Estudios experimentales y encuestas realizadas por entidades profesionales confirman cómo los pequeños actos de amabilidad o benevolencia, ya sea realizarlos o ser el recipiente, ayudan a que las personas se sientan bien, lo que deriva en una mejor salud emocional.
Los simples actos de bondad cotidianos pueden contribuir a mejorar el estado de ánimo, reducir el estrés y posiblemente aliviar los síntomas de la depresión o la ansiedad. Además, lo que podría parecer un pequeño gesto amable podría tener un impacto mayor del que se cree en este proceso de sanación.
Todos estos actos tienen en común el desarrollo, aunque sea temporal, de los vínculos sociales, conexiones vitales para alcanzar un mayor bienestar en la vida.
La inclusión de intervenciones de bienestar vinculadas a las actividades sociales, ayuda a sanar afecciones mentales que, desintegrando las relaciones sociales, tienden a quebrar los lazos de bondad. Además, participar en actos de bondad ayuda a las personas con depresión o ansiedad a desviar la atención de sí mismos y dejar de pensar en sus propios síntomas.
La bondad también es una consecuencia de la cultura. Sociedades individualistas suelen ver los actos de bondad como una elección para ayudar a alguien, en cambio las sociedades colectivistas tienden a ver la bondad como parte de su vida y la difunden dondequiera que vayan como parte central de sus valores.
Investigaciones conectan los niveles de felicidad de algunos países de Latinoamérica justamente porque, en medio de las crisis, las sociedades mantienen estos vínculos de bondad en lo que es las raíces del entramado social.
La medida de este afecto positivo, hace que las comunidades en la región estén extremadamente interconectadas. Los primeros en la lista: Paraguay, Panamá y Costa Rica.
En los resultados de la encuesta Healthy Minds más reciente de la Asociación Americana de Psiquiatría, realizada por Morning Consult entre 2.210 adultos del 16 al 19 de octubre de 2023, el 89% dijo que mostrarle a otra persona un acto de bondad los hacía sentir significativamente, algo o un poco mejor, y el 90% dijo que ser recipiente de un gesto de amabilidad o bondad los hacía sentir mejor.
Cuando fueron receptores de un acto de bondad, los encuestados dijeron sentirse más felices (56%) y agradecidos (51%), y menos propensos a sentirse indiferentes (3%). La encuesta también preguntó a los estadounidenses cuáles son los tres lugares en donde más probablemente sean testigos de un acto de bondad:
- Los supermercados o tiendas (44%)
- Los lugares de culto (25%)
- El hogar (25%)
- Sus vecindarios (25%)
La encuesta también preguntó por qué estaban más agradecidos los estadounidenses en esta temporada navideña, y la mayoría respondió por su familia (70%), su pareja (33%), su hogar (32%) y su salud física (31%). También su comunidad (3%), sus pasatiempos (6%) o su trabajo (10%).
Muchos de los actos de bondad son espontáneos, pero otros pueden planearse. En cualquier caso, es cerebral: estudios revelan que hay un vínculo neuronal entre la generosidad y la felicidad.
Entre la lista de actos de bondad o momentos de conexión, espontáneos o pensados, que la ciencia ha demostrado que son eficaces están:
- Donar sangre
- Ofrecer cocinar para un amigo o familiar enfermo
- Hacer reír a alguien
- Ayudar con alguna tarea del hogar
- Comprar algo, y hablar con el vendedor
- Destinar tiempo al voluntariado, por ejemplo, trabajar en un banco de alimentos
- Ofrecer el asiento en el micro a un adulto mayor
- Agradecer con las luces del auto a otro conductor que cedió el paso
- Sonreír, decir gracias, decir “hola” o “adiós”
- Ayudar a un transeúnte a encontrar una calle o un lugar
- Decir “estoy orgulloso de tí” o “te amo” con más frecuencia
- Agradecer en estas Fiestas lo que se tiene, lo que se ha ganado con esfuerzo, la familia, los amigos, la vida y la salud.
Esta historia se produjo utilizando contenido de estudios o informes originales, y de otras investigaciones médicas y fuentes de salud, y salud pública, destacadas en enlaces relacionados a lo largo del artículo.