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Con frecuencia, los niños insomnes se convierten en adultos insomnes, según un estudio

JUEVES, 17 de febrero de 2022 (HealthDay News) -- Los niños pequeños que tienen dificultades con el insomnio se enfrentan a un riesgo muy alto de que les ocurra lo mismo en la adultez temprana, advierte un nuevo estudio.

Los investigadores encontraron que un 43 por ciento de los niños que sufren de insomnio entre los 5 y los 12 años continúan sufriéndolo cuando llegan a la veintena y a la treintena.

Con frecuencia, los niños insomnes se convierten en adultos insomnes, según un estudio

Y esto equivale a un riesgo casi tres veces más alto de que un niño privado de sueño acabe convirtiéndose en un adulto privado de sueño, señalaron los investigadores.

Esto "es mucho más alto de lo que se creía antes", comentó el autor principal, Julio Fernández Mendoza, profesor asociado de psiquiatría y salud conductual del Centro de Investigación y Tratamiento del Sueño del Colegio de Medicina de la Universidad Estatal de Pensilvania.

En el estudio, él y sus colaboradores apuntaron que el insomnio infantil no es raro.

"Alrededor de un 20 a un 25 por ciento de los niños en edad escolar tienen síntomas de insomnio, que se comprende como dificultades para quedarse o permanecer dormido", anotó Fernández Mendoza. Entre los adolescentes, esta cifra aumenta a entre un 35 y un 40 por ciento.

Anotó que hay muchos motivos, y que una predisposición genética tiene un rol relativamente menor, junto con factores médicos, conductuales y ambientales.

En específico, esto podría significar unos problemas gastrointestinales o dolores de cabeza subyacentes; un ambiente "estresante" en el hogar o en el vecindario; pobreza o discriminación; o unos malos hábitos de sueño, por ejemplo el uso regular de dispositivos electrónicos en la cama.

Para explorar la persistencia del insomnio en los niños a medida que crecían, el equipo dio seguimiento a poco más de 500 niños a medida que crecían, desde los 5 hasta incluso los 31 años.

Durante la primera fase del estudio, que se realizó entre 2000 y 2005, todos los niños (o sus padres) completaron cuestionarios sobre su sueño. También se dio seguimiento a los hábitos de sueño en tiempo real en noches que durmieron en un laboratorio.

Se determinó que casi una cuarta parte de los niños preadolescentes tenían insomnio.

Entre unos 6 y 13 años más tarde, la mayoría de los niños se sometieron a las mismas evaluaciones en la adolescencia, a una edad promedio de 16 años. Se encontró que más de un tercio (un 36 por ciento) de los adolescentes luchaban contra el insomnio.

Se realizó una tercera fase de evaluación, en forma de una encuesta de seguimiento sobre el sueño, implementada entre 2018 y 2021. En ese momento, la edad promedio de los participantes del estudio era de 24 años.

El equipo encontró que alrededor de un 27 por ciento de los insomnes preadolescentes se habían convertido en adultos que dormían bien. Más o menos un 11 por ciento de los que todavía tenían problemas del sueño en la adolescencia también habían logrado dejar atrás al insomnio cuando llegaron a la veintena y principios de la treintena.

Pero casi un 19 por ciento de los que tenían antecedentes de problemas de sueño en la niñez siguieron experimentando insomnio intermitente en la adolescencia y la adultez, mientras que más de cuatro de cada 10 seguían sufriendo una privación del sueño persistente.

Fernández Mendoza comentó que los hallazgos subrayan la importancia de resolver el insomnio a una edad temprana, para prevenir el desarrollo de un problema para toda la vida.

En muchos casos, esto puede ocurrir en la forma de una terapia cognitivo conductual, para resolver los malos hábitos de sueño, como "usar dispositivos electrónicos o ver televisión en la cama, preocuparse en la cama, dormir hasta tarde los fines de semana, [o] hacer siestas durante el día, entre muchos otros", observó. Hace mucho que este tipo de intervención se utiliza para ayudar a los adultos, anotó, "y se acumulan evidencias y respaldo para los jóvenes, en particular los adolescentes".

Por otro lado, al gestionar el insomnio pediátrico, Fernández Mendoza advirtió que "los medicamentos para el sueño siempre deben ser un tratamiento de segunda línea. Y la melatonina solo se debe utilizar en casos muy específicos, a pesar de su uso generalizado e incorrecto".

Los hallazgos se publicaron en la edición en línea del 17 de febrero de la revista Pediatrics.

"Los padres pueden comenzar con unos hábitos de sueño saludables en la infancia", aconsejó la Dra. Carey Lockhart, profesora clínica asociada del departamento de neurología y del departamento de pulmonología y medicina del sueño del Hospital Pediátrico de Seattle.

"Desarrollar una rutina para ir a la cama que sea constante y relajante, y que se mantenga a lo largo de toda la niñez, así como enseñar unos hábitos de sueño saludables, como que no haya pantallas en la habitación o justo antes de irse a la cama, puede crear una rutina estable y una base fuerte para la salud del sueño", aseguró Lockhart, que no participó en el estudio.

"Los padres también pueden ayudar a enseñar pronto unas habilidades de gestión del tiempo a los adolescentes", añadió, "de forma que los adolescentes aprendan, por ejemplo, a hacer los deberes escolares durante el día en lugar de en las horas de la noche, lo que puede resultar en atrasos en la hora de irse a la cama".

Estas iniciativas pueden hacer mucho para conformar y mejorar los hábitos de sueño a una edad temprana, dijo Lockhart, de forma que "los niños y los adolescentes tengan menos probabilidades de que el insomnio persista en la adultez".

Más información

Aprenda más sobre los adolescentes y el sueño en UCLA Health.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Julio Fernandez-Mendoza, PhD, associate professor, psychiatry and behavioral health, Sleep Research & Treatment Center, Penn State University College of Medicine, Hershey, Pa.; Carey Lockhart, MD, clinical associate professor, department of neurology and department of pulmonology and sleep medicine, Seattle Children's Hospital; Pediatrics, Feb. 17, 2022, online

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