.

"Estos eventos de deportes electrónicos son, de muchas formas, como los eventos deportivos tradicionales", aseguró.

Las circunstancias alrededor de los casos en el informe de Lawley no siempre estaban claras, lo que incluye si alguno ocurrió durante un evento competitivo. Pero hubo casos en que el estrés físico o emocional pareció actuar como desencadenante.

En un caso, anotó Sohinki, el niño sufrió una arritmia tras saltar para celebrar una victoria. En otro caso un niño estaba peleando por el mando de juego con un hermano.

Incluso sin saltos ni pleitos, dijo Sohinki, los videojuegos pueden implicar un subidón de adrenalina que afecta al sistema cardiovascular de forma similar al esfuerzo físico, lo que incluye un aumento en la presión arterial y la frecuencia cardiaca.

En el informe, el equipo de Lawley recolectó informes de casos internacionales de niños o adolescentes que sufrieron una arritmia comprobada o sospechada mientras jugaban videojuegos.

En muchos casos, el niño desarrolló palpitaciones cardiacas y se desmayó o mareó y tuvo náuseas. Varios niños entraron en paro cardiaco, en que el corazón se para y no puede bombear sangre al resto del cuerpo. Es letal en cuestión de minutos sin un tratamiento de emergencia.

Lamentablemente, no se pudo reanimar a cuatro de los 22 niños, o no se documentó un intento.

En la mayoría de los niños (19), una anomalía cardiaca subyacente tuvo la culpa. El culpable más común fue una afección llamada taquicardia ventricular catecolaminérgica polimórfica, un trastorno genético que puede provocar un latido cardiaco a una velocidad anómala en respuesta al ejercicio o el estrés emocional.

Varios niños más tenían el síndrome de QT largo congénito, otro trastorno genético que afecta a la actividad eléctrica del cerebro.

En algunos casos, se sabía que los niños tenían una afección del corazón antes de que ocurriera el incidente con los videojuegos. Pero con más frecuencia, el problema cardiaco existía sin que se supiera.

¿Significa esto que no se debe jugar videojuegos? No necesariamente, y los 22 casos descritos en el informe australiano parecen ser muy raros.

"Dado que no sabemos el número exacto de niños que en realidad juegan juegos de computadora [aunque sospechamos que el número es muy alto], es difícil estimar la prevalencia exacta de este fenómeno", comentó Lawley. "Pero parece que es raro".

El riesgo absoluto de las arritmias inducidas por los videojuegos se desconoce, y no está claro si jugar videojuegos conlleva un riesgo más alto o más bajo para los niños con afecciones cardiacas subyacentes que otras actividades.

Sohinki recomendó que los padres trabajen con el médico de su hijo para asegurar que la afección cardiaca se maneje de forma "óptima", lo que en general significa medicamentos o, en algunos casos, dispositivos implantados para prevenir las alteraciones del ritmo.

Pueden hablar sobre el riesgo de jugar videojuegos en comparación con los beneficios, añadió Sohinki.

Más información

La Asociación Americana del Corazón (American Heart Association) ofrece más información sobre las arritmias cardiacas en los niños.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com


FUENTES: Claire Lawley, MD, pediatric cardiologist, Sydney Children's Hospitals Network, Sydney, Australia; Daniel Sohinki, MD, MSc, assistant professor, medicine, and director, cardiac electrophysiology research, Medical College of Georgia at Augusta University; Heart Rhythm, Oct. 11, 2022, online

Comparte tu opinión