La miel es un alimento casi perfecto, producido por las abejas a partir del néctar de las flores. Su contenido es entre 70 y 80% azúcar, repartiendo el porcentaje restante entre agua, minerales, proteínas y ácidos. Sin embargo, este alimento también se utiliza para prevenir y tratar ciertas enfermedades. Aquí te contamos cuales y cómo aprovecharla:
1. Fortalece el sistema inmune
La miel sería ideal para combatir infecciones bacterianas debido a que combina ciertos compuestos y propiedades, como el peróxido de hidrógeno, la acidez, un efecto osmótico, alta concentración de azúcar y polifenoles. Estos extraen el agua de las células de las bacterias, deshidratándolas y eliminándolas.
2. Suaviza tu garganta
La miel es un expectorante natural, ayuda a eliminar las flemas, y es útil para controlar y combatir las infecciones en la garganta gracias a sus propiedades antisépticas. Para que actúe directamente, haz gárgaras con una infusión tibia de hojas de frambuesa y dos cucharadas de miel en media taza de agua.
Una investigación encontró que la miel ayudaría a tratar la tos nocturna en los niños pequeños. Los expertos sugieren que una cucharada antes de acostarse puede ayudarlos a no toser y dormir mejor. Además, a diferencia de otros jarabes o medicamentos con el mismo efecto, la miel no presenta efectos secundarios, lo que la vuelve una opción saludable y segura.
4. Alivia las picaduras
La miel puede ser una gran compañera a la hora de enfrentar el verano, ya que sus propiedades antinflamatorias ayudan a reducir la irritación por picaduras de insectos. Al aplicarla sobre la zona afectada, promueve un ambiente húmedo que permite que cierren las heridas sin dejar cicatriz. Además, es antiséptica y una gran protectora cutánea.
Está llena de polifenoles, un tipo de antioxidante que ayuda a proteger las células del daño de los radicales libres. Consumir miel estimula la producción de fosfatos orgánicos que regulan el ritmo cardíaco y disminuyen el riesgo coronario. También ayuda a detener el avance de las enfermedades reumáticas.
Un estudio reveló que sustituir el azúcar por la miel en los alimentos procesados hace que la microflora intestinal mejore. La microflora facilita la asimilación de los azúcares sin causar problemas digestivos. Además, La miel favorece la irrigación sanguínea del aparato digestivo.
La miel de Manuka y kanuka son eficaces para tratar el acné común, cuándo éste es causado por la inflamación y la infección del folículo pilo-sebáceo en la cara, espalda o pecho. Además, cualquier tipo de miel es excelente para preparar una mascarilla de belleza para el rostro: renovará y suavizará tu piel.
Debido a sus componentes, la miel se considera un alimento hidrocarbonado, es decir, tiene elementos que proporcionan calorías al organismo, lo cual se traduce en energía. Contiene minerales como el potasio, fósforo, oligoelementos, pequeñas cantidades de vitaminas B y C, ácido pantoténico, enzimas vegetales y animales.
9. Cuida la salud bucal
Ayuda al tratamiento de la placa gingival y la gingivitis (inflamación y sangrado de las encías debido a la placa) gracias a su poder cicatrizante y bactericida. Se debe preparar una infusión a base de 3 gotas de aceite esencial de espliego y 1 cucharadita de miel clara, diluir la solución en agua fría y enjuagar la boca.
La evidencia preliminar indica que el uso de la miel en el tratamiento de la hipertensión es benéfico, aunque se requiere de investigación adicional para ofrecer recomendaciones. Su consumo, al menos una cucharada diaria, ayudaría a mejorar el flujo sanguíneo, reduciendo la presión arterial.