Janet Jackson y otras madres maduras desafían los límites

Las mujeres están aplazando la decisión de ser madres, empujándola hasta superar el umbral de los 30 años, mientras que en los años ‘70, la edad promedio era de 21 años.

La tendencia es firme. Durante las últimas dos décadas aumentaron las cifras de embarazo entre las mujeres mayores de toda raza y origen. Entre 2000 y 2012, las tasas de primer parto entre las de 35 a 39 años, aumentaron un 24%, y para las mujeres de 40 a 44 años, un 35%, según los datos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC)

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Los expertos advierten que después de los 35 años, el embarazo implica riesgos de salud para la madre y el niño. Y aconsejan vigilar más de cerca estos embarazos.

Sin embargo, el deseo puede ser fuerte y las advertencias, insuficientes. Janet Jackson, la estrella de 50 años, sorprendió al mundo en mayo de este año al dar la noticia de que estaba esperando su primer hijo.

Laura Linney fue otra de las estrellas que en 2014 se unió al clan de madres maduras al dar a luz a los 49 años, Geena Davis lo fue a los 46, Susan Sarandon a los 43 años, y la lista no termina aquí.

“La naturaleza es sabia y es la que establece los límites, no los ginecólogos", quien lo dice es Lina Alvarez, la española que el 11 de octubre pasado se convirtió en madre a los 62 años y generó un intenso debate social.

No fue fácil para Lina encontrar un médico que realizara una Fecundación In Vitro (FIV) en su vientre sexagenario. Aunque en España no existe ninguna ley que fije la edad máxima para practicar una FIV, el código de autorregulación de los especialistas establece ese límite en los 50 años. 

A Lina la llamaron la madre-abuela y le llovieron las críticas desde todo el mundo, donde se suscitó una gran polémica. Pero ella está feliz y asegura: "la esperanza de vida para las mujeres es cada vez mayor. Cuando mi hija tenga 30 años yo tendré 90. Seré una abuelita. ¿Y qué? Ella ya estará criada" declaró. 

¿Hay una edad biológica límite para recibir una FIV y convertirse en madre? 

“Técnicamente, mientras se tenga un útero en buen funcionamiento y saludable, no hay un tope de edad. Con el paso del tiempo, la menopausia disminuye el tamaño y funcionabilidad del útero, así que los limites más altos de capacidad para un embarazo serían al final de los 40 a 50 años” explicó a HolaDoctor la Ginecóloga y Obstetra Candace Howe, de HM Medical y graduada en la Universidad de California en Los Ángeles. 

El riesgo de ser madre mayor

La maternidad tardía conlleva un riesgo alto de salud para la mujer y el bebé. “La verdadera complejidad y riesgo deriva de los cambios fisiológicos de la madre, que causan estrés en el cuerpo durante el embarazo, y que se suman a los factores de envejecimiento”, afirma la Dra. Howe. 

“La obesidad, la alta presión sanguínea, la diabetes, los problemas de la tiroides y enfermedades del corazón, usualmente surgen a medida que nos acercamos a los 40 años y se afirman al pasar los 50. Éstas, junto a otras condiciones físicas del sistema cardiovascular y musculoesquelético, perjudican la capacidad del organismo para llevar un embarazo a término completo, de manera sana y segura” agregó. 

No es raro que los bebés producto de embarazos de FIV en mujeres de 40 años o más, nazcan prematuros o requieran hospitalización debido a las complicaciones.

Además, “los bebés de madres maduras pueden padecer problemas respiratorios, condiciones del corazón o problemas de aprendizaje en el futuro. En las embarazadas aumenta el riesgo de muerte fetal, de parto prematuro, hemorragia post-parto y otras complicaciones adicionales -como insuficiencia cardíaca, hepática o renal-. Éstas pueden no ocurrir, pero existe un riesgo más alto después de los 50 años” asegura Howe.

Pero no todas las mujeres maduras son iguales, según la especialista: “Si tenemos una mujer mayor con una salud excepcional, que ha sido atlética por varios años, y tiene un buen historial de salud familiar y una salud genética excelente, su resultado va a ser más favorable a medida que envejece, en comparación con una mujer sin estas características”.

¿Hasta cuándo esperar?

El límite legal es otro interrogante. Al abordar el tema, la experta sostiene que no hay restricciones legales en EE.UU. en ese sentido. “Solo existen consideraciones éticas y médicas, no leyes específicas. Hay directrices de la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva que sugieren que una mujer es apta para una FIV hasta cumplir los 50 años y que se pueden utilizar los óvulos propios hasta los 45 años". 

Ir en contra de los límites naturales pone en grave peligro a la madre y al bebé. Como resultado, ambos podrían sufrir daños físicos a largo plazo; o aún peor, perder la vida, sostiene la especialista.

Entonces, que opción tiene una mujer cuyo deseo de tener un hijo es tan intenso que se antepone a otros, y que ya ha superado la etapa de concebir en forma natural. “Yo recomendaría otras alternativas, asevera Howe, como pensar en una madre sustituta o recurrir a la adopción”. 

Al preguntarle cuál es su opinión profesional sobre Lina, la madre sexagenaria española, la Dra. Howe señaló que “Hay excepciones, y es posible realizar una FIV a los 62 años. Sin embargo, probablemente resultaría en muchos abortos involuntarios debido a la incapacidad del útero de producir un flujo sanguíneo adecuado para sostener a un feto más allá del primer trimestre”. 

Pero la sociedad cuestiona también el costado ético. Una madre muy madura podría vivir menos para cuidar a su hijo. En ese sentido, Howe reflexiona: “la mujer (madura) debe considerar lo que significa traer un niño a este mundo a una edad avanzada, un niño que podría perder a su madre dentro de los primeros 10 a 20 años de su vida. Ésta es una edad demasiado baja como para perder a una madre y es doloroso de imaginar”.

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